le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

sábado, 27 de abril de 2013

Me inspiras.






Tú tienes la gracia. 


Tú eres infinito, ojos de la tierra del sur.


Qué dulces pensamientos inspiras.


Las personas, se enaltecen con tu presencia,


vibrante  resplandor proyectas. Oh sevillana,


resuenan las tenues colinas que mecen los olivos


con tu constante canto a la vida. Sí que eres


prolongación, del vivaz espíritu de tus ancestros.


Los yermos muros se tornan blancamente luminosos a tu paso,


Eres luz, alimento para el desvalido.


Oh sevillana, desvelas secretos de belleza, 

impregnas de frescas fragancias tu camino.

Eres agua de tu río de Sevilla, torrente caudaloso, 

o apacible quietud, paz de espiritu.


Sigue, persiste, persevera, y el mundo te devolverá lo que

tú ya le has dado, por que tus ojos son fiel reflejo de tu noble espíritu,

 mirada de verdad ,  y por eso..., brillan. ;).






viernes, 26 de abril de 2013

La Feria de Sevilla.




550 km por delante y el desconocimiento de lo que te espera. A mi derecha un compañero de espíritu tranquilo y habla sosegada, una personalidad perfecta para un viaje en armonía.
Jorge y yo rodábamos camino a la feria de Sevilla, por fin se dieron las condiciones adecuadas para visitar un lugar del que se habla mucho pero se dice poco. Poco..., después de haber sufrido un torrente de simbología social sobre la que era totalmente ignorante.


Estamos entrando en Sevilla; es por la tarde y la luz ya tamizada del sol nos permite observar tranquilamente un paisaje cálidamente iluminado. Ya es placentero el sentir las grandes avenidas con palmeras y la certeza de que a un lado y paralelamente a nosotros discurre un gran rio, lo puedes sentir porque aunque no veas su cauce captas la grandeza de su espacialidad al mirar hacia el otro lado y ver que la línea edilicia de la otra margen  está muy lejos…


Bien…, me gusta. Hay tráfico, pero también lentitud, sosiego en el rodar de los coches, que junto a la incipiente puesta de sol, nos generaba esa atmosfera de calma.


¡A enfundarse los trajes!, es la 1:30 horas y salimos directos a la FERIA. Nos dirigimos al primer taxi de la cola del hotel y en ese momento no puedo por menos que acordarme de las anécdotas que mi padre me ha contado acerca del sentido del humor de los taxistas sevillanos, me pregunté  si daríamos con otro de la misma especie, y pensé que era harto difícil que el gracejo sea patrimonio legítimo de este gremio de transportistas…., pues bien, según entramos, el fulano, un tipo gordete y con mucha cara dura empieza a largar gracias como una ametralladora,  me es imposible recordarlas todas aunque hice un esfuerzo de retentiva mientras por el walki el susodicho mentía a un cliente diciéndole que estaba muy lejos del lugar que le pedía recogerle, al unísono se daba la vuelta haciéndonos un gesto de displicencia despreciativa hacia el “recogible”, convirtiéndonos cómplices de su bola. Incluso se permitió aconsejar al “recogible” que le esperara abajo en un bar tomando un algo; todo un mariscal. Sólo recuerdo una gracia, y es sobre la interpretación de la reacción de la fémina sevillana tras haber tocado su parte trasera de forma impune.



Se da la vuelta y muy vehemente me espeta:


Cuando le toques el trasero a una Sevillana, si se da la vuelta y te da una bofetada es que no quiere nada, si se da la vuelta y te dice: “¿¿Qué hasee??”, entonces es que quiere tema.



Este fue el corolario de este señor transportista, ¡eso es querer ayudara un madrileño ignorante!.

La noche convierte la feria en una especia de verbena pueblerina de segunda, sólo puntualmente dignificada por algunas elegantes chicas vestidas de flamenca, aunque lo de flamenca no implique la elegancia, es condición necesaria pero no suficiente….,  y chicos trajeados que deambulan entre las casetas privadas de mejor ambiente.


Esa misma noche mis amigas sevillanas me decían: Alvaro, debes ver la feria de día, no tiene nada que ver…”


Y llegó la luz, pero ya muy de día, las 14:00 y abriendo los párpados. En media hora con los trajes , encorbatados y prestos a abandonar la habitación, fuera en el pasillo, una complaciente señora de la limpieza nos sonríe al salir, cuando yo lo que esperaba es el típico gruñido español-mediterraniensis .., pero esta gente es descomplicada como diría un colombiano, nunca se enfadan.



