le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

domingo, 11 de marzo de 2012

Ver Granada, sentir la Alhambra.


6 de la tarde de un soleado día en la ciudad de Granada, de Granada sólo recordaba un visión de la Alhambra desde el mirador del Sacromonte, es la única imagen que conservaba de la visita que realicé siendo un niño a esta ciudad.

Mis compañeros me fueron a buscar a la puerta del hotel, y ya desde allí, andando, iniciamos nuestro paseo sin itinerario seguro, pero objetivo claro: ver la Alhambra.
Discurríamos por una de las vías principales de Granada, y lo primero que me llamó la atención fue la gente, había mucha gente por la calle paseando, la mayoría eran parejas o grupos de jóvenes, las parejas en Granada se dan un aire diferente a las de Madrid,  por aquella calle las parejas eran ”parejas”, se notaba que había un compromiso, o … al menos... una voluntad de continuidad, una voluntad de compañeros, no sólo parecían novios, sino además personas que comparten su tiempo, se respiraba aroma a lealtad mutua, aunque quizás, ser leal es más fácil en un lugar pequeño, en el que las oportunidades son menores.
Muchas parejas en Madrid trasmiten una unión  de imagen conveniente, de unión no prorrogable en el tiempo, pendiente de un hilo, nunca se sabe si uno de los dos puede encontrar algo que le convenga más, no en vano, Madrid es la ciudad de las oportunidades… que,… puede al mismo tiempo tornarse la ciudad de la eterna oportunidad y quedarse sólo en eso…

Giacomo Leopardi, gran pensador italiano del XIX, ya describió los rasgos definitorios de las relaciones humanas dentro de las grandes ciudades. En las grandes ciudades  hay el anonimato,  la ciudad no es una comunidad sino una asociación…. uno se siente solo, una comunidad es un grupo de individuos que convive en interrelación global, una asociación de individuos solamente se interrelaciona por algún motivo concreto.
Realmente, en las ciudades el aspecto que domina las relaciones humanas en el espacio es la indiferencia. De todos los sentidos , el que claramente tiraniza y domina las ciudades es el sentido de la vista, uno puede mirar…, pero no puede comunicarse., ésto, es una tiranía específica de la ciudad. Desde este punto de partida, es fácilmente explicable el que los habitantes de las ciudades estén muy preocupados por su imagen, como así es, en una ciudad, dada su anonimato , eres lo que aparentas ser, la gente sólo percibe de tí en relación a tu imagen. La  circunstancia condicionante de la imagen, es un factor que incide mucho más de lo que nosotros mismos pudiéramos pensar. Una vez clarificada su influencia a primera vista, la imagen va influyendo en las relaciones sociales y por ende , va entretejiendo una red de comportamientos condicionados que van formando nuestra personalidad, o al menos nos influye de forma subliminal. Por lo tanto, es normal, que viniendo de Madrid, aquellas parejas paseantes de Granada me hicieran darme cuenta de cómo el entorno condiciona aspectos relacionales entre las personas.
Sigamos con nuestro recorrido, mientras íbamos charlando animadamente ,  nos daba tiempo para observar el encanto de la mujer granadina, que como la mujer andaluza en general, dispone de la capacidad de poder transmitir mucha expresividad en su rostro.
Nos paramos a mirar el plano de la ciudad con la voluntad de reguiar nuestros pasos hacia la Alhambra, que sabíamos debía encontrarse después de una ascensión pronunciada a través de calles estrechas, así que, abandonando la amplia vía principal ,giramos a nuestra derecha, cambiando el rumbo hacia donde vimos pendientes pronunciadas en la intrincada trama edilicia medieval.

Según nos adentrábamos, cada vez la pendiente era más pronunciada… y por el flujo de turistas que bajaba por la cuesta, sabíamos que íbamos en la dirección correcta. Poco a poco, los pequeños edificios que enmarcaban la ascensión iban desapareciendo para dar paso a una imagen boscosa, sorprendente; maleza espesa, árboles de gran porte y humedad en el ambiente
De repente nos encontramos que el camino por donde ascendíamos se bifurcaba, por ambos caminos bajaban turistas, así que no estaba claro cual debíamos elegir…, hasta que , súbitamente, alcé la mirada hacia la izquierda y de la abrupta colina boscosa que teníamos a nuestra izquierda emergía un trozo de la muralla defensiva de la Alhambra… ¡Hacia la izquierda debíamos ir! .Cuando digo emergía…lo digo no figuradamente, el aspecto integrador entre naturaleza y muralla es muy claro, para poder seguir razonando y que nuestro lector nos entienda vamos a explicar un par de conceptos que se contraponen en su definición, y que sin embargo, pueden complementarse en forma de diálogo mutuo, o conveniente contraste.

