le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

martes, 27 de marzo de 2012

Reflexiones sobre Tiempo-existencia.

Nuestra realidad diaria nos impide sentir la inmensidad del momento vital, la importancia de nuestra existencia, del momento existente, del lapso de tiempo en que somos protagonistas de la escena en el mundo.
En nuestras vidas consideramos hechos trascendentes aquellos que marcan nuestro destino o condicionan nuestro camino en la evolución vital, normalmente, de la evolución de estos acontecimientos depende nuestra percepción a cerca de nuestra existencia y del valor que le damos a nuestra experiencia vital.
Todo aquello a lo que el ser humano está habituado es considerado normal, natural. Creo que se puede considerar como dramático el hecho de que el ser humano  tienda a no distinguir entre lo trascendente y lo intrascendente si ambos pueden enmarcarse dentro de la condición de habitualidad o normalidad.
Para un  estudiante Ir a la Universidad es habitual, ir a comer a un restaurante es habitual, hablar con un amigo es habitual, pero…, hay algo que  es lo más habitual que pueda darse durante  nuestra experiencia vital y es el hecho de nuestra propia existencia. Desde que nacemos, es el único hecho incontrovertible  que permanece inalterable, constante y habitual. Existimos, y esta sensación no varía hasta que nos morimos, es un concepto constante, existir es el hecho más habitual de nuestra existencia, todo lo demás va cambiando de más habitual a menos a habitual y viceversa.
Lo que nos es dado desde los inicios lo consideramos habitual, y lo que conseguimos por nosotros mismos  nos parece trascendente hasta que una situación se perpetúa en el tiempo y tiende a  convertirse  en costumbre.
Es la costumbre de vivir sin reflexionar la que nos da una sensación de normalidad sobre el hecho menos habitual que existe: existir.
Si el tener conciencia de que existir es un hecho único, singular, una vez asumido que se ha producido la existencia  creo que hay un nivel superior al que está supeditada:  la variable temporal, el tiempo.
Uno es o no es, existe o no existe en función de la magnitud tiempo.La misteriosa variable tiempo nos coloca en la andadura de la historia en algún lugar de este camino.
Relación causa-efecto: El “efecto” del existir depende de la causa “tiempo”, esta relación no es reversible,  primero se constituye el tiempo y después se da el hecho existencial.
Durante mi visita a la Alhambra con mis dos compañeros del equipo de Billar discurríamos por los espacios exteriores entre la imponente muralla y los diversos Palacios del complejo. Bajábamos unas escaleras cuando me vino a la mente la idea de lo absolutamente extraordinario que me parecía el hecho de que en aquél momento de la historia, quizá imbuido por saber que en aquel espacio había sido vivido por  otras personas con anterioridad, estábamos tres personas compartiendo el tiempo, el tiempo existencial, dentro de un espacio concreto, un lugar, compartíamos el espacio, pero también compartíamos el momento existencial,  coincidíamos.

