le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Antonioni, La aventura, 1960.




La sensibilidad de dotar de varios significantes al lenguaje de las imágenes es una de las señas de identidad del cine que produjo Antonioni. En esta secuencia los protagonistas de la película deambulan por una pequeña isla en busca de una compañera a la que no encuentran, ha desaparecido.
La búsqueda de la chica perdida se desarrolla en varias secuencias en las que los personajes que formaban parte de la expedición turística al islote vagan buscando sin obtener ningún resultado.

Una de las secuencias de esta búsqueda empieza con una imagen estática .Comienza desde un ángulo picado hacia abajo  en el que vemos cómo el mar golpea violentamente el borde de la tierra; el risco, es la línea de encuentro de dos medios diferentes de la naturaleza,  se produce de forma convulsa, podemos observar la violencia de las olas.

En ese ínterin aparece en el plano el novio de la chica que se ha perdido, representado por Gabriele Ferzetti. Podemos observar cómo busca en esa zona, y cuando ya desiste, tornándose a media vuelta…, un suavísimo movimiento de cámara nos sorprende.
La cámara empieza a girar verticalmente hacia arriba…., no sabemos a dónde nos lleva ni el porqué de ese movimiento…, pero sí podemos apreciar que la imagen recorre el risco sin detenerse en ningún detalle concreto.

No se detiene porque lentamente y con velocidad constante nos está llevando a otra imagen, prosigue la imagen con el recorrido por la roca.., todo el encuadre es masa de roca, y súbitamente , cuando la cámara empieza a alcanzar el plano hotizontal natural, nos aparece una nueva imagen: Es la cima del risco con la perspectiva del mar al fondo…, y ahí esta la otra protagonista.., Mónica Vitti.

De esta manera tan poética  Antonioni enlaza a los dos futuros protagonistas de filme, están ya encadenados por esta secuencia…,  es un anuncio de lo que va a pasar.  Es muy metafórico ver cómo la visión de la cámara parte desde una imagen violenta de la naturaleza identificada con la presencia de él, para llevarnos con el suave movimiento vertical al equilibrio más absoluto de estas dos fuerzas. La cámara termina su recorrido cuando el encuadre forma un equilibrio estático entre el mar y la tierra. En la composición del plano, la tierra y el mar están compensados, el peso visual del risco y el mar se equilibran , la estabilidad reina..,  y es en ese encuadre de equilibrio donde aparece Mónica Vitti.

Es una escena llena de metáfora significante, El hombre representa el conflicto, lo violento, representado por el encuentro olas batiendo en el mar, Mujer es más inocente y es representada dentro de un escenario más estable, menos violento. El movimiento de cámara representa el enlace entre ambos, el preludio de su encuentro.
                                                   La Aventura, 1960, Michelangelo Anonioni.

Ese rincón.





El mismo lugar, exactamente el mismo…, para repetir un encuentro fortuito; los dos mismos protagonistas …, dos ocasiones,  dos momentos de conversación, de encuentro.

Pero  aunque el rincón sea el mismo, la misma porción de suelo de aquel lugar,   los papeles no se repiten.

La primera vez, era ella la que había bebido y se sinceró mirándome a los ojos , sin quitarme la mirada, me habló de su sentir y exaló su culpa, se sacó su espinita y a mí me conmovió, porque me mostró su buen corazón.

La primera vez, ella partía a África.

La segunda vez…, acababa de volver de allí,  y en este segundo encuentro fortuito en el mismo rincón de una discoteca  fui yo el embriagado, y ella la lúcida. Pero yo no tenia nada que exalar…, o si?, puede ser que sí… pero la realidad de la conversación convencional se impuso y me limité a completar sus reflexiones Africanas.., pero sin pasión.

Ella, carente en parte de la desinhibición del primer encuentro, mostró las credenciales de su buen hacer conversador, y yo, sólo me dediqué a montarme en su barco, siguiendo la corriente del rio. Apenas una ristra de números fue el resultado.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

El potencial del cine, Kieslowski.



El Filme Rojo: Irene Jacob.



El cine es un arte muy completo y complejo de analizar, mi propósito en este artículo es mostrar un aspecto del mismo que me ha parecido advertir que ha sido poco explotado, ha sido a raíz de ver el cine de Kieslowski cuando me he dado cuenta de que este Director ha sabido sacarle partido a uno de los mayores potenciales que tiene el cine:

Todos sabemos aunque no lo podamos controlar, que en nuestro discurrir diario por la vida existen multitud de circunstancias, perdón, infinitud de circunstancias que potencialmente se pueden cruzar en nuestro camino e influir directa o indirectamente en nuestro destino. Este si que es un verdadero misterio vital…, la incapacidad de prever la influencia de cada circunstancia interna y sobretodo externa a nosotros. Somos dueños de movernos por donde queramos y tomar nuestras propias decisiones, pero en ambos planos, independientemente del camino que tomemos, las circunstancias se renovarán e influirán indefectiblemente en la evolución del resultado.

Resulta como una especie de ironía vital: “haz lo que quieras, eres dueño de tus decisiones pero hagas lo que hagas…, las circunstancias te afectarán…., sin poder preverlas” con la particular crueldad de que jamás sabrás si las circunstancias que se hubiesen generado a raíz de tomar una decisión diferente a la que tomaste pudieran devenir en algo mejor para tus propios intereses, en definitiva, ¡que el que esté detrás de esta crueldad debe ser muy retorcido!.

Pues señores , el cine nos permite controlar nuestras vidas ,sí, podemos sentarnos en el sofa y ver tooodo lo que le influye a un personaje a lo largo de la película, nos situamos a modo de juez.

Sin embargo, curiosamente este aspecto del cine es representado en parte, la mayoría de los filmes se ocupan más de contar lo que pasa más que explicar por qué pasa lo que pasa.

Por eso en el cine de entretenimiento las elipsis son constantes, interesa contar cosas que pasan ,hechos  sin más, para mantener la cabeza distraída. El cine de autor es aquél que profundiza en las relaciones de causa efecto en la evolución del personaje en el filme, así como de explicar las interacciones periféricas que provocan la toma de decisiones del protagonista.

Cuando vi la última película de la trilogía de Kieslowski ; Rojo, me dí cuenta a través de este director de este potencial del cine y que ha sido capaz de llevarlo a su  máxima expresión en este filme…, ya en Azul y Blanco está  presente, pero en Rojo es más acusado.

