le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

La cultura del deporte.

Desde mediados de los ochenta, el desarrollo económico de España provocó la creación de una clase media española amplia y con un poder adquisitivo creciente, desde aquellos años hasta ahora España se ha convertido en una primera potencia mundial en lo que a deporte se refiere.

Trataré de explicar qué conjunto de factores han concurrido para que nuestra nación destaque sobremanera en este aspecto, el deporte.

Efectivamente, el primer factor coyuntural es la prosperidad económica de la amplia clase media tradicional con hijos que Franco había fraguado durante los años 60 y 70 en la dictadura, tras la muerte de Franco y la instauración del periodo democrático, en los años 80 la próspera clase media española empieza a percibir que es un distintivo de riqueza el disponer de instalaciones deportivas en las viviendas y de status social el practicar ciertos deportes como el tenis y el golf.

Con los años este concepto empieza a calar masivamente, ayudado en lo urbanístico por la adopción del modelo de “urbanización” Estadounidense, con agrupaciones de viviendas unifamiliares o en bloque con instalaciones deportivas comunes.
En realidad este proceso es muy común y se habrá repetido con anterioridad en sociedades más avanzadas, sin embargo, en el caso español llama la atención como con el paso de los años, década de los 90 y primera década de dos mil, la práctica del deporte pasa de ser un rasgo de status y de salud a llegar a ser rasgo de IDENTIDAD del país.
Hacer deporte está muy bien visto por los españoles, estamos orgullosos de nuestros deportistas, nos jactamos de nuestros éxitos deportivos y más aún, la única exaltación patriótica desde la democracia hasta ahora se ha canalizado a través del único valor que la sociedad española ha sabido construir como rasgo distintivo del conjunto de la Nación, valor que todos los españoles comparten, la cultura del deporte.

Pues bien, ¿por qué este proceso ha devenido en la creación de una “cultura identificativa del país”?, todos los factores que he descrito con anterioridad han colaborado para llegar a este punto final, pero hay una circunstancia de partida extraordinaria que se da en la sociedad española y no es ni más ni menos que la ausencia de un rasgo unificador de todos los españoles, un valor que nos identifique a todos.

Siempre me había llamado la atención la importancia que se le ha dado al deporte en España y la dimensión que ha alcanzado, en estos últimos años he tenido el placer de poder cultivar amistades con franceses, tanto franceses que han venido a trabajar y estudiar aquí, como franceses que he conocido en París, e incluso a través de alguna relación sentimental.
He podido constatar como franceses de un status socio-cultural parecido al mío disponen de predisposición para la interacción intelectual , de un gusto por el arte y las humanidades generalizado.

Las calles de París están llenas de librerías, galerías de arte, tiendas de instrumentos de música….cientos de años atrás se forjó en la sociedad francesa a través de sus intelectuales el gusto el cultivo de las humanidades y las artes en general hasta el punto que ya hace muchas décadas que el francés tiene a gala este “valor cultural”, esta cultura de las humanidades.

España ha dispuesto de grandes intelectuales, pero su sociedad tradicionalmente rural no podía asimilar, por contra , la sociedad francesa ya disponía de una burguesía muy formada, hecho que colaboró para la propagación del gusto por la cultura.
Para un español resulta chocante ver como el francés en una conversación entre amigos expone sus inquietudes culturales , artísticas e intelectuales en general con toda naturalidad, y en las exposiciones se percibe claramente que no hay un afán de instruir a otro sino de compartir, no tratan de decirte lo ignorante que eres, sino de compartir contigo sus inquietudes, para después escuchar con atención tu punto de vista.

Desde joven, siempre me ha parecido percibir en la sociedad española, amigos con los que compartes conversaciones en grupo…, que no hay un interés en este sentido, llegando al extremo de que está mal visto introducir como charla de grupo un tema de cierta trascendencia, pudiendo ser tildado de cursi.
Cierto es que si bien existe el español que en su condición de ignorante y victima de su inseguridad, tiende a rechazar cualquier tipo de conversación que implique un grado de preparación cultural, no es menos cierto la figura del español, que aprovechándose de su superioridad formativa, tiende a instruir al prójimo con ánimo de lucimiento personal.

Si los franceses tiene como rasgo de identidad común el gusto por la cultura y las humanidades, los españoles hemos forjado un rasgo de identidad común basado en el deporte.

Una reflexión final acerca de la comparación a este nivel entre los dos países, me lleva a entristecerme, dado que si bien el deporte es un valor muy positivo para una sociedad, no es capaz de instruir a las mentes y dotarles de capacidad de reflexión y crítica en general, teniendo como resultado una sociedad española aborregada , incapaz de salir del agujero de su falta de predisposición para la actividad reflexiva , cualidad fundamental para formar una sociedad que no sea fácilmente manipulable por el poder político, que a fin de cuentas es el que en connivencia con los medios de comunicación controlados por ellos mismos, crean los estados de opinión que casi nadie cuestiona, ya que no hay capacidad crítica.

No es baladí comentar que pocas cosas son casualidad en esta vida, más bien se llama casualidades a la complicación para desenmarañar los entresijos del porqué de la evolución de los fenómenos sociales, esta “cultura de deporte” española, no en su inicio, pero sí en los últimos años, ha sido convenientemente incentivada por el poder político a sabiendas de que la seguridad de la instauración de una cultura del deporte en España era muy beneficioso para sus intereses de manipulación de las masas.