La perplejidad absoluta me vino dada cuando reflexioné sobre lo infinitamente minúsculo que resultaba ese momento dentro de toda la historia del hombre, y que porqué precisamente habíamos coincidido tres seres humanos en ese momento vital compartido dentro de la maravillosa inmensidad de la historia de la existencia del hombre. Esta sensación de extraordinariedad se acrecentó al reflexionar sobre la cantidad de seres humanos que ha  existido con anterioridad , éstos, forman una gran ristra de  millones y millones de seres humanos sobre los que normalmente no pensamos jamás. Siempre se habla de la población mundial… viva, ¿porqué no se tiene en cuenta la población acumulada en la tierra de seres humanos que ha existido antes que nosotros?, de hecho, nuestra población actual es irrisoria en comparación con la población total acumulada.  A los muertos los denomino población mundial porque el hecho de que hayan existido en otro momento no les resta importancia, es más, al haber completado el ciclo existencial podría pensarse que están en una categoría superior ya que los que estamos vivos aún nos queda por vivir y experimentar, aun no hemos desaparecido. Relacionándolo con el concepto de entropía, sobre el cual de su fórmula  se deduce que a más sucesos acaecidos, mayor será la entropía, en termodinámica la entropía aumenta cuantos más intercambios de temperatura se producen. Apoyados de este concepto físico, los ya desaparecidos han contribuido más en el proceso de acumulación de sucesos, por lo tanto han contribuido más al proceso global.
La paradoja es que la absoluta normalidad que uno tiene al estar compartiendo el momento existencial con otra persona, en realidad es un hecho absolutamente extraordinario y nada habitual. Es la variable tiempo representada por nuestro momento vital lo que hace de un hecho minúsculo dentro de la historia un momento extraordinario, resulta muy atractiva la idea de saber que aunque la existencia individual del hombre sea efímera , mientras exista, es la protagonista única de toda la historia de la existencia: porque existe, es decir, cuando se existe se es todo y cuando se deja de existir no se es nada. Desde este punto de vista es absolutamente extraordinario el hecho existencial, pero lo que sea o deje de ser lo será no por sí mismo sino por la variable tiempo. Nosotros no tenemos sentido constitutivo autónomo, nuestro sentido o es pleno o es nulo , está supeditado a un orden superior: el tiempo.
Algo que no podemos descartar: 
Podríamos imaginarnos la historia de la existencia del hombre como una gran recta, una carretera de gran longitud sobre la que se van posando todas las existencias individuales, estas existencias individuales están en la carretera durante un tramo, un espacio, un lapso de tiempo existente. Bajo esta hipótesis cabe pensar que existen dos escalas de tiempo jerarquizadas:
El tiempo absoluto representado por la larga recta y el tiempo relativo representado por nuestro lapso de tiempo vivido. Nuestra costumbre  a interpretar en términos de analogía los fenómenos de jerarquía superior que se dan en la naturaleza nos llevaría a crear esta relación de analogía jerárquica entre el tiempo absoluto y el tiempo relativo.
El hecho existencial lleva asociado una referencia temporal, y la magnitud tiempo es jerárquicamente superior al hecho existencial. Se me antoja paradójico el pensar que el sentido  del concepto tiempo como “el transcurrir de los sucesos que acaecen”  es válido en tanto en cuanto hay consciencia de que el tiempo existe al producirse el hecho existencial. La existencia no es eterna y de ahí surge el concepto de temporalidad. Si la existencia fuera eterna no tendría sentido el concepto de tiempo, ya que el tiempo no sería un concepto necesario.
El concepto tiempo toma sentido para nosotros desde el momento que nuestra existencia surge y desaparece.  Si nuestra existencia fuera  persé,  el concepto tiempo tendería al infinito y desaparecería su sentido. No tendría porqué haber tenido un inicio y no tendría porqué tener un final.
Tendemos a descartar la posibilidad de que  el tiempo absoluto no tenga sentido definirlo, la variable tiempo es posible que no exista como concepto dentro una jerarquía superior en relación al tiempo existente.

Conclusión:

Estas reflexiones nos ayudan a enmarcarnos a nosotros mismos dentro de un posible todo a través de la reflexión acerca de la contextualización de nuestra existencia. Aunque pensemos que no tiene utilidad en sí  misma esta reflexión, creo que sí la tiene a la hora de ser conscientes de la posibilidad de que el fenómeno existencial es extraordinario debido a la cooordenada tiempo: "ahora",  y  otorguemos a nuestra vida un valor mayor, lo cual redundará con toda seguridad en la sensación de una vivencia -existente más intensa, más disfrutada.

La bella mentirosa, Jacques Rivette, 1991, Francia.


Un buen director es una persona con una sensibilidad acusada. De la capacidad para la percepción de los matices del comportamiento humano nace la cualidad de poder expresar la riqueza del matiz en los personajes. Los personajes son creibles en tanto en cuanto el director nos transmita su personalidad distintiva en todo rasgo expuesto a cada momento del metraje.

A menudo, al espectador le pasan inadvertidas las precisas cualificaciones con las que el director puede dotar a los personajes, sin embargo, aunque el espectador no sea consciente de las técnicas empledas por el director, sí las percibe de manera incosciente, el espectador las percibe y pasan directamente a convertirse en intuición debido a que no hay percepción consciente y como consecuencia no se produce el análisis reflexivo. 

