le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

martes, 23 de septiembre de 2014

À la femme française.











À la femme française.  

femme française, qui es de lèvres avec des formes lisses excessives propres 
d'une architecture baroque, tu es accordée par le poids de ton histoire illustrée,
le bagage esthétique de cet air sophistiqué et furieusement féminin qui captive 
l'homme méditerranéen.
Tu souris légèrement, consciente de ta lisse expression complaisante, 
et tes pommettes font ressortir une convexité succincte. Ce n'est pas 
l’heure de rire, car tu ne veux pas exprimer ta douceur, mais de la pure beauté
démontrée par la retenue de ton visage. 
Ton teint est ce qui seul pâlit dans des blancs lumineux jusqu'à devenir dans 
des tons rosés attrayants timides sur l'uniformité de sa texture veloutée ; 
tes yeux sont en amande et d'une grande taille, montrant des paupières 
toujours d’une ampleur plus généreuse. 
Tu connais l'angle de vision depuis lequel ton visage doit être offert au monde,
en se vantant de savoir l’importance que sont des cils pour une femme. 
Seulement toi, femme française, montres sensualité et élégance chic dans 
un seul corps ; ta coquette gestuelle discrète est ton attitude ; la fierté est
ta séduction avec une longue tradition derrière toi, et c'est pourquoi, tu me captives.



A la mujer francesa.

A ti, mujer francesa, que eres de labios con suaves formas excesivas  
propias de una arquitectura barroca, te es otorgada,  por el peso de tu 
historia ilustrada,  el bagaje estético de ese aire sofisticado y rabiósamente
femenino que cautiva al hombre meditarráneo. Sonríes lévemente, 
consciente de tu suave expresión complaciente,  y tus pómulos hacen
destacar una sucinta convexidad. No es hora de  reir,  pues no quieres expresar 
tu dulzura,  sino pura belleza,  evidenciada en la contención de tu rostro.
Tu tez es la única que palidece en blancos luminosos hasta tornarse en 
tímidos tonos rosados sobre la uniformidad  de su textura aterciopelada; tus 
ojos son almendrados y de gran tamaño, mas siempre portas párpados de 
generosa amplitud.Conoces cual es el ángulo de visión desde el que tu rostro 
debe ofrecerse al mundo, jactándote de saber lo importante que son unas 
pestañas para una mujer. Sólo tú, mujer francesa,  ostentas  sensualidad y 
elegancia chic en un solo cuerpo; eres tu actitud, y  tu coqueta gestualidad 
discreta te adorna; soberbia es tu seducción,  con larga tradición a sus espaldas, 
y por todo lo que he relatado, me cautivas.









domingo, 21 de septiembre de 2014

No te vuelvas hábil.




      -¿No te ha gustado?, sé que no soy muy buena.

- ¿Por qué dices eso?,además, es muy triste ser bueno en algo, uno corre el riesgo de volverse hábil.




La habilidad, en general, qué virtud tan aclamada. Ser hábil en cualquier actividad que uno desarrolle significa destacar sobre el resto; es significarse de manera positiva respecto a lo común o standard.  Es una cualidad que abre la senda hacia el producción artística, aparentemente. La habilidad , la pericia, la destreza, son facciones de una misma cualidad que hace al ser humano ir más allá;  es, estar más cerca de la perfección.
  
Sin embargo, no toda habilidad tiene una lectura positiva para nuestra alma. En el ámbito de las relaciones de pareja entramos en el mundo de lo emocional, del intercambio de personalidades con un propósito de conocer a la persona y, si nos gustamos, iniciar una senda de relación en el conocimiento mutuo, pero siempre desde la verdad y la sinceridad si queremos que aquello sea auténtico y por ende, merezca la pena. 