Cuando hablemos de lo “Estereotómico”, nos estaremos refiriendo a la arquitectura en ella misma, la arquitectura que nace de unos sólidos muros. Lo estereotómico acentúa la presencia en la arquitectura de la materia,  de la gravedad.  El edificio nace bajo este concepto como un todo continuo.
La materia del muro estereotómico tiene un carácter  pétreo, la materia natural que encierra en sí su construcción y que es sólida, presente, continua e inmutable en el tiempo.
Así, es claro que la muralla de la Alhambra, contínua…, pétrea, pesada, inmutable, es marcadamente estereotómica en su orden intrínseco. La muralla emerge de la colina  puesto que es oradando  la materia de la colina de donde se ha extraído la masa para elevarla en forma de muro,  la muralla nace de la naturaleza continua de la materia que forma la pesada masaque la soporta: la montaña o promontorio.
Luego veremos que dentro del orden estereotómico que domina la muralla puede haber relaciones tectónicas a otro nivel.
Cuando hablemos de lo ”tectónico” nos referimos a la arquitectura de la levedad,  la arquitectura nacida con una idea tectónica es una idea global en la que se evidencia con claridad  la función, la construcción y los esfuerzos estructurales  de cada una de sus partes tal y como nos sucede en la naturaleza que nos rodea, la unión entre las diferentes partes se realizan mediante nudos.
Frank Lloyd Wright fue muy inteligente al diferenciar claramente el orden estereotómico en contraste con la abstracción geométrica de los planos horizontales en una de sus obras maestras: la Casa de la Cascada o casa del matrimonio Kaufmann.  En este caso, esta distinción marcó la idea principal de proyecto. La roca en forma de lascas de pizarra que emerge de la tierra y sirve como soporte estructural se contrapone a  los planos de materia ligera, blancos, ausentes de naturaleza, que tienden a extenderse o proyectarse hacía el infinito. Los planos horizontales que se proyectan hacia el infinito se relacionan entre sí de forma tectónica, formando un grupo de planos claramente distinguibles entre sí. Wright hizo primar la idea de la abstracción geométrica pura de los planos horizontales en contraste con  la rudeza de la estereotomía de lo pétreo que sustentaba dichos planos.