Kieslowski describe las vidas de los personajes que van a ir interactuando a lo largo del filme, podemos ver como se cruzan en varios momentos , sin conocerse, absolutamente ignorantes de que probablemente de algún modo estén encadenados de forma potencial en un  momento posterior del filme,  en unos  deviene en un encuentro sin consecuencias y en otros se produce la interacción.

El cineasta nos muestra cómo se producen las circunstancias que nos influyen en nuestra vida y cómo unas pasan de largo y otras ejercen una influencia decisiva…, este es uno de los milagros del cine.  La consecución metafórica del control de nuestras vidas, el espectáculo de poder ver qué es lo que realmente ha pasado a nuestro alrededor.


Kiesloswki fumando, hecho habitual.

lunes, 26 de noviembre de 2012

El valor de la imagen.




 

Cuando una imagen sintetiza un sentimiento, se pone de manifiesto una de las cualidades humanas más elevadas.
Una mañana de martes tenía lugar en el colegio de médicos de Madrid un concierto de cámara con 8 músicos; las estaciones de Vivaldi era el programa,  y un solista de 14 años que es considerado ya un genio…era el homenajeado, el protagonista del acto.
Era mañana de martes si…, ¿Por qué habría de ir yo un martes por la mañana a un concierto de música clásica?, todo estaba en contra de mi presencia allí…, al menos a priori, día de trabajo.., por la mañana …
Sin embargo, llevaba unos días asistiendo a conferencias y me encontraba inmerso en esa nube cultural que te instala en un estado de sensibilidad especial, que te influye  y te incita en ése ánimo de necesidad de recibir, de percibir más, un ánimo perceptivo.
Esa inercia me llevó a organizarme bien la mañana y trabajar intensamente para poder estar liberado a eso de las 12. Llegó la hora de partir hacia el teatro y salí raudo hacia allí con mi coche.  Mi distracción urbana favorita; esa ventana para mirar Madrid y sus calles, sus personas, y poder desde la calma de la cara interna del cristal, observar y dar juicio a lo que veo, juicio y emoción.
Estaba ya fuera casi de tiempo, había atasco y cuando empecé a buscar aparcamiento sólo quedaban unos pocos minutos para que empezara el concierto…, otra vez vino a mi mente esa suerte especial que tengo con el aparcamiento, es llegar al sitio y ahí suele estar “el sitito”…, pero esta vez, a la primera vuelta a la manzana, se resistía,.., ¡pero ete aquí!, de repente un pequeño sitio, una placita, y casi al lado de la puerta, un pequeño milagro del destino que a menudo se interpone entre mi coche y esos pequeños espacios entre vehículos…
Entré en el edificio y después de dudar sobre el camino a escoger hacia el concierto, recibí una espontánea indicación del conserje: ¡ por ahí, al fondo!. Empecé a penetrar en los pasillos del edificio y atravesé un patio, había varios opciones para seguir…, pero súbitamente se escucho la música proveniente de la sala.., ¡el concierto había empezado!.
Me deje llevar por el rastro sonoro y con algunas dudas iniciales, terminé desembocando en una gran puerta que podía ser el acceso…, o no,… Ante la posibilidad de abrir la puerta equivocada e irrumpir en el escenario, pues parecía que la música salía de esa puerta, me mantuve estático.., sin saber que hacer.
Otra vez el destino me ayudó y de una puerta lateral salió un viejecito al cual le pregunté: ¿se puede entrar?, el me contesto: por supuesto, y allí que penetre….
La primera imagen fue IMPACTANTE, tanto por la majestuosidad de la sala como por lo inesperado de esa arquitectura tan solemne, un maravilloso teatro de gradas semicirculares que envolvía el escenario, el tamaño del teatro era perfecto, un tamaño familiar, perfecto para conciertos de cámara.
Traté de ser prudente y me situé cerca de la puerta por donde había entrado, quedando en un lateral de la grada, conforme pasaba el tiempo e iba tomando confianza con aquello que me rodeaba.., iba reforzando el la  irremediable tentación de situarme en la parte central del semicírculo.. para poder percibir la sala y a los músicos de la manera más plena.
Aproveche un parón entre movimientos y ahí que me lancé, me situé en un punto intermedio de altura de la grada, y en todo el centro, ahora sí...,  me relajé,  y empecé a captar todo aquella maravillosa música que sonaba tan cercana a 8 metros de distancia, sintiendo al tiempo aquel volumen de aire que llenaba la cavidad acústica de la sala, sentía el gran muro frontal del escenario y la piel semicilíndrica que lo cerraba. A menudo en Arquitectura nos complicamos con extrañas superficies que conforman espacios, pero es sabido que la utilización de formas geométricas básicas y rotundas son fácilmente perceptibles por el individuo y son más aprehensibles, de manera que la influencia de su geometría crea efectos más intensos y más clarividentes en el mensaje sensible hacia el observador.
Jorge me había comentado que irían dos amigas suyas a ver el concierto; a verle a él…Yo no veía a ninguna pareja de chicas en la grada, hasta que de repente entraron dos chicas por la misma puerta lateral que yo había utilizado y ocuparon desplazándose con sigilo un par de  asientos libres que estaban en la misma zona donde yo me senté al principio.
Me di cuenta de que eran sus amigas cuando a una de ellas, la rubia, puede observarla buscando con la mirada a Jorge de entre los ocho músicos hasta que sonrió con sorpresa y le dijo a su amiga: ¡ahí esta!.  No había duda, eran ellas.
Me dispuse a seguir disfrutando del concierto sin dejar de estar atento a las reacciones de esas chicas, en aquel momento yo era un espía de reacciones, un desconocido con información privilegiada, dispuesto a aprovechar mi excepcional condición de observador anónimo.
Estaba claro que la rubia era la amiga de Jorge, tras un primer análisis superficial de los físicos de las dos, me centré en la otra, que casualmente se situó del lado desde el que las veía, yo estaba situado unas gradas más arriba, y podía ver su rostro en escorzo con total detenimiento, sin temor a que mi atenta mirada fuera sentida.
La imagen:
Empecé a perder interés en centrarme en la música, para ahondar en la observación de aquella chica; qué facciones…., unos rasgos marcados, pero nada viriles, al contrario, muy delicados, con gracia. Un perfil estilizado en el rostro; analizados uno a uno, todas los rasgos de su cara me eran muy armoniosos y agradables. La boca grande; una generosa sonrisa, nariz griega, y ojos grandes pero ligeramente rasgados.
El efecto llegó a ser turbador una vez asimilé la melena que portaba: Un Melenón castaño, un pelo perfectamente mimado y larguísimo que no perdía su empaque desde el principio de su recorrido hasta la misma punta final en su extremo…, se notaba claramente que era un signo de su personalidad, de su identidad, y así que lo movía, con estilo y sin afectación.
Pero una mujer no es nada, al menos para mí, sin su expresión.  La gestualidad facial y corporal es el universo en movimiento de las partes integrantes de la armonía. Existe  la armonía de las partes con el todo; de su pertinente ubicuidad, esta armonía, sumada la armonía de las proporciones constituye una cara,   pero existe otra armonía que es la que te cautiva, la que hace que vibres…, es la armonía  de la expresión; la armonía en la expresión es aquella que te evoca el interior de la persona. De todas las armonías que he mencionado, esta última es la más subjetiva.
Qué cantidad de gestos cálidamente suaves, sin afectación, carentes de toda melindrosidad. Armonía en estado puro, qué forma de mirar al escenario, una expresión de serenidad, hasta transmitía bondad en su rostro, transmitía gracia , una vivacidad delicada, en definitiva: un encanto en la expresión que no te deja quitarle la mirada porque sabes que a cada segundo que pases mirándola vas a recibir más y más…
Podría seguir con la descripción, pero creo que lo que he escrito hasta ahora es suficiente para poder transmitir la idea que quiero mostrar:
Pocas veces en la vida se producen estas situaciones, han de confluir varios factores que actuando conjuntamente en un breve espacio de tiempo, logran el milagro, una especie de milagro de la conquista del cerebro humano: el nacimiento del sentimiento.
Todo este batiburrillo de sensaciones intensas empaquetadas en pocos minutos de interacción de los sentidos, tal torrente de armoniosidad, genera una turbación tan grande que todo ello desemboca en : "la imagen", una imagen que resume un sentimiento que sin uno darse cuanta acaba de nacer, sentimiento que en algunos casos ha bastado para que una persona se enamore de otra, por eso debe ser que muchas veces el enamoramiento es considerado algo tan aparentemente irracional, porque hay veces que surge de una simple imagen, pero es que esa aparente imagen es el resumen de toda la idea, una idea que nos resume la esencia de lo que la otra persona es.