No puede ser más pertinente la frase pronunciada por Jep Gambardella en la película "la gran belleza", descargando de responsabilidad a una supuesta mal amante, - a parte de ser un rasgo de humanidad producto de una madurez - ,   declara los peligros de ser un profesional, de ser una persona hábil con el otro , uno puede ser hábil,  pero el peligro es "volverse hábil" , porque cuando uno se vuelve demasiado hábil besando, haciendo el amor o acariciando, entra en el peligroso mundo de la desvinculación del otro, y de sí mismo. La actividad queda supeditada a la habilidad, quedando la esencia del sentir en un segundo plano. Ser hábil es bueno, pero no lo seas en exceso, o te puedes ver avocado al automatismo, al camino hacia la frialdad y el sentimiento del vacío interior.  No dejes que la habilidad en el plano emocional te sustituya, haz un uso comedido de la misma.











¿Seres irrelevantes?






Es Tendencia natural en el hombre, - si no profesa una religión - ,  limitar su sentido de pertenencia a la tierra al lapso de tiempo que su salud le otorgue vivir, ignorando que su hoy,  es el resultado acumulativo de todo el pasado, y que el futuro una vez su vida se extinga quedará  condicionado irremediablemente por toda su acción;  de manera que bajo esta visión, a cada ser le corresponde patente de pertenencia al mundo desde los inicios en los que el tiempo y el hombre hayan coexistido,  y tiendan a coexistir.


Uno es pasivo heredero de toda una pléyade histórica que le precede, y, cuando aterriza en este presente misterioso que le lleva de la mano el tiempo, pasa, de ser condicionado, a condicionar. A partir de su acción inconsciente,  el futuro será descrito con nuevas sendas. Nadie es el resultado de sí mismo, sino de una gigantesca cadena temporal de actos o sucesos.

Aquellos que entienden que la vida del ser humano es tan efimera como irrelevante, se equivocan;  no son conscientes de que cada ser humano, tras pasar por esta vida, deja tras de sí un condicionamiento total de la cadena de sucesos global en el mundo. Ya nunca la tierra será igual después de sus acciones, aún más, no cabe duda de que a más tiempo transcurrido desde su muerte, la influencia de sus acciones vitales tendrán mayor repercusión, pues el fenómeno causa efecto tiene una condición acumulativa, un efecto de red en crecimiento constante.

Desde este punto de vista, el ser humano una vez que muere, no deja de existir para la naturaleza, estará presente en ella hasta que la tierra llegue al equilibrio termodinámic ( véase apartado de entropía),  o incluso podrá trascender a su propia especie,  ya que aunque el ser humano desaparezca de la tierra, su influencia  en términos de acción causa-efecto  sobre la evolución  no se extinguirá, y como he afirmado, su inlfuencia será mayor cuanto mayor sea el tiempo transcurrido desde su desaparición.

Inconscientes permanecen los hombres acerca de la repercusión de sus acciones en la naturaleza. ; guiados unas veces por el egoísmo y otras veces por el amor, otras por un afán virtuoso o por motivaciones de índole pasional,  pero al fin y al cabo, inconscientes de su repercusión.  De manera que, resulta llamativo el contraste entre la irrelevante entidad de la mayoria de las motivaciones en las acciones del ser humanodesde un punto de vista moral, y la trascendencia de su repercusión , la cual podríamos denominar como definitiva independientemente de la trascendencia objetiva de la acción que haya realizado. 

Queda pues claro la clasificación del hombre entre acciones  nímias y otras como decisivas o histótricas, no es más que una interpretación sesgada y ficticia de la verdadera realidad, dado que es imposible prever la repercusión de cada acción en el devenior del hombre. 



El acto o suceso, la evolución.