Bajamos del taxi y…¡Toma ya!, ¡Luz cegadora!, un supersolazo baña todo la Feria y de repente al dar los primeros pasos dentro del complejo, que curiosamente carece de vallas, me encuentro un panorama que me va impactando exponencialmente según me voy adentrando en las calles; Lo que he visto en la feria de Sevilla no tiene nada que ver con una Feria. ¿Qué es la feria de Sevilla?, ¿qué objeto tiene?. 

Independientemente de que la Feria de Sevilla partiera como lugar de encuentro para feriantes como venta de ganado..,  sabemos que  con el devenir de los años su uso va evolucionado a una especie de espacio de festejo en un sentido amplio de la palabra, eso es la feria de Sevilla, en principio.






LA FERIA COMO SÍMBOLO DE LA TRADICIÓN.



Digamos que suceden tantas cosas al mismo tiempo, y además en movimiento, que cuando vas andando, el poderte fijar en todos lo que sucede es imposible, no puedes prestar atención simultánea a todos los diferentes elementos que intervienen en este macro acto social. De tal forma que uno se ve como superado por el dinamismo de lo que le rodea, tanto en cantidad como en calidad.

Por tanto, para analizar tanta complejidad  hemos de separar, y el primer aspecto que me ha impresionado es la tradición; vivimos en un momento de la historia en el que practicamente todas las tradiciones o están evolucionando a ritmo vertiginoso o directamente muchas están desapareciendo como si fueran especies en peligro de extinción. La sociedad de la comunicación masiva y la interconexión constante nos está llevando a una empobrecedora homogeneización de las civilizaciones.





Mis pasos circulaban ya por el centro de la feria y ese fue el momento en que empecé a detener mi mirada, siguiendo el movimiento de los coches de caballos, y los jinetes con las amazonas a la grupa.

He aquí una de las esencias de la feria, esta suerte de fieles seguidores de un protocolo perfectamente definido, en el que las reglas del comportamiento social o convención están milimétricamente reglamentadas y delimitadas.


Mientras observas el innegable atractivo plástico de la combinación de maravillosos caballos , jinetes ataviados con elegantísimos uniformes , bellas amazonas con sus trajes de flamenca, los coches de caballos con seis, cuatro o dos caballos tirando, perfectamente adornados con vistosos y elegantes complementos. Cuando todo esto te aturde; tanta plástica en movimiento, tanto orden dentro del aparente caos de la feria, te viene el sentimiento de encontrarte como dentro de un escenario que forma parte del pasado, es decir, te ves transportado en el tiempo, son protocolos y actitudes de otro tiempo, ya casi lejano, de tal forma que ya uno se siente abrumado, no puedo decir que me emocionase ese sentimiento, quizás lo definiría bien si lo llamase perplejidad ante lo que estaba presenciando. Este acto social,  es uno de los más impactantes que he vivido nunca, entre otras cosas porque posee esta singularidad de respeto máximo al protocolo que marca la tradición, lo que lo convierte en una especie de joya ritual.


Es muy importante describir cómo la actitud de los protagonistas es totalmente ceremonial, y en muchos casos solemne, es decir, son conscientes de que su paseo es el objeto de todas las miradas circundantes, y esa misma es la otra esencia de este rito: la exposición, el lucimiento. El lucimiento personal obviamente existe, gusta gustar, gusta ser observado, sobre todo si los que te miran lo tienen que hacer mirándote desde lo bajo, ya que tú te sitúas en un lugar elevado y discurres por el centro de la calle, pero el lucimiento queda minimizado en tanto que el acto social trasciende al protagonismo del propio individuo.

Qué fácil es caer en el snobismo, en la afectación, en lo ordinario, o lo vulgar, pero no, en este acto el respeto a la elegancia y al protocolo es tan escrupuloso que se consigue una apabullante unidad visual que provoca el éxito total de rito, enhorabuena.


La fuerza de este acto social es impresionante y creo que es lo más importante en la feria como símbolo de comportamiento social, en el sentido de su complejidad organizativa y valor conservador de la tradición.






 LA FERIA COMO ENCUENTRO SOCIAL. 

Seguimos separando, y ahora le toca el turno al mosaico social que es capaz de albergar la Feria. Todo el mundo está en la feria, todos caben dentro. Es verdaderamente bonito contemplar cómo este patrimonio feriante pertenece a todos los sevillanos por igual, desde la persona de condición más humilde a la  más renombrada personalidad de la ciudad, todo está ahí…, mezclado, como en una especie de caos.


