le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

lunes, 19 de noviembre de 2012

El Papelito.




Muchos de ustedes pensarán que nada mejor que contratar un grupo de animadores para hacer que una fiesta en su casa sea especial, ¡o quizás un mago!, o qué se yo…, ¿una actuación musical?, por ejemplo.
No, están muy equivocados,  si verdaderamente quieren que su morada se convierta en un referente de experiencia vital para todos sus invitados lo tienen fácil, sólo han de tener entre los asistentes a un GRAFOLOGO.

Si, si, un GRAFOLOGO.
Un grupo muy selecto de personal  vino a mi casa; gente educada y cordial, todo transcurría con normalidad y la  armonía creciente entre los asistentes se hacía  patente en cada conversación.

¡Por fin una fiesta sin altercados!, ignorante de mí…,
Todo empezó con la inocente frase:  “… yo es que estudio grafología”, es de estas frases que suscita un incipiente interés inicial, para quedar finalmente diluida en anécdota  debido al desconocimiento de la materia por parte de personal en general.

Pero entre nosotros había un enemigo….., ¡¡¡¡“el papelito….”!!!!,
Una porción ridícula de papel  era suficiente para llevar al más pintao a la silla del juicio final….; pero vayamos por pasos:

¿Así que estudias grafología eh?,

Si, dame un “papelito”, escribes algo y ya te interpreto…


 ¡Ahí lo tienes!, ¡punto de inflexión!...,¡ y sin retorno!; la armonía reinante se tornó en pasión de masas, la inigualable experiencia vital de que un profesional te diga lo que ni siquiera tú sabes de tí mismo y encima te lo diga delante de los demás invitados tuvo un efecto DOMINÓ entre los asistentes, es curioso que algo tan elevado como la Grafología pueda encender los bajos fondos del comportamiento, de repente tenía a 18 personas excitadas , sin control…., dejándose llevar por los bajos sentimientos pasionales de la acción en masa, a modo de hinchada en un partido de futbol.
La grafóloga  no daba crédito a la avalancha de papelitos  que parecían contener en su palabra impresa el elixir que curase su ansia de saber quienes son ellos mismos en realidad.

Ante tal vehemencia de la masa presente, ya con la fiesta fuera de control, la pobre grafóloga se dispuso a nutrir de carne fresca (no le quedaba otra si quería sobrevivir) al selecto grupo de invitados ya convertidos en algo parecido a la muchedumbre de ciudadanos iracundos que asaltaba la Bastilla y que terminó degollando al comandante de la Bastilla Launey,  clavando su cabeza en una pica la cual pasearon por la ciudad,  esto  sirvió como comienzo de una mórbida tradición revolucionaria.

Pero en nuestra fiesta no queríamos que la sangre llegará… a la pica, así que nuestra incipiente grafóloga empezó con sus descripciones:

 Papelito en mano y…:

“pues mira eres algo egoísta, muy pasional y te asustas de tí mismo”

¡Toma ya!, una capacidad para soltar adjetivos dilapidantes sin parangón, cual implacable juez, acompañado de una seguridad en el tono que resultaba insultante, lo cual convertía al  interpretado en un personaje del tamaño comparable a la diminuta porción de papel que dictó su sentencia de muerte.

¡¡He aquí la metáfora de su destino!!, el ridículo tamaño de cada papel se iba correspondiendo  con el menguante tamaño virtual del analizado, expuesto al juicio cruel del vulgo ,  a cada adjetivo pronunciado por la voz de Dios, su tamaño disminuía para convertirse en un papel donde ni siquiera una mísera letra, la unidad alfabética, pudiera constituirse de por sí; la nada más absoluta.

 ¿Me lees mi papelito a mí también?, ¡exclamaban varios asistentes a la vez!, yo mientras, trataba de pasar desapercibido para no ser juzgado en esa plaza de ejecución improvisada. Finalmente la masa ya extasiada de tanto adjetivo calificativo proveniente de tan alta ciencia grafológica, guardoles los papelitos a modo de trofeo. ¡su personalidad estaba ahí!.

 Tiene que ser muy excitante el pensar que alguien te diga como eres, pero es que no te lo dice una persona , te lo dice una ciencia.

Esto hecho es el detonante de toda la excitación general, te pueden decir muchas cosas sobre tí, pero al fin y al cabo viene de otro ser humano, igualmente subjetivo que tú, con defectos y virtudes parecidos.

Sea ciencia o no, que lo es,  ¿ hasta qué punto el análisis de la letra nos pueda dar una visión certera sobre la personalidad de alguien?, lo que sucedió en esta fiesta fue una especie de exposición en plaza pública de personas , personas expuestas sin sus ropajes, desnudas ante  la atenta mirada de los demás, siendo descritos por la divinidad que otorga el poder de la ciencia.
No olvidemos que también la exposición del otro ante los demás genera un morbo intrínseco,la curiosidad morbosa es algo antropológica, esa fue quizás la principal motivación  de aquel acto que incendió el edificio de la armonía reinante.