Cuando únicamente se produce la percepción incosciente, la intuición se traduce en  una sensación del espectador acerca de la personalidad del personaje, de esta manera muchas veces vemos una película y no sabemos a ciencia cierta cuales son las razones de porqué nos hemos metido en la piel del personaje y nos ha parecido perfectamente real, perfectamente creible y posible, pero es un hecho incontrovertible que algo nos ha hecho imbuirnos.

En esta  escenita, que es una joyita perteneciente a la película "La bella mentirosa" de Jacques Rivette, Francia ,1991, tenemos un ejemplo maravilloso de cómo se puede dotar de carácter al personaje a través de una acción intrascendente a priori: el que unas personas se despidan después de una cena en casa de la pareja anfitriona.

Cuando digo a priori  es porque en realidad, es a través de la interpretación de la gestualidad cuando podemos captar rasgos de las personas que normalmente pueden quedar ocultas en el plano de la expresión oral. Digamos que estamos acostumbrados a controlar nuestros gestos en menor medida que nuestras palabras.

Vamos a la escena: de la puerta de la villa sale el matrimonio anfitrión de la cena, un matrimonio joven amigo de estos y un amigo común de las dos parejas. El director nos aporta información valiosa sobre el tipo de interrelación que el personaje que se despide de las dos parejas tiene con cada uno de los que se despide. Con cada uno actúa de forma diferente en cuanto a su gestualidad, lo acompañan los comentarios y el tono, pero es el tratamiento gestual el que nos aporta mayor información.

La genialidad del director estriba  en utilizar un hecho que socialmente responde a una convención: el despido, para poder comparar en base a un comportamiento preestablecido socialmente las diferencias de trato o de nivel interrelacional que existen entre los personajes despidientes y el que se despide.

De esta manera podemos captar de un plumazo el tipo de confianza que tiene el personaje que se despide con cada uno de las personas que forman las dos parejas, enriqueciendo así el bagaje perceptivo del espectador.

Llegados a este punto del análisis  de la escena, coloco el video para que se visione en este momento:




Descripción de las diferentes despedidas:


El hombre que se despide comenta que ha quedado con una chica y empieza por la mujer del anfitrión de la casa, se acerca a ella cariñosamente y le da dos besos muy marcados, al mismo tiempo con sus manos sujeta la cara en un gesto de gran confianza y aprecio.

El siguiente personaje que elige para despedirse es la mujer joven, deja para despúes al anfitrión, quizá para darle más importancia. La despedida de la joven es más  protocolaria, cordial, respetuosa,  y queda  claro que no se conocen bien.

Cuando se va a despedir del anfitión, que es amigo suyo..., lo hace a través de un gesto muy curioso y que denota varias cosas a mi juicio: por un lado hay amistad, pero no tiene confianza con él, más bien porque el anfitrión no se la da..., hay que decir que en la película el anfitrión es un pintor muy reputado y además parece una de esas personas que no da confianza al otro en el plano de la emotividad. El que se despide le toca..., pero lo hace casi yéndose..., sin tiempo para ir a más, es un gesto curiosísimo y muy original, por otro lado también denota confianza en el sentido de que es obvio que se conocen hace tiempo, sino no haría esa palmadita. también se podría interpretar que esa forma de despedirse tiene algo que ver con que piensan que se van a ver muy pronto....

Para el final deja al novio  de la chica joven, según baja las escaleras se funden los hombros y los brazos de ambos iniciando un movimiento en armonía,alegre, como compañeros, esta forma de despedirse también es originalísima, denota una gran confianza y una relación de tú a tú, de igual a igual, en la que seguramente influye la poca diferencia de edad, además de que en la peícula se muestra que son amigos de hace tiempo.

Toda esta riqueza de información define los tipos de interrelaciones que tienen entre sí los personajes con el que se despide, todo esto transcurre de forma vertiginosa, en apenas unos segundos, esto es el gran cine, o un aspecto más del gran cine.



domingo, 11 de marzo de 2012

Ver Granada, sentir la Alhambra.


6 de la tarde de un soleado día en la ciudad de Granada, de Granada sólo recordaba un visión de la Alhambra desde el mirador del Sacromonte, es la única imagen que conservaba de la visita que realicé siendo un niño a esta ciudad.