¡No nos olvidemos de que estábamos en plena ascensión-acercamiento a la Alhambra!, ya en tensión por saber la presencia de la muralla que nos acompañaba en nuestro camino, tuve otra sorpresa, en esta caso, un pequeño canalón que discurría por una de las márgenes del camino, era un pequeño torrente de agua que bajaba rápido por un canal de piedra, nunca había escuchado un sonido tan bonito en el discurrir del agua, era un torrente comedido, que bajaba rápido pero no generaba turbulencias en su recorrido, la cama del canal estaba ejecutada con piedrecitas tipo zahorra, creo que lo pedregoso de esta base generaba un ruido, más bien una música de agua, era un sonido muy nítido y se hacía muy presente, y como ya digo estaba carente de toda distorsión sonora propia del agua en movimiento a gran velocidad.
Ese detalle  remontó mi pensamiento a la cultura que estábamos a punto de visitar y al gran conocimiento y buen uso que hacían los árabes del agua. Por cómo estaba diseñado ese pequeño canal de agua era claro el respeto y admiración que tenían los árabes por el líquido elemento que forma parte de nuestra esencial de nuestra vida.
Después de un par de minutos, el camino declinó su pendiente y ya vislumbramos un quiebro que nos dirigiría a una de las entradas de la Alhambra: la Puerta de la justicia. Las puertas en la Alhambra se presentan como torres, su carácter defensivo queda evidenciado en el recorrido en zig-zag que existe en el interior de la Puerta de la Justicia, el cual es necesario atravesar  para poder penetrar en el recinto sagrado, el recorrido en zig-zag se conforma mediante el encuentro de los muros que vienen a desembocar a la torre desde ambos lados de la misma, cruzándose paralelamente y retorciéndose ambos en su extremo para formar el recorrido en zig-zag. La Torre de la Puerta de la Justicia, al mirarla, produce un efecto en cuanto a su tamaño que deja confuso al observador, el tamaño real de la torre es descomunal, una gran masa continua con pocos huecos, probablemente tenga una altura equivalente a 7 pisos de altura, sin embargo, la ausencia de elementos normalizados que  le den escala, hace que la percepción de su tamaño varíe según los puntos de vista y de las referencias de escala que haya en el entorno inmediato a la torre.
Según traspasamos la puerta, ya nos encontrábamos en el paraíso, un lugar creado por y para el disfrute de los sentidos, reinaba un gran silencio, quietud, paz, serenidad en el ambiente.
No sabíamos hacia donde nos debíamos dirigir, empezamos a discurrir por los espacios que no necesitaban de una entrada o ticket, de repente, nos topamos con un edificio de planta cuadrangular , de gran volumen, era el Palacio de Carlos V. Traté de formarme una opinión sobre el palacio, me pareció imponente, pero de una simpleza, que tenía más que ver con la tosquedad. La espesa fachada recordaba bastante a la masa continua y pesada de la muralla defensiva que ya habíamos dejado atrás. La opinión  sobre su conveniencia en este maravilloso emplazamiento palaciego Musulmán, la daré mas tarde, una vez haya sufrido  el shock arquitectónico más importante de mi vida, la visita a los palacios Nazaríes.
Había pasado casi una hora dentro del recinto de la muralla, y se nos había pasado el tiempo a toda velocidad, esta sensación contrastaba con la quietud del lugar. Los lugares que transmiten paz o quietud dan una medida del tiempo dilatada, sin embargo era tal el ataque a los sentidos por aquella mezcla de imágenes de murallas, torres, vistas hacía granada y fachadas de Palacios, que el tiempo se tornó en noche.
Unos días antes de visitar Granada, yo había comprado unas entradas por internet para visitar unas dependencias de la Alhambra, compré lo único que quedaba libre a la venta…, ni siquiera sabía que tipo de visita era, lo único cierto era que la noche caía sobre el cerro de la alhambra y disponíamos de tres entradas para la visita a las 20:00 horas…Las entradas llevaban impreso el tipo de entrada: “Entrada a los Palacios Nazaríes”. No sabíamos donde estaba la entrada a estos Palacios, se oscurecía la Alhambra y buscábamos corriendo la entrada…, sólo se podía  entrar a las 20:00 horas, después se cierran las puertas. Nuestra desesperación se tornó a júbilo al ver al fondo de una perspectiva interior, una acumulación de personas haciendo cola… en la oscuridad.
La noche había destapado la condiciones climáticas  propias de un  promontorio como el de la Alhambra, que una vez dejó de ser impregnada de los rayos del sol granadinos, bajó su temperatura de forma drástica ayudado de la humedad ambiental, que daba una sensación térmica más fría de lo normal.
¡Por fín!, la cola avanzaba y nos disponíamos a penetrar, sabía que lo que había dentro me iba a gustar, pero era totalmente inconsciente de la magnitud del ataque sensorial al que iba a ser sometido… algo brutal.
Las proporciones de las habitaciones eran las idóneas, ni muy grandes ni muy pequeñas, maravillosas salas con una gran profusión de ornamento en sus paredes y techos.
Desde la primera sala,  la profusión de elementos tienden a perturbar el ánimo del observador, excitando sala a sala el sentimiento que finalmente queda emplazado dentro de uno  mismo… , la emoción .Los espacios conmueven. La arquitectura de las estancias de los palacios Nazaríes juegan con la sensibilidad visual del espectador, ofreciendo un apabullante juego de intercambios de escala, todos ellos perfectamente matizados en sí, así como en las transiciones entre ellos.
Pudiéramos pensar que la sensibilización del espectador va  in crescendo debido únicamente a la gran cantidad de decoraciones en los zócalos, paredes y techos o cúpulas de los paramentos horizontales, sin embargo, este aspecto es un elemento más que colabora dentro del conjunto, es más, la sensibilización del espectador se va tejiendo principalmente en torno a la percepción de la sucesión de espacios, parece que cada sala tiene el tamaño, geometría y volumen perfecto  para desempeñar su función  y al mismo tiempo engranar armoniosamente con las salas que la preceden y siguen.  Más que nunca, la escala es apropiada para albergar el tamaño humano.
Golpes de emoción; La sensibilización a través del recurso del  factor  sorpresa. En ocasiones, al pasar de una sala a otra anexa, la transición se produce mediante un giro de noventa grados o, en otras, aparece de nuevo el zig-zag de los muros de manera que pasamos de recorrer un estrecho pasillo en zig-zag, sin perspectivas, a encontrarnos de repente con una imagen impactante por contraste : Un Patio…., una ausencia en la arquitectura de lo construido, la arquitectura del vacío, del espacio generado a través de la sustracción o de la ausencia entre un continuo de salas construidas.