lunes, 19 de noviembre de 2012

El Papelito.




Muchos de ustedes pensarán que nada mejor que contratar un grupo de animadores para hacer que una fiesta en su casa sea especial, ¡o quizás un mago!, o qué se yo…, ¿una actuación musical?, por ejemplo.
No, están muy equivocados,  si verdaderamente quieren que su morada se convierta en un referente de experiencia vital para todos sus invitados lo tienen fácil, sólo han de tener entre los asistentes a un GRAFOLOGO.

Si, si, un GRAFOLOGO.
Un grupo muy selecto de personal  vino a mi casa; gente educada y cordial, todo transcurría con normalidad y la  armonía creciente entre los asistentes se hacía  patente en cada conversación.

¡Por fin una fiesta sin altercados!, ignorante de mí…,
Todo empezó con la inocente frase:  “… yo es que estudio grafología”, es de estas frases que suscita un incipiente interés inicial, para quedar finalmente diluida en anécdota  debido al desconocimiento de la materia por parte de personal en general.

Pero entre nosotros había un enemigo….., ¡¡¡¡“el papelito….”!!!!,
Una porción ridícula de papel  era suficiente para llevar al más pintao a la silla del juicio final….; pero vayamos por pasos:

¿Así que estudias grafología eh?,

Si, dame un “papelito”, escribes algo y ya te interpreto…


 ¡Ahí lo tienes!, ¡punto de inflexión!...,¡ y sin retorno!; la armonía reinante se tornó en pasión de masas, la inigualable experiencia vital de que un profesional te diga lo que ni siquiera tú sabes de tí mismo y encima te lo diga delante de los demás invitados tuvo un efecto DOMINÓ entre los asistentes, es curioso que algo tan elevado como la Grafología pueda encender los bajos fondos del comportamiento, de repente tenía a 18 personas excitadas , sin control…., dejándose llevar por los bajos sentimientos pasionales de la acción en masa, a modo de hinchada en un partido de futbol.
La grafóloga  no daba crédito a la avalancha de papelitos  que parecían contener en su palabra impresa el elixir que curase su ansia de saber quienes son ellos mismos en realidad.

Ante tal vehemencia de la masa presente, ya con la fiesta fuera de control, la pobre grafóloga se dispuso a nutrir de carne fresca (no le quedaba otra si quería sobrevivir) al selecto grupo de invitados ya convertidos en algo parecido a la muchedumbre de ciudadanos iracundos que asaltaba la Bastilla y que terminó degollando al comandante de la Bastilla Launey,  clavando su cabeza en una pica la cual pasearon por la ciudad,  esto  sirvió como comienzo de una mórbida tradición revolucionaria.

Pero en nuestra fiesta no queríamos que la sangre llegará… a la pica, así que nuestra incipiente grafóloga empezó con sus descripciones:

 Papelito en mano y…:

“pues mira eres algo egoísta, muy pasional y te asustas de tí mismo”

¡Toma ya!, una capacidad para soltar adjetivos dilapidantes sin parangón, cual implacable juez, acompañado de una seguridad en el tono que resultaba insultante, lo cual convertía al  interpretado en un personaje del tamaño comparable a la diminuta porción de papel que dictó su sentencia de muerte.

¡¡He aquí la metáfora de su destino!!, el ridículo tamaño de cada papel se iba correspondiendo  con el menguante tamaño virtual del analizado, expuesto al juicio cruel del vulgo ,  a cada adjetivo pronunciado por la voz de Dios, su tamaño disminuía para convertirse en un papel donde ni siquiera una mísera letra, la unidad alfabética, pudiera constituirse de por sí; la nada más absoluta.

 ¿Me lees mi papelito a mí también?, ¡exclamaban varios asistentes a la vez!, yo mientras, trataba de pasar desapercibido para no ser juzgado en esa plaza de ejecución improvisada. Finalmente la masa ya extasiada de tanto adjetivo calificativo proveniente de tan alta ciencia grafológica, guardoles los papelitos a modo de trofeo. ¡su personalidad estaba ahí!.

 Tiene que ser muy excitante el pensar que alguien te diga como eres, pero es que no te lo dice una persona , te lo dice una ciencia.

