le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

miércoles, 18 de enero de 2012

"Vivir su vida", un Film de Jean-Luc Godard, 1962.



















"Un diálogo a través de la vida."


Anna Karinna: ¿ le molesta que le mire?

Viejo: no.

Anna Karinna: Parece aburrido.

Viejo: En absoluto.

Anna Karinna: ¿Qué hace?

Viejo: Leo.

Anna Karinna: ¿Me invita a una copa?

Viejo:  Si quiere…

Anna Karinna: ¿viene aquí a menudo?

Viejo: No, a veces, hoy por azar.

Anna Karinna: ¿Porqué lee?

Viejo: Es mi oficio.

Anna Karinna: Es curioso, de pronto no sé que decir; me sucede a menudo. Sé lo que quiero deir. Lo medito antes de decirlo… pero al llegar el momento de hablar, ya no soy capaz de decirlo.

Viejo: si, evidentemente, ¿ha leído los tres mosqueteros?.

Anna Karinna: no, pero vi la película. ¿Por qué?

Viejo: Porque ... verá, tenemos a Phortos. Aunque no es en “los tres Mosqueteros”, es en “20 años después”. Porthos, el alto, el fuerte, un poco bruto, no pensó en toda su vida, ¿me comprende?, el tiene que poner una bomba en un subterráneo para hacerla estallar.

Coloca la bomba, enciende la mecha, luego sale corriendo…, naturalmente. Pero de golpe se pone apensar. ¿En que piensa? , se pregunta como es posible que pueda poner un pie delante del otro. Eso también le ha ocurrido a usted, sin duda. Entonces deja de correr, de andar; no puede avanzar más… todo explota, el subterráneo le cae encima. Lo sostiene con los hombros, pero finalmente tras un día lo aplasta y muere. La primera vez que pensó, murió.

Anna Karinna: ¿Por qué me cuenta historias así?

Viejo: Ya ve… un poco por hablar.

Anna Karinna: ¿Por qué hay que hablar siempre?. Muy a menudo habría que callarse, vivir el silencio. Cuanto más se habla, menos quieren decir las palabras.

Viejo: Tal vez pero… ¿se puede? ,

Anna Karinna: No lo se.

Viejo: Siempre me impresionó que no se puede vivir sin hablar.

Anna Karinna: Sería agradable vivir sin hablar

Viejo: Si, sería hermoso, ¿eh?. Es como si ya no se amase, sólo que no es posible.

Anna Karinna: ¿Pero Porqué? Las palabras debería expresar exactamente lo que se quiere decir. ¿es que nos traicionan?.

Viejo: Pero nosotros las traicionamos también. Se debe poder llegar a decir lo que hay que decir, ya que se llega a escribir bien… Piensa: a alguien como Platón se le puede aún comprender, se le comprende. Sin embargo, escribió en griego hace 2.500 años. Nadie sabe la lengua de aquella época, al menos, no exactamente. Sin embargo, llega algo. Por tanto se debe lograr expresarse bien… y es preciso.

Anna Karinna: ¿Y porqué hay que expresarse? ¿para comprenderse ?

Viejo: Hay que pensar, y para pensar hay que hablar. No se piensa de otro modo. Y para comunicar hay que hablar, es la vida humana.

Anna Karinna: Sí, pero es muy difícil. Yo pienso que la vida debería ser fácil. Tu historia de los “tres mosqueteros “ quizás sea muy hermosa, pero es terrible.

Viejo: Sí, pero es una indicación. Creo que … se aprende a hablar bien sólo cuando se ha renunciado a la vida por un tiempo. Es el precio.

Anna Karinna: Entonces, hablar ¿es mortal?

Viejo: Hablar es casi una resurrección con respecto a la vida; cuando se habla hay otra vida que cuando no se habla. Entonces, para vivir hablando uno debe haber pasado por la muerte de vivir sin hablar. No se si me explico bien, pero hay una especie de ascesis* que te impide hablar bien hasta que se mira la vida con despego.

Anna Karinna: Pero la vida de todos los días no se puede vivir con … no sé yo… con…

Viejo: Con despego. Se oscila, por eso se va del silencio a la palabra. Oscilamos entre ambos por que es el movimiento de la vida. De la vida cotidiana uno se eleva a la vida… , llamémosla superior. Es la vida con el pensamiento. Pero esta vida presupone que se ha matado la vida muy cotidiana, la vida demasiado elemental.

Anna Karinna: Entonces ¿pensar y hablar es lo mismo?

Viejo: ¡lo creo! Está dicho en Platón; es una vieja idea. Uno no puede distinguir el pensamiento de las palabras que lo expresan. Un momento de pensamiento sólo puede ser captado por las palabras.

Anna Karinna: Entonces, ¿hablar es un poco correr el riesgo de mentir?

Viejo: Sí, porque la mentira es uno de los medios de buscarlo. Errores y mentiras son muy parecidos. No hablo de mentiras ordinarias como prometer que vendré mañana, y luego no venga, porque no quise. ¿comprende?, eso son cosas. Pero la mentira sutil es muy poco diferente a un error. Uno busca y no encuentra la palabra justa, por eso le sucedia lo de no saber qué decir. Tenía miedo de no encontrar la palabra exacta, Yo creo que es eso…

Anna Karinna; ¿cómo estar seguro de haber encontrado la palabra justa?

Viejo: Bueno, hay que trabajar. Es necesario un esfuerzo. Uno debe decir lo necesario de modo que sea justo, que no hiera, que diga lo que quiere decir, que haga lo que tiene que hacer, sin herir y sin hacer daño.

Anna Karinna: Hay que tratar de ser de buena Fe. “Alguien me dijo que la verdad está en todo, incluso en el error”.

Viejo: ¡es cierto!, Francia no lo vio en el siglo XVII, se creyó que se podía evitar el error , no sólo la mentira, y que se podía vivir en libertad así directamente. Y no es posible. Por lo tanto Kant, Hegel, la filosofía alemana… son para reconducirnos a la vida y para saber que hay que pasar por el error para llegar a la verdad.

Anna Karinna: ¿Y que piensa del amor?. (empieza una melodía)

Viejo: Ha bastado que se introduzca el cuerpo. Leibnitz introdujo lo contingente… las verdades contingentes y las verdades cotidianas hacen la vida. La filosofía alemana ha mostrado que en la vida, se piensa con las servidumbres y errores de la vida y hay que apañárselas con eso, es cierto.

Anna Karinna: ¿No debería ser el amor lo único verdadero?

Viejo: Sí, pero seria necesario que el amor siempre fuera verdadero, ¿conoce a alguien que sepa inmediatamente lo que ama?. No, cuando se tiene veinte años no se sabe lo que se quiere. Se saben migajas, se agarra uno a su experiencia, se dice : “me gusta esto”. A menudo se mezcla. Pero para constituirse sólo con lo que a uno le gusta, se necesita madurez. Es precisa la búsqueda. Esa es la verdad de la vida. Por eso el amor es una solución, con la condición de que sea verdadero.



* f. Conjunto de reglas y prácticas encaminadas a la liberación del espíritu y al logro de la virtud.