Mis compañeros me fueron a buscar a la puerta del hotel, y ya desde allí, andando, iniciamos nuestro paseo sin itinerario seguro, pero objetivo claro: ver la Alhambra.
Discurríamos por una de las vías principales de Granada, y lo primero que me llamó la atención fue la gente, había mucha gente por la calle paseando, la mayoría eran parejas o grupos de jóvenes, las parejas en Granada se dan un aire diferente a las de Madrid,  por aquella calle las parejas eran ”parejas”, se notaba que había un compromiso, o … al menos... una voluntad de continuidad, una voluntad de compañeros, no sólo parecían novios, sino además personas que comparten su tiempo, se respiraba aroma a lealtad mutua, aunque quizás, ser leal es más fácil en un lugar pequeño, en el que las oportunidades son menores.
Muchas parejas en Madrid trasmiten una unión  de imagen conveniente, de unión no prorrogable en el tiempo, pendiente de un hilo, nunca se sabe si uno de los dos puede encontrar algo que le convenga más, no en vano, Madrid es la ciudad de las oportunidades… que,… puede al mismo tiempo tornarse la ciudad de la eterna oportunidad y quedarse sólo en eso…

Giacomo Leopardi, gran pensador italiano del XIX, ya describió los rasgos definitorios de las relaciones humanas dentro de las grandes ciudades. En las grandes ciudades  hay el anonimato,  la ciudad no es una comunidad sino una asociación…. uno se siente solo, una comunidad es un grupo de individuos que convive en interrelación global, una asociación de individuos solamente se interrelaciona por algún motivo concreto.
Realmente, en las ciudades el aspecto que domina las relaciones humanas en el espacio es la indiferencia. De todos los sentidos , el que claramente tiraniza y domina las ciudades es el sentido de la vista, uno puede mirar…, pero no puede comunicarse., ésto, es una tiranía específica de la ciudad. Desde este punto de partida, es fácilmente explicable el que los habitantes de las ciudades estén muy preocupados por su imagen, como así es, en una ciudad, dada su anonimato , eres lo que aparentas ser, la gente sólo percibe de tí en relación a tu imagen. La  circunstancia condicionante de la imagen, es un factor que incide mucho más de lo que nosotros mismos pudiéramos pensar. Una vez clarificada su influencia a primera vista, la imagen va influyendo en las relaciones sociales y por ende , va entretejiendo una red de comportamientos condicionados que van formando nuestra personalidad, o al menos nos influye de forma subliminal. Por lo tanto, es normal, que viniendo de Madrid, aquellas parejas paseantes de Granada me hicieran darme cuenta de cómo el entorno condiciona aspectos relacionales entre las personas.
Sigamos con nuestro recorrido, mientras íbamos charlando animadamente ,  nos daba tiempo para observar el encanto de la mujer granadina, que como la mujer andaluza en general, dispone de la capacidad de poder transmitir mucha expresividad en su rostro.
Nos paramos a mirar el plano de la ciudad con la voluntad de reguiar nuestros pasos hacia la Alhambra, que sabíamos debía encontrarse después de una ascensión pronunciada a través de calles estrechas, así que, abandonando la amplia vía principal ,giramos a nuestra derecha, cambiando el rumbo hacia donde vimos pendientes pronunciadas en la intrincada trama edilicia medieval.

Según nos adentrábamos, cada vez la pendiente era más pronunciada… y por el flujo de turistas que bajaba por la cuesta, sabíamos que íbamos en la dirección correcta. Poco a poco, los pequeños edificios que enmarcaban la ascensión iban desapareciendo para dar paso a una imagen boscosa, sorprendente; maleza espesa, árboles de gran porte y humedad en el ambiente
De repente nos encontramos que el camino por donde ascendíamos se bifurcaba, por ambos caminos bajaban turistas, así que no estaba claro cual debíamos elegir…, hasta que , súbitamente, alcé la mirada hacia la izquierda y de la abrupta colina boscosa que teníamos a nuestra izquierda emergía un trozo de la muralla defensiva de la Alhambra… ¡Hacia la izquierda debíamos ir! .Cuando digo emergía…lo digo no figuradamente, el aspecto integrador entre naturaleza y muralla es muy claro, para poder seguir razonando y que nuestro lector nos entienda vamos a explicar un par de conceptos que se contraponen en su definición, y que sin embargo, pueden complementarse en forma de diálogo mutuo, o conveniente contraste.