Esto hecho es el detonante de toda la excitación general, te pueden decir muchas cosas sobre tí, pero al fin y al cabo viene de otro ser humano, igualmente subjetivo que tú, con defectos y virtudes parecidos.

Sea ciencia o no, que lo es,  ¿ hasta qué punto el análisis de la letra nos pueda dar una visión certera sobre la personalidad de alguien?, lo que sucedió en esta fiesta fue una especie de exposición en plaza pública de personas , personas expuestas sin sus ropajes, desnudas ante  la atenta mirada de los demás, siendo descritos por la divinidad que otorga el poder de la ciencia.
No olvidemos que también la exposición del otro ante los demás genera un morbo intrínseco,la curiosidad morbosa es algo antropológica, esa fue quizás la principal motivación  de aquel acto que incendió el edificio de la armonía reinante.



miércoles, 7 de noviembre de 2012

La fotografía y el hombre.




Estamos acostumbrados a ver fotografías constantemente, es un acto rutinario, y lo consideramos un elemento más de expresión visual.

¿Qué es lo que atrae al ser humano de una fotografía, ¿cual es el misterio latente detrás de esa imagen  estática?. La fotografía genera una atracción irracional en el hombre. Observar una foto genera una tensión, un interés, una atención que no sabemos explicar. Seguramente haya muchas definiciones acerca del significado de la fotografía en general y multitud de motivaciones personales para dedicarse a la fotografía.

Sin embargo, creo que esta atracción irracional que genera la imagen, debe tener un origen; una génesis. Al expresarme en términos de irracionalidad hago referencia al carácter inexplicable de esa atracción, seguramente si a un individuo le preguntamos porqué le atrae una la fotografía en general; la imagen, podrá argumentar que le atraen los colores, las composiciones, el significado emotivo de una foto.., etc.

Quizás una de las primeras lecturas trascendentes acerca del sentido de la atracción de la fotografía sobre el hombre sea el hecho de parar el tiempo…, una foto es la representación de un lapso de tiempo.



El hombre con la fotografía ha logrado burlarse de su mayor verdugo: el tiempo.


El tiempo es el que fija nuestra aparición en la vida y al mismo tiempo se convierte en testigo presente de nuestra existencia, nunca para…, sigue y sigue, inexorablemente. La esencia del tiempo tiene sentido en tanto a “su curso”, es continuo y nosotros lo hemos parado con la fotografía.

¿Cabría preguntarse lo siguiente?: Si el tiempo es realmente una variable contínua, sin pasos intermedios, pudiéramos pensar que una fotografía al representar un punto concreto en el recorrido del tiempo, al hacer la fotografía, el resultado podría ser que no viéramos nada, puesto que si el tiempo existe sólo en relación a su continuidad, el representar un momento concreto podría romper el sistema, y no representar nada en la foto, la foto saldría negra, contemplo la posibilidad de que si pudiéramos captar un momento unitario de tiempo, la foto saliera negra pero no porque no haya habido tiempo a captar luz, sino porque se rompe el sistema, porque sería como parar el tiempo de verdad, ¿quizás eso implicase la nada?, que no salga nada por que no existe nada si se para el tiempo.

Cuando hacemos una fotografía siempre lo hacemos captando la luz durante un pequeño espacio de tiempo para tener la imagen…, con lo que realmente representamos un tiempo corto, pero no un punto concreto del tiempo.

Siguiendo por esta línea de razonamiento, me induce a pensar que la fotografía no representa la paralización del tiempo, al menos no en rigor pero sí metafóricamente, y que además depende de la luz para existir. La luz y el tiempo son variables de diferente naturaleza, parece que el tiempo no necesita a la luz para tener sentido, existencia. Sin embargo en relación a la fotografía tiempo y luz van de la mano.

Continuando en la investigación de porqué la fotografía nos genera este interés tan vagamente explicable con palabras como explícitamente intenso en su interés…, se me ha ocurrido una posibilidad.

En ocasiones, la incapacidad del hombre para entenderse a sí mismo en cuanto al porqué de sus  intereses pasionales por ciertas cosas, como el arte por ejemplo,  creo que tienen su origen en anhelos antropológicos básicos, y la fotografía encierra uno que me parece fascinante.

El ser humano no ha visto otro punto de vista de una imagen  que no sea el suyo, jamás lo ha visto, ningún ser humano ha podido ver por otro, yo no puedo ver lo que mi amigo ve, ni puedo estar en los ojos de lo que otro amigo mira.

La visión del mundo, toda nuestra visión sobre lo que nos rodea sólo tiene una referencia subjetiva: nuestros ojos. Desde este punto de vista, valga la redundancia, el hecho de que un ser humano pueda contemplar una imagen que otro ser humano ha fotografiado implica una metáfora muy bonita que creo será en parte responsable de esa atracción misteriosa , inevitable, tentadora,



,y es la posibilidad de ponerte virtualmente en los ojos del otro…,
en la visón de otro ser humano. Significa ver lo que el otro vio,



algo imposible en la realidad, la naturaleza no nos lo ha permitido, y nosotros mediante la tecnología hemos burlado a la naturaleza, esta satisfacción es la que genera ese regustillo misterioso, es una forma de ser más de lo que realmente somos.


lunes, 5 de noviembre de 2012

Michelangelo Antonioni.


Declaraciones del cineasta Michelangelo Antonioni tras recibir un galardón internacional:


“Desde 1950, año en que grabé Crónica de un amor hasta hoy, siempre he querido seguir una misma línea, trabajar sin pensar en el público, no porque desprecie el público, no soy un intelectual como puedan creer algunos, ni nadie que trabaje en una torre de marfil, sino porque pienso que las películas no se deben de hacer para el público, ni para ganar dinero, ni conseguir popularidad, sino que en mi opinión deben hacerse para ser lo mas bellas posible y creo que este es el mejor modo de trabajar, de ser sincero.”







domingo, 4 de noviembre de 2012

Esencia de Mujer.




De cada mujer trato de apartar la cortina que está proyectando sombra sobre su perfil de personalidad, trato de ponerla a un lado y dejar que mis ojos sean la luz, la fuente de luz que se proyecte sin solución de continuidad sobre sus ojos, trato de iluminar su rostro, sus formas corporales,  y finalmente,  bañar la retina de sus ojos para emprender viaje al centro de su alma, sus personalidades, sus anhelos, sus miedos y creencias más intinas, aquellas respuestas a mis preguntas que por fín se oyen sinceras.