Todos tenemos la misma relevancia y ningún ser habrá prevalecido sobre otro  independientemente de la época en que vivieran y la relevancia personal de cada individuo haya podido tener; lo mismo da el Emperador Adriano de la Roma imperial que el herrero de una abadía en el medievo; ¿quién es más importante?, ¿el propio emperador; gran estadista, pensador y guerrero conquistador,  o aquel antepasado suyo que en tierras itálicas  tuvo por divina decisión aparearse con aquella muchacha anónima que , tras varias generaciones hizo florecer a este personaje romano?.  Ciertamente, sólo la evolución, -sin protagonistas- , es lo que realmente importa, la interconexión entre todos los sucesos acaecidos es total y  absoluta.  Las infinitas piezas que integran el mundo juegan en un tablero de reglas marcadas, las piezas interaccionan ignorantes de la trascendencia de cualquier acto por  nímio que sea éste, o por grandilocuente que pueda considerarse;  ninguno prevalece sobre el otro ni tiene mayor importancia, todos son lo mismo; sucesos de un mismo fenómeno en el que su origen , causa y consecuencia son un mismo todo en el que lo único sustantivo y esencial es el propio acto o suceso, única condición necesaria para que el devenir tenga lugar.




La entropía.

Esta magnitud física viene definida por la derivada del calor absorbido con respecto al tiempo. 

 dS = \frac{\delta Q}{T}

Aplicada esta ecuación al devenir de sucesos a lo largo del tiempo, viene a describir el grado de desorden que hay dentro de un sistema, en este caso la tierra. 

El grado de desorden dS es mayor cuantos más procesos de intercambio de calor ocurran, así, la entropia o desorden será mayor según transcurra el tiempo.En un límite temporal lejano, cuando el sistema considerado en cuestión haya producido todos los intercambios de temperatura posibles por la interacción de los elementos a distintas temperaturas, habremos llegado a la entropía máxima de ese sistema. 

Si el sistema alcanza el equilibrio de temperatura, es decir, todos sus elementos han alcanzado la misma temperatura, se habrán producido todos los sucesos termodinámicos de intercambio de calor entre focos frios y calientes, - motores del intercambio de energía - , y llegaríamos al final de la vida energética del mismo, de su actividad, siempre que no aparezca otro sistema a diferente temperatura que pueda interaccionar con él.





 




lunes, 8 de septiembre de 2014

Mírame de nuevo.







Tras de ti,  levitando sobre un manto jaspeado de copas verde olivina:  la torre - el icono de París , el deseo del mundo - , porque aquello que no tiene función propia y tiene tal majestuosidad, puede ser el deseo proyectado en símbolo personal del que la admire.

Tú, te interpones , te presentas ante nosotros con el debido respeto al monumento; estabas con la torre, pero súbitamente, me prestas atención a mí que estoy centrado en esa mirada que me impacta por su contención dentro de su descaro, por su osadía dentro de la dulzura que contiene, y de ese… “me acabo de dar cuenta de que me estabas mirando a mí, aunque  esté en la proyección hacia la vista de ella, la torre”. 

Yo te diría: "sí, te estaba mirando a ti" ; que tu textura no puede ser más apropiada para combatir ese símbolo de trazos metálicos de color uniforme; ante un plomizo gris estructural, tú contrapones una textura vaporosa tentadoramente orgánica, pero todo tu cuerpo guarda en sí una analogía entre los trazos sugeridos por los pliegues en vuelo de tu falda continuados por los tirantes que arropan tus hombros y los interminables trazos metálicos de la piezas que definen las aristas del cuerpo de la torre.


Así que, Te rebelas por el lado de la textura, pero te yergues sumisa continuando de forma sutil la geometría estructural de la torre.  

Sólo me queda acercarme a tí y participar con mi mano ante la tentadora idea de averiguar si todo ese sistema textil al que das juego con tu grácil y espontánea postura pudiera verse desmantelado con el solo gesto de tirar de ese lazo capital en la unión entre el final de tu espalda y en principio de tu cintura…; un gesto que pudiera revelarnos que - al fin y al cabo- , aunque la torre Eiffel es lo que cada uno quiera que sea y por eso se ha convertido en un icono mundial, no deja de ser transparente;  y que tú, nos haces soñar mucho más pues :

"No hay mayor potencial creador para la imaginación que un vestido bien puesto sobre la mujer adecuada,  mucho más inspirador que el evidente deseo satisfecho de la vista  a través de los hierros de esta maravillosa torre"