Me llama mucho la atención como se mezclan personas impecablemente vestidas con personas tremendamente horteras, pero he ahí la grandeza, todos están ahí, y conviven en armonía. Esto me sorprende mucho porque en Madrid, de donde yo soy, no es fácil mezclar ambientes sociales diferentes porque rápidamente surgen roces. Quizás esta armonía tenga también algo que ver con la evolución histórica de las clases sociales de Andalucía, en la que las clases sociales privilegiadas ha empleado  tradicionalmente a la población en sus campos, generándose así una relación “dueño-sirviente”, que tiene consecuencias en saber cuál es el lugar que cada uno debe ocupar, esto no es así en ciudades como Madrid.

Hecha esta matización,  el hecho es que la feria es un crisol de clases sociales, y eso es otro factor enriquecedor de este gran acto social.


En la feria ves: vendedores ambulantes, gitanos, viejetes con sus señoras, familias numerosas, paralíticos, niños descarriados, niños pijos, los famosos canis de Andalucía, turistas japoneses, chinos u holandeses, clones aznarines en traje, elegantes caballeros impecablemente vestidos, mujeres horteras, mujeres gordas, mujeres de una belleza sublime, mujeres horteras de cuerpos despampanantes. Puedes ver desde la vulgaridad más extrema hasta la finura más sutil.


Sin embargo, aunque todos están juntos, ¡¡no están mezclados!!, ¡¡conviven en armonía¡¡ , pero no comen del mismo plato, milagroso, ¿cómo se puede organizar a tanta gente y que todo el mundo aceptes las reglas?.







LA FERIA CASETERA.



Pensaba usted que no se puede estar desde las  14:00 horas hasta las 2 de la madrugada sin hacer técnicamente: ¿NADA?, pues usted no ha venido a la feria de Sevilla. 



Comer, bailar, charlar, a otra caseta. Comer, bailar, charlar, a otra caseta,


Entremedias,  por el camino entre caseta y caseta:


“Uy que bonito ese caballo. ¿Te has fijao en esa mujer?”


Comer, bailar, charlar, a otra caseta. Comer, bailar, charlar, a otra caseta.


¡¡Y asi 12 horas seguidas!!,


Créanme,  que yo lo he hecho y no me he muerto.


Ah!, y se me olvidaba, cuando estás en ese tiempo intermedio entre que ya te has puesto hasta arriba de comida , llevas tres jarras de rebujito, no tienes hambre y quedan dos horas para cenar, estás en el denominado: “ tiempo tonto”, es decir, cuando ya no saben que hacer le dan un nombre a ese tiempo, ¡¡ y entonces ese lapso de tiempo adquiere significado propio!!, ¡¡porque hablarás de que estás en un tiempo tonto!!, ¡creo que esto es otro descubrimiento social!, todo un hallazgo.

Pero aún hay más, siempre podremos decir que aunque estemos en un tiempo tonto, lo importante es que en una hora viene “el grupito” a tocar a la caseta, por lo cual el concepto de espera sale a relucir, ¡otra calificación más¡, ¡son geniales!.


Tapita aquí, rebujito allá y ala, pal baño, una sevillana un ratito cuando viene el grupito, me salgo a la puerta de la caseta a ver el percal de la calle yyyy, me voy pa dentro otra vez.








 LA ARQUITECTURA DE LA FERIA.

 
Tranquilizarsee,  que no me voy a poner a hablar de la volumetría de las casetas ni del estilo arquitectónico de las mismas, inexistente por otro lado,  porque en la feria de Sevilla, lo más arquitectónico que hay es su puerta. No digo que no me agrade, creo que es un símbolo necesario para un complejo que no tiene valla…, pero probablemente Calatrava podría haberla firmado de haberse graduado en los años 30….



La riqueza arquitectónica de la feria viene dada por la calificación del uso del espacio; ya he comentado antes que están juntos pero no revueltos. En la feria hay una división básica: los que tienen caseta privada con sus amigos , y los que no tienen caseta privada.

El eje vertebrador lo constituyen las calles. Las Calles se dividen en principales y secundarias. A su vez, dentro de cada calle, existe un orden de simetria respecto al eje central, cada calzada de adoquines está flanqueada por sendas bandas con suelo de albero a modo transición entre la calle rodada y lo que marca los limites laterales de la calle: las casetas.