Existe un momento especial en la interacción con una mujer, es aquél momento en el que llegas al centro de su corazón a través de ese viaje hacia la  confianza que genera el tiempo y la actitud sincera.
Sólo se descubre la esencia de una mujer cuando consigues que saque de su interior lo que le da miedo, sus inseguridades. Para una  mujer, sus inseguridades son parte de su  ADN , y forma parte importante en más casos de los que se piensa de su personalidad. Por supuesto,  no es que sólo sus inseguridades sean su personalidad, pero sí que es testigo oculto del porqué de su forma de actuar, de ahí la frase:

“no hay quien comprenda a las mujeres”
Una mujer siempre te hablará de lo que le gusta o de lo que detesta, pero todas mantienen soterrado aquellos aspectos de sí mismas que les generan incertidumbre. En contra de la creencia popular, al hombre le cuesta menos hablar sobre sus inseguridades, entre otras cosas porque en la mayoría de los casos no las ha analizado…, la mujer  lleva consigo el auto cuestionamiento constante.

Quién descubra la cortina tendrá el privilegio de contemplar a una mujer hablando de sí misma, de sus miedos y sus anhelos, es el momento de la verdad, se acabó el maquillaje, se descubre a la mujer de verdad.  Bajo estas condiciones la mujer crece  y notas cómo es en ese momento cuando más mujer se siente…, un paso más hacia el encuentro consigo misma, la aceptación de sí misma. Es el momento en que se libera de toda la presión y habla por ella misma, no por ella misma en tanto que a su porcentaje de fidelidad con respecto al canon dictado.

Por eso creo yo que hay muchas mujeres que dan una imagen al exterior y luego internamente son muy diferentes.

La mujer ha recibido unos cánones muy precisos y difíciles de cumplir por la sociedad acerca de cómo se espera que debe ser y comportarse, más si cabe en todo lo concerniente al aspecto físico, siendo conscientes de la importancia que da el hombre a este factor, debido a la preminencia del uso del sentido de la vista por parte del hombre.

Por su capacidad analítica, siempre ha sido de personalidad más compleja que el hombre en general,  pero a este factor antropológico, las  precisas reglas o expectativas sobre las que la mujer debe encajar de forma estricta no hacen sino acentuar más su dialogo interno acerca de si cumple o no con lo que se espera de ella, y las consecuencias de estos condicionamientos sobre una personalidad como la de la mujer hacen que se generen como dos personalidades paralelas, la que ven los demás, lo que muestra de cara a lo que la sociedad quiere de ella, y la suya propia, que puede sacar a relucir y desarrollar en esos momentos en que por fin no es necesario el maquillaje.

El hecho de que esa confesión de sus verdaderas personalidades  sea manifestada a un hombre tiene un mayor efecto en sí mismas dado que es el hombre el que indirectamente y de forma involuntaria  ha generado ese estado de dualidad de personalidades.

lunes, 22 de octubre de 2012

Índice amoroso a la baja en las calles de Madrid.



Ya lo dijo Giacomo Leopardi muy agudamente, y fue él la primera persona que lo advirtió, que en las ciudades el sentido que predomina sobre todos los demás es la vista.
Las ciudades son agrupaciones de individuos que tiene contacto visual, pero no se relacionan.
No es extraño que en las ciudades el aspecto estético que tengas sea tan importante, es el lenguaje de presentación para con los demás.
Como ciudadano de Madrid que soy, me dedico a surcar diariamente las transitadas calles de madrid con mi coche, y disfruto dando rienda suelta en cada parada de semáforo al sentido por excelencia del urbanita: la vista.
Me gusta mirar a la gente, como andan, como van vestidos, sus caras, su aspecto , su gestualidad, hasta me imagino como serán sus vidas, bueno esto ya son películas que me hago..., jaja.
El caso es que los ínterin de tiempo estáticos; los semáforos, son una interminable fuente de información visual sobre el  personal que anda por nuestro asfalto.
La semana pasada , en una de mis paradas, mientras escuchaba música de repente apareció en mi encuadre una pareja de unos 26 años que cruzaban el semaforo, atención: ¡¡agarrados!!. Me llamó poderosamente la atención y me gustó mucho, se veía que estaban muy agusto. Cuando ya los perdí de mi vista;  inmediatamente, esa agradable sensación que me brindaron se convirtió en el detonante que me hizo darme cuenta de que hacía mucho tiempo que no veía por la calle a una pareja andar abrazada, no me refiero a cogidos de la mano, no, ir abrazados.





Es un drama, ¿qué nos pasa?, tengo el recuerdo de que hace unos años veía a más parejas enamoradas y abrazadas, con ilusión. 
Tanto índice de prima de riesgo y luego: ¿nadie saca un indice de enamoramiento de las parejas de Madrid? 
Propongo que esto cambie de una vez; ¡esta  asepsia comunicativa amorosa debe cambiar de tendencia!, !que las parejas se den besos, se abracen y muestren  su amor al resto de la ciudadania!, eso redundará en crear un clima más sano y agradable para todos, ¡a más crisis más besos!.

jueves, 4 de octubre de 2012

Sobre la felicidad.



“Lo importante es ser feliz”

“Lo importante es ser feliz”, esta es una afirmación que inunda el panorama de lo “deseable” en esta sociedad infestada por medios de comunicación que distribuyen de forma  masiva  estados de opinión y recetas sobre formas de vivir, recetas fáciles de consumo inmediato para que el individuo no reflexione por su cuenta acerca de temas que le afectan en su vida, sin ser ni siquiera  consciente de ello.

Cada individuo debe encontrar su propia respuesta a los temas que son comunes a todos, pero no hay respuestas comunes, hay respuestas individuales a los temas comunes, al menos así debería ser en una sociedad culturalmente avanzada.

Paradógicamente el exceso de información y sobretodo la facilidad de propagacíon de la información nos está llevando a un nihilismo apreciativo, a la uniformidad de criterio y crítica, algo muy peligroso porque alienta sociedades sin capacidad de razonamiento crítico ni capacidad analítica.

¿”Lo importante es ser feliz”?,¿Quién puede oponerse a una frase  que contiene un ambición tan loable y bonita?, ¿es igual la forma en que lo consigamos?,  ¿Cómo conseguimos ser felices?.