Cuando hablemos de lo “Estereotómico”, nos estaremos refiriendo a la arquitectura en ella misma, la arquitectura que nace de unos sólidos muros. Lo estereotómico acentúa la presencia en la arquitectura de la materia,  de la gravedad.  El edificio nace bajo este concepto como un todo continuo.
La materia del muro estereotómico tiene un carácter  pétreo, la materia natural que encierra en sí su construcción y que es sólida, presente, continua e inmutable en el tiempo.
Así, es claro que la muralla de la Alhambra, contínua…, pétrea, pesada, inmutable, es marcadamente estereotómica en su orden intrínseco. La muralla emerge de la colina  puesto que es oradando  la materia de la colina de donde se ha extraído la masa para elevarla en forma de muro,  la muralla nace de la naturaleza continua de la materia que forma la pesada masaque la soporta: la montaña o promontorio.
Luego veremos que dentro del orden estereotómico que domina la muralla puede haber relaciones tectónicas a otro nivel.
Cuando hablemos de lo ”tectónico” nos referimos a la arquitectura de la levedad,  la arquitectura nacida con una idea tectónica es una idea global en la que se evidencia con claridad  la función, la construcción y los esfuerzos estructurales  de cada una de sus partes tal y como nos sucede en la naturaleza que nos rodea, la unión entre las diferentes partes se realizan mediante nudos.
Frank Lloyd Wright fue muy inteligente al diferenciar claramente el orden estereotómico en contraste con la abstracción geométrica de los planos horizontales en una de sus obras maestras: la Casa de la Cascada o casa del matrimonio Kaufmann.  En este caso, esta distinción marcó la idea principal de proyecto. La roca en forma de lascas de pizarra que emerge de la tierra y sirve como soporte estructural se contrapone a  los planos de materia ligera, blancos, ausentes de naturaleza, que tienden a extenderse o proyectarse hacía el infinito. Los planos horizontales que se proyectan hacia el infinito se relacionan entre sí de forma tectónica, formando un grupo de planos claramente distinguibles entre sí. Wright hizo primar la idea de la abstracción geométrica pura de los planos horizontales en contraste con  la rudeza de la estereotomía de lo pétreo que sustentaba dichos planos.