Los patios son habitaciones sin techo,  los cuatro muros perimetrales que configuran su planta enmarcan un techo que no está construido,  el techo es el firmamento…en ese momento, el observador percibe la intención de incorporar los elementos de la naturaleza a la arquitectura de las estancias, se trata de captar el cielo e incorporarlo al espacio del Palacio. Este recurso no sería posible en la concepción del patio abierto al paisaje, en el que alguno de sus muros como mínimo se abre al paisaje, y es el paisaje de la naturaleza el que invade el espacio, tomándolo, y dejando a la arquitectura de lo construido bajo su dominio, debajo de él.
Quizás lo que más me impactó fue el dominio de todas los factores que intervienen en los sentidos de la vista y el oído, y digo el oído porque el agua es utilizada tanto de forma visual, como sonora, volviendo a incidir en la incorporación del mundo natural dentro de la arquitectura palaciega, el paraíso construido.
¡Mi excitación ya estaba en niveles estratosféricos!,  sin embargo…, había más patios y salas que atravesar… , este fue otro factor decisivo para que me viera superado por la situación, el desconocimiento de cuando se iba a acabar aquella sucesión de espacios,(otro factor sorpresa, en ningún momento se puede advertir el final del recorrido de la visita) , cada vez que atravesaba un espacio, pensaba que debía de ser el último ya que me sentía  colmado, sin embargo, más patios y más estancias seguirían a aquellos que los precedieron, llegando a dejarme extenuado y entregado finalmente  ante tan magno alarde cualitativo y cuantitativo de  belleza y armonía.
Seguíamos con la visita….., un espacio construido de transición nos hace desembocar en el patio de los Arrayanes…, otro impacto brutal, en este caso, estamos ante un patio más grande  presidido en su planta por una alberca de planta rectangular que a través de su intencionado estatismo, se convierte en reflejo del plano vertical construido: al norte la fachada de arcos que da al palacio de Carlos V y al sur la torre de Comares.




En este caso la naturaleza es la que atrae para sí el paisaje arquitectónico creado por el hombre a través de la representación del reflejo de las fachadas sobre en elemento natural, el agua.

Con anterioridad, establecimos la definición de orden tectónico, pues bien, a estas alturas de nuestro recorrido ya estamos en disposición de poder mostrarle al lector de que manera en la alhambra  los Órdenes estereotómico y tectónico coexisten y dialogan entre sí: Recordemos que la alhambra es un Complejo enmarcado en el interior de unas murallas defensivas con marcado Orden Estereotómico, sin embargo, la naturaleza creada por el hombre en el interior: el paraíso construido,  en tanto que piezas que se adicionan las unas con las otras implican una relación de orden tectónico.
El orden tectónico va formando parte de los elementos formantes de la arquitectura, es fácil distinguir los elementos que constituyen la construcción, y entender como trabajan entre sí, como se conectan, así por ejemplo, podemos distinguir las columnas de los arcos, y ambos están conectados entre sí con los capiteles. los elementos de techumbre, la propia cubierta, están  separadas de la estructura sustentante de arcos por medio de piezas vigas carrera que vuelven a incidir en la condición tectónica , la distinción entre los elementos que construyen la arquitectura.
En cuanto a los muros interiores, podemos observar que no se mostraba la construcción tal y como era, sino que se ocultaba tras unos mosaicos a base de dibujos geométricos labrados sobre yesería. La razón principal para ocultar esta forma constructiva era que los muros estaban compuestos por la trabazón de materiales pobres, si bien esto podría darnos idea de estereotomía, dado que se oculta la evidencia constructiva, bajo mi punto de vista es mucho más importante la estética  tectónica generada por las microestructuras geométricas  de los bajo relieves, que son coherentes con el paisaje tectónico de los elementos constructivos principales, pero en la micro escala.
Si siguiéramos ahondando en las relaciones estereotómicas o tectónicas de los elementos de la alhambra, según el nivel de interrelación que consideremos, nos daremos cuenta de la complejidad de la Alhambra.
Un ejemplo sencillo de la convivencia de un orden tectónico dentro de un orden Estereotómico lo tenemos incluso en la propia muralla, la muralla de la Alhambra tiene un carácter intrínsecamente Estereotómico debido a su condición de masa mural, sin embargo, las torres representan nudos o conexiones entre los diferentes tramos de la muralla y conforman un orden tectónico dentro del orden estereotómico propio de los muros, además, unas torres por su condición de paso hacia el interior, y otras por su alineación    geométrica con los palacios del interior (alineación de ejes visuales),entran en interrelación con las piezas de los Palacios nazaríes.