La frase “lo importante es ser feliz” a mi me deja algo perplejo, me paraliza mentalmente, es curioso porque hace unos años no me pasaba…, pero a base de pensar sobre el concepto de lo que significa la felicidad, el escucharla así…, de repente, como conclusión…, se me antoja algo caprichosa, algo superficial, e incluso tendenciosa porque mucha gente puede interpretar la felicidad como un fin en sí mismo independientemente del camino que nos lleve a ello.

Hablar sobre la felicidad y todo lo que filosóficamente acarrea es complejo, es un tema difícil de tratar. Cuando últimamente he hablado de este tema con diferentes personas he podido distinguir  salvo excepciones, que no tienen claro  cual es su visión acerca del asunto, es decir, es obvio que la apreciación de la felicidad es un concepto subjetivo de cada persona y difícilmente podemos entrar a reflexionar sobre el grado de felicidad que le aporta un mismo suceso a dos personas diferentes…, puesto que nunca podremos compararlos ya que la propia apreciación ya es subjetiva de cada persona.., pero…, sobre lo que podemos razonar es acerca de cual es el camino que a tí te lleva a la felicidad, ¿Cuál es el tuyo?.

Quiero dar mi punto de vista acerca de dos debates en torno a  la felicidad, por un lado en torno al debate que se suscita cuando a menudo la gente anhela la supuesta felicidad de los individuos sencillos o rudos, y por otro lado dar mi opinión acerca del concepto de la felicidad que me he ido formando hasta ahora. Es muy común la apreciación por parte de gente con sensibilidad acusada de pensar en que las personas que son más sencillas, en general, disfrutan de un grado de felicidad mayor puesto que la percepción de la realidad se simplifica y eso revela un camino más corto hacia una sensación de felicidad superior que la suya, como consecuencia afirman que anhelan dicha felicidad y reclaman en cierto modo un simpleza mayor para sus vidas.

Bajo mi punto de vista cada individuo tiene la responsabilidad de buscar su propio camino hacia la felicidad. Anhelar la supuesta felicidad del rudo es faltarse el respeto a uno mismo, dado que, en esencia, constituye una renuncia a su propio yo, y un fracaso en su proyecto. Quiero matizar que cuando afirmo que el individuo el cual anhele otro tipo de personalidad se falta el respeto, no es tanto en relación a el valor que otorga a su propio ser, como al poco respeto a la naturaleza que le ha dado esa cualidad, la de ser sensible, lo veo como una especie de gesto desagradecido.

En este debate es necesario incluir en concepto de felicidad consciente o felicidad consciente. Muchos de los que anhelan esa felicidad sencilla y primigenía no estarían dispuestos a vivirla como tal cuando llegada la ocasión de sentirla así, se dieran cuenta de cuan vacía puede llegar a ser una sensación agradable que no tiene fundamento en la consciencia de estar sintiendo algo resultado de un proceso complejo, para simplificar, nadie puede experimentar la felicidad sin haber experimentado antes la infelicidad. El concepto de felicidad sólo es apreciable en tanto en cuanto se produce la comparación entre la sensación de tristeza y la sensación de placer, de ahí parte otra de mis denuncias acerca de la creencia popular acerca de la consecución de la felicidad como fin en sí mismo.

No es que me niegue a la pretensión de una especie de estado natural de placer constante, no es que no lo encuentre deseable, pero  hablar en esos términos de la felicidad me parece prostituir el concepto. Curiosamente, aquellos individuos complejos y sensibles, tienen ambos extremos de sensaciones más distantes de lo normal, por lo que los momentos de desgracia serán más intensos en tanto que el contraste con los momentos de placer es mayor que en las personas simples o rudas. Obviamente este razonamiento es análogo para las sensaciones placenteras con respecto a las sensaciones tristes.

Quiero profundizar sobre lo que supone la felicidad consciente:

Supongamos que un individuo muy simple se declara feliz de forma decidida, de alguna manera, admitimos que en cierta medida su felicidad está basada en la dificultad para  percibir el mundo que le rodea, de su incapacidad para percibir los matices de la vida diaria, aquellos que nos entristecen y aquellos que nos hacen disfrutar.


¿Es envidiable este estado de felicidad inconsciente?





Quede claro que no se trata de vituperar al individuo simple y rudo, pero tampoco se puede caer en el error de anhelar un tipo de felicidad así, no ya por considerarla desde el prisma del individuo sensible como felicidad inconsciente, sino por como he mencionado antes por esta especie de incoherencia personal, la falta de asunción de su propia esencia sensible, que es una cualidad innegable.


¿Porqué no prefieres un tipo de felicidad más consciente?, su búsqueda será más compleja y ardua, pero hacer otra cosa sería negarte a tí mismo, anularte. Entiendo que cuando un individuo sensible y complejo se declare feliz en un momento dado de forma decidida, esta felicidad, será seguramente el resultado de un proceso de maduración, por lo que su disfrute será mayor.

Según Aristoteles , el fin supremo del hombre es la felicidad, esta afirmación se me antoja más una declaración utópica, que un fin supremo, me explico, la felicidad es un proyecto, no un fin.

Dejenme explicar el matiz: si lo consideramos un fin, estaríamos despreciando el proceso vital que “hipotéticamente” nos lleva hasta este fin feliz, el fin no puede ser la felicidad en sí misma, por el contrario, sería el proyecto en tiempo real del concepto ser feliz. No se persigue la felicidad, se proyecta, la palabra proyecto incide sobre la vivencia de la vida, la vivencia del camino, con sus cosas buenas y malas.

¿La felicidad es una cualidad suprema?

Quiero cuestionar la sacralización del concepto ser feliz, definido como aquel sentimiento de plenitud total, sentimientos agradables por doquier, non–stop. ¡Seamos todos felices!, es triste, porque  la sociedad se le transmite un mensaje confuso y generador de frustración al no lograr estos fines tan supuestamente maravillosos.

Les voy a plantear una disyuntiva: ¿es posible que haya habido multitud de personas desconocidas que hayan vivido una existencia más feliz en términos absolutos que…, pongamos por ejemplo.., ¿Velazquez?, ¿Orson Welles?. Estoy convencido de ello, estoy seguro que Orson Welles ha sido menos feliz que muchos otros seres humanos, La pregunta que le hago es: de poder elegir,  ¿qué vida habría elegido?, ¿preferiría haber vivido la vida que vivió Orson Welles o la vida que Vivió Picasso?, o bien preferiría haber vivido la vida de un ciudadano de Washington. Yo lo tengo claro, es posible que ese ciudadano de Washington haya sido más feliz, pero me quedo con la incomparable intensidad de vivencia existencial que sin duda Picasso y Welles experimentaron. Goya tuvo una vida muy desgraciada pero mucha gente querría vivir su vida.


