le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

domingo, 31 de julio de 2016

Madrid y París




Era una mujer que llegaba a intimidarme por la sola razón de advertir en ella  el mismo tono de fría cordialidad,  tanto para decir que quería parmesano en el plato,  como para declararme que deseaba  pasar  un fin de semana conmigo.




Nunca fue fácil buscarse a uno mismo.


Giré por rue Seguir y encaré el  último tramo recoleto, entubado y acogedor de la rue Saint Andres des Arts  que  desemboca en place Saint Michel. Venía rumiando  una conversación con alguien a quien admiro por su valentía en la búsqueda de su propia identidad. Justo antes de pasar por los cines, me topé con la imagen que precipito mi reflexión; dejé de rumiar para empezar a pensar en una dirección consciente . Vi a un personaje de unos 55 años escuchando música con auriculares. La mirada la tenia algo perdida, pero estaba concentrado. Sentí que aquel tipo estaba viviendo el momento intensamente. Vestía de manera  jovial y estaba sentado  sobre un pequeño altillo en la entrada de un portal.  Miraba en la dirección longitudinal de la calle,  hacia la perspectiva; ni se inmutó ante mi paso y pude observarle impúdicamente,  pues para él,  yo no estaba allí.


Comprendí, sugestionado por mi conversación con Marta, que aquel hombre estaba plenamente identificado consigo mismo. Todos, desde pequeñitos, podemos elegir entre dos caminos; uno lo apuntó Camus :  "Nadie se da cuenta de que hay alguna gente que gasta excesiva energía simplemente para parecer normal" ,- es extenuante y descorazonador-,   o emplear esa misma gran cantidad de energía en encontrar su propio camino hacia una correspondencia fiel entre personalidad y modo de vida. La misma cantidad de energía, pero utilizada con provecho,  apostando por uno mismo. Elegir la segunda senda será quizás cuestión de valor,  o estar enamorado de vivir. El que vive enamorado de vivir ya tiene una razón muy potente para hacer ese esfuerzo diario.