¡No nos olvidemos de que estábamos en plena ascensión-acercamiento a la Alhambra!, ya en tensión por saber la presencia de la muralla que nos acompañaba en nuestro camino, tuve otra sorpresa, en esta caso, un pequeño canalón que discurría por una de las márgenes del camino, era un pequeño torrente de agua que bajaba rápido por un canal de piedra, nunca había escuchado un sonido tan bonito en el discurrir del agua, era un torrente comedido, que bajaba rápido pero no generaba turbulencias en su recorrido, la cama del canal estaba ejecutada con piedrecitas tipo zahorra, creo que lo pedregoso de esta base generaba un ruido, más bien una música de agua, era un sonido muy nítido y se hacía muy presente, y como ya digo estaba carente de toda distorsión sonora propia del agua en movimiento a gran velocidad.
Ese detalle  remontó mi pensamiento a la cultura que estábamos a punto de visitar y al gran conocimiento y buen uso que hacían los árabes del agua. Por cómo estaba diseñado ese pequeño canal de agua era claro el respeto y admiración que tenían los árabes por el líquido elemento que forma parte de nuestra esencial de nuestra vida.
Después de un par de minutos, el camino declinó su pendiente y ya vislumbramos un quiebro que nos dirigiría a una de las entradas de la Alhambra: la Puerta de la justicia. Las puertas en la Alhambra se presentan como torres, su carácter defensivo queda evidenciado en el recorrido en zig-zag que existe en el interior de la Puerta de la Justicia, el cual es necesario atravesar  para poder penetrar en el recinto sagrado, el recorrido en zig-zag se conforma mediante el encuentro de los muros que vienen a desembocar a la torre desde ambos lados de la misma, cruzándose paralelamente y retorciéndose ambos en su extremo para formar el recorrido en zig-zag. La Torre de la Puerta de la Justicia, al mirarla, produce un efecto en cuanto a su tamaño que deja confuso al observador, el tamaño real de la torre es descomunal, una gran masa continua con pocos huecos, probablemente tenga una altura equivalente a 7 pisos de altura, sin embargo, la ausencia de elementos normalizados que  le den escala, hace que la percepción de su tamaño varíe según los puntos de vista y de las referencias de escala que haya en el entorno inmediato a la torre.
Según traspasamos la puerta, ya nos encontrábamos en el paraíso, un lugar creado por y para el disfrute de los sentidos, reinaba un gran silencio, quietud, paz, serenidad en el ambiente.
No sabíamos hacia donde nos debíamos dirigir, empezamos a discurrir por los espacios que no necesitaban de una entrada o ticket, de repente, nos topamos con un edificio de planta cuadrangular , de gran volumen, era el Palacio de Carlos V. Traté de formarme una opinión sobre el palacio, me pareció imponente, pero de una simpleza, que tenía más que ver con la tosquedad. La espesa fachada recordaba bastante a la masa continua y pesada de la muralla defensiva que ya habíamos dejado atrás. La opinión  sobre su conveniencia en este maravilloso emplazamiento palaciego Musulmán, la daré mas tarde, una vez haya sufrido  el shock arquitectónico más importante de mi vida, la visita a los palacios Nazaríes.
Había pasado casi una hora dentro del recinto de la muralla, y se nos había pasado el tiempo a toda velocidad, esta sensación contrastaba con la quietud del lugar. Los lugares que transmiten paz o quietud dan una medida del tiempo dilatada, sin embargo era tal el ataque a los sentidos por aquella mezcla de imágenes de murallas, torres, vistas hacía granada y fachadas de Palacios, que el tiempo se tornó en noche.
Unos días antes de visitar Granada, yo había comprado unas entradas por internet para visitar unas dependencias de la Alhambra, compré lo único que quedaba libre a la venta…, ni siquiera sabía que tipo de visita era, lo único cierto era que la noche caía sobre el cerro de la alhambra y disponíamos de tres entradas para la visita a las 20:00 horas…Las entradas llevaban impreso el tipo de entrada: “Entrada a los Palacios Nazaríes”. No sabíamos donde estaba la entrada a estos Palacios, se oscurecía la Alhambra y buscábamos corriendo la entrada…, sólo se podía  entrar a las 20:00 horas, después se cierran las puertas. Nuestra desesperación se tornó a júbilo al ver al fondo de una perspectiva interior, una acumulación de personas haciendo cola… en la oscuridad.
La noche había destapado la condiciones climáticas  propias de un  promontorio como el de la Alhambra, que una vez dejó de ser impregnada de los rayos del sol granadinos, bajó su temperatura de forma drástica ayudado de la humedad ambiental, que daba una sensación térmica más fría de lo normal.
¡Por fín!, la cola avanzaba y nos disponíamos a penetrar, sabía que lo que había dentro me iba a gustar, pero era totalmente inconsciente de la magnitud del ataque sensorial al que iba a ser sometido… algo brutal.
Las proporciones de las habitaciones eran las idóneas, ni muy grandes ni muy pequeñas, maravillosas salas con una gran profusión de ornamento en sus paredes y techos.
Desde la primera sala,  la profusión de elementos tienden a perturbar el ánimo del observador, excitando sala a sala el sentimiento que finalmente queda emplazado dentro de uno  mismo… , la emoción .Los espacios conmueven. La arquitectura de las estancias de los palacios Nazaríes juegan con la sensibilidad visual del espectador, ofreciendo un apabullante juego de intercambios de escala, todos ellos perfectamente matizados en sí, así como en las transiciones entre ellos.
Pudiéramos pensar que la sensibilización del espectador va  in crescendo debido únicamente a la gran cantidad de decoraciones en los zócalos, paredes y techos o cúpulas de los paramentos horizontales, sin embargo, este aspecto es un elemento más que colabora dentro del conjunto, es más, la sensibilización del espectador se va tejiendo principalmente en torno a la percepción de la sucesión de espacios, parece que cada sala tiene el tamaño, geometría y volumen perfecto  para desempeñar su función  y al mismo tiempo engranar armoniosamente con las salas que la preceden y siguen.  Más que nunca, la escala es apropiada para albergar el tamaño humano.
Golpes de emoción; La sensibilización a través del recurso del  factor  sorpresa. En ocasiones, al pasar de una sala a otra anexa, la transición se produce mediante un giro de noventa grados o, en otras, aparece de nuevo el zig-zag de los muros de manera que pasamos de recorrer un estrecho pasillo en zig-zag, sin perspectivas, a encontrarnos de repente con una imagen impactante por contraste : Un Patio…., una ausencia en la arquitectura de lo construido, la arquitectura del vacío, del espacio generado a través de la sustracción o de la ausencia entre un continuo de salas construidas.