Entonces…, ¿tan importante es ser feliz?, ¿es el fin supremo del hombre?.

He aquí el punto del razonamiento en que expreso  mi visión de la felicidad, o la forma en que yo la traduzco. Para mi la felicidad no tiene sentido en sí mismo, creo mucho más en la vivencia de una vida que se sienta plena por haber sido vivida de forma profunda. La profundidad la cifro en la intensidad de la vida experimentada, en la sensación de haber exprimido cada segundo de la vida exponiéndote voluntariamente a vivir lo bueno y lo malo, ambos aspectos formando parte indisoluble de un concepto único.., la vida, la vivencia existencial sentida de forma verdadera. Por verdadero entiendo el no negarse a asumir lo bueno y lo malo como parte de la esencia irrenunciable de la vida, al contrario, seamos valientes y respondamos a la vida, dialoguemos con ella y no dejemos de sentir la tristeza de un desamor por miedo al sufrimiento, por poner un ejemplo.

Por tanto, ¿qué importancia tiene ser más o menos felices?, hay otros valores como la ética y la moral que considero superiores. La ética y la moral no dependen de la consecución de determinados sucesos para lograrse como la gente considera en el caso  la felicidad, no, son conceptos que uno lleva dentro, y puede hacer cumplir una y otra vez con arreglo a su código ético y moral, y si en un momento dado somos débiles y nos traicionamos implicaría el  perdernos el respeto a nosotros mismos.

Si cometemos un acto reprobable o que perjudique a nuestros semejantes, no pasa nada mientras el individuo trate de mejorar, ese es el quid, la voluntad de ser mejores con los demás y con nosotros mismos siempre que no perjudiquemos a los demás.
Otro principio que considero fundamental es el autoconocimiento, va aparejado al cultivo de la ética y la moral.

La aventura personal de construir tu propia identidad con el paso de los años, respetando los códigos éticos y morales en los que creas…, y si después de intentar a lo largo de tu vida con ahínco  ser mejor persona ,el resultado de tu nivel de felicidad es intrascendente, porque simplemente has hecho lo que tenías que hacer…, lo que pasa.., es que como no podía ser de otra manera, las personas que entiende su periplo vital de esta manera seguramente cuando lleguen al final de su vida sientan una satisfacción personal, pudiendo mirar a la vida de frente.

Me he centrado en valores como la ética y la moral, pero hay muchos más que son encomiables, como la bondad, la compasión o el perdón.

“No puedes obligarte a tí mismo a sentir algo que no sientes, pero sí puedes obligarte a hacer el bien, a pesar de lo que sientes”.


Una propuesta:

Esta imagen de concepto loable o deseable que tiene la felicidad , puede tornarse muy peligrosa si para alcanzarla nos ponemos objetivos únicamente personales , la consecución de la felicidad en estos términos lleva aparejado el egoísmo. Llevado al extremo, la felicidad llega a confundirse con el objetivo egoísta y como consecuencia se genera la ansiedad por conseguir los objetivos, si esos objetivos no se cumplen, el individuo sufre, y si se cumplen deviene la sensación de  vacio o una sensación de frustración porque siempre se desea más provocado por la avaricia, que es una consecuencia del egoísmo. Este esquema cabe dentro de los planteamientos globales de la sociedad, en la reflexión “lo importante es ser feliz”, se razona acerca de otras maneras de ver el asunto.
Volviendo al razonamiento, parece poco inteligente supeditar  la consecución de la felicidad al capricho de que las incontrolables circunstancias exteriores de la vida nos permitan conseguir aquello que nos proponemos.

Existe otra manera de buscar la felicidad, es una  opción por increíble que parezca no es la más común ;), aunque  es mucho más fácil de conseguir.
Una felicidad basada en hacer el bien sobre el prójimo. Este es un valor que sólo depende de nosotros mismos y no puede ser cancelado por ninguna circunstancia exterior. Saber que ayudas a los demás es una gran fuente de satisfacción, y lo puedes hacer siempre que desees, no se acaba, y el porcentaje de éxito es del cien por cien, si, es total porque aunque ayudando a alguien no logres el objetivo, la sensación de saber que estas intentando ayudar a los demás ya es suficiente porque tu corazón sabe que lo importante es que estás actuando bien, independientemente del resultado final.

Así visto, resultan extremadamente torpes los individuos que cifran su felicidad en conseguir cosas concretas para sí. Por supuesto que las ambiciones personales son loables y necesarias pero llevadas  al extremo se vuelven contra el individuo.


La felicidad como retrato de la personalidad del individuo:


Este verano trataba con una persona muy cercana a mí sobre la felicidad. Según esta persona, la felicidad dependía del porcentaje de consecución de aquellas expectativas que nos vamos marcando…, con esa frase me di cuenta de lo poco que nos parecemos.

Resulta curioso, sorprendente, que dos personas tan cercanas tengan visiones tan diferentes acerca de un tema tan importante como la felicidad.

He pensado muy a menudo en el concepto de felicidad, es muy complejo porque es muy difícil analizarlo sin desprenderse de la influencia de tu propia personalidad. Realmente parece que el concepto de felicidad va muy ligado al tipo de personalidad que uno tiene, esto apoya la línea de pensamiento que considera a la felicidad un concepto muy subjetivo, por eso me gusta tanto la frase lapidaria de Giacomo Leopardi: “cada uno es tan infeliz como cree ser…”

Creo que a través de la profundización a cerca de la opinión que le merece a una persona el tema de la felicidad podemos sin que ella misma se dé cuenta trazar las líneas maestras de su personalidad. En este sentido la subjetividad del concepto felicidad hace que se torne poderosamente objetivo el retrato psicológico del personaje en cuestión.

La felicidad es uno de esos temas que cuando salen en una conversación o crea un cisma o una identidad total, normalmente no hay términos medios entre los intervinientes. Por otro lado , también es de los pocos temas que considero difíciles de falsear, esto es, sabemos que muchas personas desean dar una imagen acerca de las opiniones que tienen sobre diversos asuntos, o, quizá, ocultar su verdadera opinión sobre un asunto por los motivos que sean. La felicidad es un concepto tan profundo e inaprehensible que precisamente ese factor que lo hace tan difícil de comprender es el provoque que la gente no sea capaz de manipularlo para dar una opinión que le interese en un momento determinado.