Cada individuo, dependiendo de su condición, sisfruta de dos o mas espacios para discurrir, en cualquier caso, aunque seas en menos potentado de Sevilla, puedes circular por las calles libremente, circulando tambien por las bandas de albero, lo que permite cierto solapamiento con el personal que frecuenta las casetas. 
dentro de las casetas, la organización de usus es siempre practicamente la misma: 

De la calle hacia dentro: sala de baile con posibilidad de mesitas y sillitas de la misma escala. limitando con la siguiente sala un espacio para el grupito, después sala de tapeo con su correspondiente barra, y al fondo el baño.  

Cuando uno quiere tomar el aire, sales al albero, y ahí se produce un encuentro muy interesante:  esa banda que esta anexa a la entrada de la caseta es comprtida por los que salen de la caseta, los que quieren entrar, y....., ¡¡las vendedoras de claveles!!, y para remate: el portero de la caseta.

La calle es un enjambre de personas de todo tipo y condición ,unos transportandose de una caseta a otra, otros simplemente paseando, otros disfrutando del ambiente visual de las casetas.., Porque oiga: ¿cual es la razón de que  las casetas no tienen puerta?, todo el frente de las casetas es abierto, y se ve bien el interior, obviamente puede haber un factor climático, pero aquí de lo que se trata fundamentalmente es de que haya una continuidad visual entre los que que tiene y los que no. Los que tienen porque quieren que les vean y los que no tienen porque quieren ver a los que tienen.

En definitiva, La feria es un complejísimo sistema de interrelación social, con unos codigos protocolarios muy definidos y que todo el mundo respeta.   


La feria se acaba, las luces de la puerta se apagan, y al final, después e tanto análisis he de decir que lo que finalmente me llevo de Sevilla es algo que se me ha quedado grabado a base de Sevillanas y Sevillanas bailadas, y es que:

 
 Que en Sevilla hay que morir, hay que morir
Al llegar la primavera
Y Sevilla es toda entera
Rosa de puro carmín
Rosa de puro carmín
Hay que morir

Y al llegar Semana Santa
Entre claveles y cirios
Sevilla es quien reza y canta
Sevilla es quien reza y canta
Hay que morir

Y se te encienden las venas
Al pasar la Macarena
Y por fuerza hay que decir
Y es que en Sevilla señores, ole
Hay que morir


Que en Sevilla hay que morir, hay que morir.





viernes, 12 de abril de 2013

27, 37, 47...





Hace ya más de un lustro que vislumbré su atractiva silueta contoneándose por la palestra de una discoteca. “¡Mirad  a esa rubia!”, exclamé  a mis compañeros, algo diferente exhalaba aquella muchacha, su frescura, su expresividad…., no en vano: ¡ Catira es su cabellera!, no era rubia…., porque  Venezuela nos la pario y Madrid ahora la disfruta.

Muchas tardes de agradables conversaciones forjaron un conocimiento mutuo que ha ido generando una relación realmente bonita, y digo conversar, que no es lo mismo que hablar. Esta chica escucha, y opina, una suerte de intercambio en el que la conversación nos hace crecer a los dos.

Si tuviera que mencionar un rasgo definitorio, una palabra que vertebre sus cualidades, esta palabra sería: excepcional.

Sus cualidades van precedidas de esta singularidad que otorga el ser excepcional: es excepcionalmente pasional, excepcionalmente implicada, excepcionalmente fiel, excepcionalmente familiar….

Pero junto a la excepcionalidad que le acompaña, una esencia es la que define su alma, y esa esencia que define a Fabiana es el interés por sus semejantes, esa incondicionalidad hacia los que le rodean, ese querer ayudar al prójimo de forma desinteresada, en definitiva, una forma de ver la vida que aloja un buen corazón.

Fabiana;  27, 37, 47.., en tí es lo mismo, porque has sabido hacer que los que estamos cerca de tí nos encontremos agusto,  compartiendo tus fortalezas y tus debilidades,  porque no hay cualidad que forje más apego de tus amigos hacia tí que ese barniz que acompaña cualquier acción que desarrollas en tu vida: tu autenticidad.

Estás en Madrid y sientes Caracas,  defiendes tu cosmopolitismo madrileño pero veneras  a tu familia , tus raíces. Te deseo un fruto, pero no un fruto “Maduro” que  esperemos se pudra sin poder servir de envenado alimento a un pueblo confundido, te deseo que el árbol de la ilusión traiga nuevos frutos que den a tu país el sitio que se merece en el Mundo por la calidad humana de muchos de los que lo formáis.


FABIANA, bonito nombre:   ¡¡¡Felices 27!!!,