Los patios son habitaciones sin techo,  los cuatro muros perimetrales que configuran su planta enmarcan un techo que no está construido,  el techo es el firmamento…en ese momento, el observador percibe la intención de incorporar los elementos de la naturaleza a la arquitectura de las estancias, se trata de captar el cielo e incorporarlo al espacio del Palacio. Este recurso no sería posible en la concepción del patio abierto al paisaje, en el que alguno de sus muros como mínimo se abre al paisaje, y es el paisaje de la naturaleza el que invade el espacio, tomándolo, y dejando a la arquitectura de lo construido bajo su dominio, debajo de él.
Quizás lo que más me impactó fue el dominio de todas los factores que intervienen en los sentidos de la vista y el oído, y digo el oído porque el agua es utilizada tanto de forma visual, como sonora, volviendo a incidir en la incorporación del mundo natural dentro de la arquitectura palaciega, el paraíso construido.
¡Mi excitación ya estaba en niveles estratosféricos!,  sin embargo…, había más patios y salas que atravesar… , este fue otro factor decisivo para que me viera superado por la situación, el desconocimiento de cuando se iba a acabar aquella sucesión de espacios,(otro factor sorpresa, en ningún momento se puede advertir el final del recorrido de la visita) , cada vez que atravesaba un espacio, pensaba que debía de ser el último ya que me sentía  colmado, sin embargo, más patios y más estancias seguirían a aquellos que los precedieron, llegando a dejarme extenuado y entregado finalmente  ante tan magno alarde cualitativo y cuantitativo de  belleza y armonía.
Seguíamos con la visita….., un espacio construido de transición nos hace desembocar en el patio de los Arrayanes…, otro impacto brutal, en este caso, estamos ante un patio más grande  presidido en su planta por una alberca de planta rectangular que a través de su intencionado estatismo, se convierte en reflejo del plano vertical construido: al norte la fachada de arcos que da al palacio de Carlos V y al sur la torre de Comares.




En este caso la naturaleza es la que atrae para sí el paisaje arquitectónico creado por el hombre a través de la representación del reflejo de las fachadas sobre en elemento natural, el agua.

Con anterioridad, establecimos la definición de orden tectónico, pues bien, a estas alturas de nuestro recorrido ya estamos en disposición de poder mostrarle al lector de que manera en la alhambra  los Órdenes estereotómico y tectónico coexisten y dialogan entre sí: Recordemos que la alhambra es un Complejo enmarcado en el interior de unas murallas defensivas con marcado Orden Estereotómico, sin embargo, la naturaleza creada por el hombre en el interior: el paraíso construido,  en tanto que piezas que se adicionan las unas con las otras implican una relación de orden tectónico.
El orden tectónico va formando parte de los elementos formantes de la arquitectura, es fácil distinguir los elementos que constituyen la construcción, y entender como trabajan entre sí, como se conectan, así por ejemplo, podemos distinguir las columnas de los arcos, y ambos están conectados entre sí con los capiteles. los elementos de techumbre, la propia cubierta, están  separadas de la estructura sustentante de arcos por medio de piezas vigas carrera que vuelven a incidir en la condición tectónica , la distinción entre los elementos que construyen la arquitectura.
En cuanto a los muros interiores, podemos observar que no se mostraba la construcción tal y como era, sino que se ocultaba tras unos mosaicos a base de dibujos geométricos labrados sobre yesería. La razón principal para ocultar esta forma constructiva era que los muros estaban compuestos por la trabazón de materiales pobres, si bien esto podría darnos idea de estereotomía, dado que se oculta la evidencia constructiva, bajo mi punto de vista es mucho más importante la estética  tectónica generada por las microestructuras geométricas  de los bajo relieves, que son coherentes con el paisaje tectónico de los elementos constructivos principales, pero en la micro escala.
Si siguiéramos ahondando en las relaciones estereotómicas o tectónicas de los elementos de la alhambra, según el nivel de interrelación que consideremos, nos daremos cuenta de la complejidad de la Alhambra.
Un ejemplo sencillo de la convivencia de un orden tectónico dentro de un orden Estereotómico lo tenemos incluso en la propia muralla, la muralla de la Alhambra tiene un carácter intrínsecamente Estereotómico debido a su condición de masa mural, sin embargo, las torres representan nudos o conexiones entre los diferentes tramos de la muralla y conforman un orden tectónico dentro del orden estereotómico propio de los muros, además, unas torres por su condición de paso hacia el interior, y otras por su alineación    geométrica con los palacios del interior (alineación de ejes visuales),entran en interrelación con las piezas de los Palacios nazaríes.