El pesimista y el Optimista, la actitud:


En el  tramo central de este escrito, he tratado  de presentar enfoques analíticos acerca de la felicicidad, tratando de que impere el raciocinio objetivo para acotar el tema aún siendo consciente de que estoy aportando mi visión personal del asunto,  incluso  he llegado a plantear la eventual intrascendencia del concepto felicidad, dejándolo relegado en un segundo plano respecto al valor promordial de la vivencia intensa de la vida, con todas las consecuencias que ello acarrea en términos de

Sin embargo, no podemos obviar que el sentimiento de felicidad es subjetivo.El pesimismo y el optimismo son dos conceptos contrapuestos que están intimamente ligados a cómo se siente  la felicidad, si bien yo mismo en este escrito no he dado la espalda al sufrimiento en pro de una vivencia existencial enérgica y completa, una vez integrado esto, no tenemos por qué  renunciar a saber engañarnos, me explico: Independientemente de la aparente realidad de un hecho, es claro que la percepción del mismo puede variar infinitamante según cómo lo asimile el protagonista. Vamos a ponernos en la hipótesis de sufrir un acontecimiento que podamos considerar por consenso negativo, ante este suceso negativo, antes he afirmado que es de una gran valentía asmililarlo, no darle la espalda, y considerarlo parte del proceso vital, lo cuasl redunda en el fortalecimiento del individuo.
Una vez que se ha asimilado el suceso, ¿podemos poner algo más de nuestra parte?, ¿podemos sacar partido de un suceso negativo o minimizarlo?, esta actitud posterior al asimilamiento del hecho negativo lo denominaría la actitud consciente, es muy típico de personas pesimistas el invalidar esta actitud positiva   argumentando que supone una percepción distorsionada de la realidad, y que la  actitud que toma el pesimista se corresponde con la asimilación de la realidad, en contarposición con una visión infantil y esquiva acerca de la realidaqd negativa de un suceso.  Bajo mi punto de vista esta apreciación responde a identificación directa entre la realidad aparente y su asimiliación, sin embargo, el optimista divide el proceso en dos partes, primero hay una  asimilación consciente de la realidad del suceso negativo, para después instalarse en una segunda fase en la que se incorpora la subjetividad en beneficio del protagonista. El problema del pesimista es que interpreta que el optimista ha interpretado la realidad del suceso negativo sin pasar por la primera fase y sólo ha interpretado  la segunda fase que ya es subjetiva, y por tanto ve al optimista como un incosciente.
No hay que confundir al optimista con el inconsciente, este último, no es capaz de asimilar el la realidad de los sucesos, y sí que los interpreta todos en clave optimista, pero sin una asimilación previa, sería lo que denominamos comunmente un irreflexivo o atolondrado.
Una vez hecho este ejercicio crítico hacia el atolondrado, y asimilar su realidad, como  optimista que soy paso a una segunda fase en que también puedo destacar cualidades asociadas a este tipo de personas atolondradas como puedan ser: intrépido, impulsivo, o impetuoso, cualidades que este tipo de personas atesoran por temerarios , pero que han conseguido grandes logros para la humanidad aunque sea de una forma algo inconsciente. Seguramente Cristobal Colon debía tener sufrir de  atolondramiento agudo como para embarcarse en un viaje para dar la vuelta al mundo por el Oeste..., pero los pesimistas nos tendrán que reconocer que algo beneficioso fue para la humanidad...
Al final, independientemente de lo que nos pase en la vida, aunque suframos acontecimientos negativos podemos ver la vida siempre desde el lado positivo, sacando así lo mejor de nosotros mismos, provocando una actitud positiva que nos predispondrá mejor para que en el futuro la influencia de la mente ante las cosas negativas que nos pasen no nos condicione, no nos atasque, no nos provoque esa especie de handicap psicológico que se va posando sobre nuestra personalidad, y que impide a la mente sentirse capaz de superar un reto, porque la condición indispensable para superar un reto es sentirse capaz de conseguirlo, por eso normalmente las personas optimistas alcanzan sus metas, no viendose duramente penalizadas sino las consiguen, lo que implica indirectamente esa actitud a la que he aludido en este escrito acerca de la aceptación de las cosas como parte de la vivencia existencial, como suma, no como resta, independientemente se su caracter positivo o negativo.
 Lo sencillamente Bello:
Anteriormente he defendido que los individuo más sensibles y complejos no tienen porqué envidiar la supuesta felicidad del individuo mas simplón o rudo, bruto. Así enunciado, y teniendo en cuenta la defensa que he hecho sobre el proceso de vivencia existencial que tienda en desembocar en una satisfacción o disfrute como resultado de un proceso no sencillo, complejo, puede justificadamente dar a entender al lector  que de alguna manera lo sencillo es denostado, la percepción de lo simple es vituperada.
El individuo complejo y sensible puede caer en el error de considerar que todo lo que no esté rodeado de una aureola de complejidad y aparente trascendencia deberá ser alejado, eliminado, ya que se corre el peligro de embrutecerse o caer en la mediocridad.
Un paso más en la evolución supone el ser capaz de ver la sencillez de las cosas en determinados momentos, en ocasiones, las más maravillosas sensaciones aparecen en momentos intrascendentes, son sensaciones que suelen ir aparejadas a sentimientos básicos de la naturaleza, no obstante, mi intuición me dice que es posible que lo bello y sencillo, lo majestuosamente simple, lo admirablemente sintético, sea perceptible de manera tan nítida por personas que en su personalidad sean capaces de aunar la dualidad constante entre la complejidad y la simplicidad, viviendo un proceso constante de intercambio entre ambos extremos. 
Esto que afirmo es una intuición, pero ignoro si un individuo muy simple, objetivamente mediocre, puede en un momento dado interpretar estos momentos sublimemente sencillos si no los puede poner en contraste con otro tipo de percepciones más complejas, lo ignoro, quizás no puedan, o quizás perciban otra categoría de sensaciones.
En cualquier caso, a donde quiero ir a parar es que igual que considero una gran cualidad la capacidad para ser trascendente, admiro igualmente la capacidad para ser superficial, ya que la superficialidad voluntaria me parece un paso más en la inteligencia emocional.
Aquel individuo que sabe interpretar cuando una situaciuón concreta merece ser tratada de forma superficial porque el guión así lo sugiere..., seguramente habrá exprimido ese trocito de vida hasta el máximo, no?, jaja.