Una vez puesto en evidencia que las torres tienen significados diferentes según la interrelación que consideremos, es de especial interés la segregación de significados de la torre de Comares. La torre de Comares es Torre defensiva, rótula de unión entre paños de muro continuo, rótula necesaria para adaptarse a la topografía del lugar, es además un espacio vividero, en concreto es la sala de Embajadores. Pero esta torres vuelve a incidir en un concepto que hemos comentado con anterioridad, pero esta vez lo hace de una forma más sutil, recordemos que en el primer patio que henos descrito, el cielo quedaba enmarcado por los cuatro altos muros del patio, y la arquitectura lo incorporaba hacia sí, pues bien, la Torre de Comares tiene unas pequeñas ventanas que dan al exterior, al paisaje, esta ventanas son visibles desde el Patio de los Arrayanes, no en vano, la Torre de Comares y el patio de los arrayanes están situadas intencionadamente en el mismo eje visual, de tal manera que desde el universo natural creado por el hombre , podemos advertir la presencia al fondo de la visual de estas ventanas en la Torre de Tomares, obviamente para que este contacto visual se produzca desde el Patio de los Arrayanes, ambos no tienen ningún elemento interpuesto que tape la visual, de esta manera se vuelve a captar sutilmente la naturaleza exterior representada por la fracción de paisaje exterior que la ventana enmarca, trayendo hacia sí la naturaleza dada del exterior y poniéndola en relación con la naturaleza creada interior.

Ya casi en el final de nuestro recorrido, al girar un muro apareció ante nosotros el último gran patio, otra sorpresa más: el Patio de los Leones, este Patio era de uso y disfrute privado de la familia real, en este caso la acumulación de ornamento llega a su climax, además , sumado a todo lo que había sentido con lo ya visitado, este patio incidió sobre un aspecto que venía apareciendo en algunos elementos de otros patios , pero  en este patio se presentó de forma muy intensa,: la gracilidad de los elementos constructivos.
Ataque sensorial; las columnas que debían ser por razones de carga de un mayor grosor , lo mcual podría penalizar la delicadeza del conjunto de columnas, se dividen en varias columnas gráciles, esbeltas, que separadas sutilmente entre sí dan el aspecto de bosque de columnas.
En este patio era especialmente reseñable la existencia de un pasillo perimetral, bajo techo, a modo de claustro, que te permitía admirar toda la fachada de columnas desde muchos ángulos….
Finalmente, y después de sentirme ya exhausto…, encontramos al fondo de la siguiente sala una puertecita, que suponíamos bien, nos llevo al exterior del complejo palaciego Nazarí. Salimos pues y nos encontraba,os fuera del palacio, pero dentro de la Alhambra.
Fue casi al instante, cuando empezando a andar por la oscuridad se nos volvió a presentar ante nosotros el Palacio de Carlos V…., nada vi más inconveniente que la arquitectura renacentista de un palacio que nada tenía que ver con el paraíso construido de una arquitectura Árabe que se relacionaba con la naturaleza, incorporándola hacia sí de forma magistral, incluso, llegué a percibir el tosco y pesado edificio renacentista como una especie de ofensa hacia lo sagrado de la arquitectura musulmana, como una especia de vulgar violación injustificada de un  lugar que se concibió expresamente para albergar un paraíso en armonía.