Una vez puesto en evidencia que las torres tienen significados diferentes según la interrelación que consideremos, es de especial interés la segregación de significados de la torre de Comares. La torre de Comares es Torre defensiva, rótula de unión entre paños de muro continuo, rótula necesaria para adaptarse a la topografía del lugar, es además un espacio vividero, en concreto es la sala de Embajadores. Pero esta torres vuelve a incidir en un concepto que hemos comentado con anterioridad, pero esta vez lo hace de una forma más sutil, recordemos que en el primer patio que henos descrito, el cielo quedaba enmarcado por los cuatro altos muros del patio, y la arquitectura lo incorporaba hacia sí, pues bien, la Torre de Comares tiene unas pequeñas ventanas que dan al exterior, al paisaje, esta ventanas son visibles desde el Patio de los Arrayanes, no en vano, la Torre de Comares y el patio de los arrayanes están situadas intencionadamente en el mismo eje visual, de tal manera que desde el universo natural creado por el hombre , podemos advertir la presencia al fondo de la visual de estas ventanas en la Torre de Tomares, obviamente para que este contacto visual se produzca desde el Patio de los Arrayanes, ambos no tienen ningún elemento interpuesto que tape la visual, de esta manera se vuelve a captar sutilmente la naturaleza exterior representada por la fracción de paisaje exterior que la ventana enmarca, trayendo hacia sí la naturaleza dada del exterior y poniéndola en relación con la naturaleza creada interior.

Ya casi en el final de nuestro recorrido, al girar un muro apareció ante nosotros el último gran patio, otra sorpresa más: el Patio de los Leones, este Patio era de uso y disfrute privado de la familia real, en este caso la acumulación de ornamento llega a su climax, además , sumado a todo lo que había sentido con lo ya visitado, este patio incidió sobre un aspecto que venía apareciendo en algunos elementos de otros patios , pero  en este patio se presentó de forma muy intensa,: la gracilidad de los elementos constructivos.
Ataque sensorial; las columnas que debían ser por razones de carga de un mayor grosor , lo mcual podría penalizar la delicadeza del conjunto de columnas, se dividen en varias columnas gráciles, esbeltas, que separadas sutilmente entre sí dan el aspecto de bosque de columnas.
En este patio era especialmente reseñable la existencia de un pasillo perimetral, bajo techo, a modo de claustro, que te permitía admirar toda la fachada de columnas desde muchos ángulos….
Finalmente, y después de sentirme ya exhausto…, encontramos al fondo de la siguiente sala una puertecita, que suponíamos bien, nos llevo al exterior del complejo palaciego Nazarí. Salimos pues y nos encontraba,os fuera del palacio, pero dentro de la Alhambra.
Fue casi al instante, cuando empezando a andar por la oscuridad se nos volvió a presentar ante nosotros el Palacio de Carlos V…., nada vi más inconveniente que la arquitectura renacentista de un palacio que nada tenía que ver con el paraíso construido de una arquitectura Árabe que se relacionaba con la naturaleza, incorporándola hacia sí de forma magistral, incluso, llegué a percibir el tosco y pesado edificio renacentista como una especie de ofensa hacia lo sagrado de la arquitectura musulmana, como una especia de vulgar violación injustificada de un  lugar que se concibió expresamente para albergar un paraíso en armonía.