El cineasta debería expresarse a través
de la percepción involuntaria. La percepción es lo único que es irrevocable, pertenece a
esa parcela íntima de la identidad del individuo forjada a través de la aprehensión intuitiva del entorno, y su reflejo en nuestro interior.
En palabras de Emerson: “debemos aprender a distinguir claramente entre los actos voluntarios del espíritu y sus percepciones involuntarias; y se sabe que a éstas últimas hay que prestarles una fe inquebrantables”. El acto perceptivo involuntario no debemos tacharlo de caprichoso, simplemente es; nos pertenece, por el contrario, el aprendizaje es préstamo y asimilación. Podré admitir que contradigan una idea, - un argumento generado a raíz del aprendizaje y por su interacción con mi subjetividad - , pero nunca podré admitir que una percepción involuntaria personal sea discutida.
En palabras de Emerson: “debemos aprender a distinguir claramente entre los actos voluntarios del espíritu y sus percepciones involuntarias; y se sabe que a éstas últimas hay que prestarles una fe inquebrantables”. El acto perceptivo involuntario no debemos tacharlo de caprichoso, simplemente es; nos pertenece, por el contrario, el aprendizaje es préstamo y asimilación. Podré admitir que contradigan una idea, - un argumento generado a raíz del aprendizaje y por su interacción con mi subjetividad - , pero nunca podré admitir que una percepción involuntaria personal sea discutida.
Si yo, siento intuitivamente que
un determinado gesto en una mujer me perturba, o aquel estilo al andar produce
en mí tal o cual estado emotivo; podrán criticar la forma en que los expreso, pero no contradecirme.
Así pues, son estas ensoñaciones
casuales - incluso las emociones internas
más tenues -, las que han de solicitar mi interés y mi curiosidad. El aprendizaje
, las ideas y la costumbres, son elementos que irrumpen en el desarrollo de
la intuición y la tornan difícil de identificar y extraer. Si uno quiere hacer cine, creo
que no puede haber mayor honestidad artística que la de exponer aquello que le
inquieta e inspira; todo aquello que pertenece al mundo interior del acto
perceptivo, de la intuición, y que genera la inquietud, después aparece la
inspiración, posteriormente la necesidad
expresiva - incluso ansiosa - , para terminar en el acto comunicativo.
De esta forma, apartando en la
medida de lo posible del discurso las teorías aprendidas y las ideas
prestadas por la sociedad; irremediablemente , el
producto final será de carácter auténtico y honesto. La percepción
súbita pertenece a lo más interno de tu ser, y eso sí que merecerá la pena comunicarlo
, puesto que no se engloba dentro del acervo común del legado ideológico
y de las disciplinas aprendidas. Por contra,
apartarse de esta mirada personal, puede devenir en adoctrinamiento; sólo si el cineasta se expresa a través de su sensibilidad espontánea, y no desde el prejuicio
adquirido, podrá transmitir algo únicamente tuyo.
Seguramente, la "famosa mirada" del director, tenga que ver con esta sensibilidad para expresar la intuición interna, que le permite transmitir un mensaje singular y propio, al margen de la convención social y cultural.