le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

La fotografía y el hombre.




Estamos acostumbrados a ver fotografías constantemente, es un acto rutinario, y lo consideramos un elemento más de expresión visual.

¿Qué es lo que atrae al ser humano de una fotografía, ¿cual es el misterio latente detrás de esa imagen  estática?. La fotografía genera una atracción irracional en el hombre. Observar una foto genera una tensión, un interés, una atención que no sabemos explicar. Seguramente haya muchas definiciones acerca del significado de la fotografía en general y multitud de motivaciones personales para dedicarse a la fotografía.

Sin embargo, creo que esta atracción irracional que genera la imagen, debe tener un origen; una génesis. Al expresarme en términos de irracionalidad hago referencia al carácter inexplicable de esa atracción, seguramente si a un individuo le preguntamos porqué le atrae una la fotografía en general; la imagen, podrá argumentar que le atraen los colores, las composiciones, el significado emotivo de una foto.., etc.

Quizás una de las primeras lecturas trascendentes acerca del sentido de la atracción de la fotografía sobre el hombre sea el hecho de parar el tiempo…, una foto es la representación de un lapso de tiempo.



El hombre con la fotografía ha logrado burlarse de su mayor verdugo: el tiempo.


El tiempo es el que fija nuestra aparición en la vida y al mismo tiempo se convierte en testigo presente de nuestra existencia, nunca para…, sigue y sigue, inexorablemente. La esencia del tiempo tiene sentido en tanto a “su curso”, es continuo y nosotros lo hemos parado con la fotografía.

¿Cabría preguntarse lo siguiente?: Si el tiempo es realmente una variable contínua, sin pasos intermedios, pudiéramos pensar que una fotografía al representar un punto concreto en el recorrido del tiempo, al hacer la fotografía, el resultado podría ser que no viéramos nada, puesto que si el tiempo existe sólo en relación a su continuidad, el representar un momento concreto podría romper el sistema, y no representar nada en la foto, la foto saldría negra, contemplo la posibilidad de que si pudiéramos captar un momento unitario de tiempo, la foto saliera negra pero no porque no haya habido tiempo a captar luz, sino porque se rompe el sistema, porque sería como parar el tiempo de verdad, ¿quizás eso implicase la nada?, que no salga nada por que no existe nada si se para el tiempo.

Cuando hacemos una fotografía siempre lo hacemos captando la luz durante un pequeño espacio de tiempo para tener la imagen…, con lo que realmente representamos un tiempo corto, pero no un punto concreto del tiempo.

Siguiendo por esta línea de razonamiento, me induce a pensar que la fotografía no representa la paralización del tiempo, al menos no en rigor pero sí metafóricamente, y que además depende de la luz para existir. La luz y el tiempo son variables de diferente naturaleza, parece que el tiempo no necesita a la luz para tener sentido, existencia. Sin embargo en relación a la fotografía tiempo y luz van de la mano.

Continuando en la investigación de porqué la fotografía nos genera este interés tan vagamente explicable con palabras como explícitamente intenso en su interés…, se me ha ocurrido una posibilidad.

En ocasiones, la incapacidad del hombre para entenderse a sí mismo en cuanto al porqué de sus  intereses pasionales por ciertas cosas, como el arte por ejemplo,  creo que tienen su origen en anhelos antropológicos básicos, y la fotografía encierra uno que me parece fascinante.

El ser humano no ha visto otro punto de vista de una imagen  que no sea el suyo, jamás lo ha visto, ningún ser humano ha podido ver por otro, yo no puedo ver lo que mi amigo ve, ni puedo estar en los ojos de lo que otro amigo mira.

La visión del mundo, toda nuestra visión sobre lo que nos rodea sólo tiene una referencia subjetiva: nuestros ojos. Desde este punto de vista, valga la redundancia, el hecho de que un ser humano pueda contemplar una imagen que otro ser humano ha fotografiado implica una metáfora muy bonita que creo será en parte responsable de esa atracción misteriosa , inevitable, tentadora,



,y es la posibilidad de ponerte virtualmente en los ojos del otro…,
en la visón de otro ser humano. Significa ver lo que el otro vio,



algo imposible en la realidad, la naturaleza no nos lo ha permitido, y nosotros mediante la tecnología hemos burlado a la naturaleza, esta satisfacción es la que genera ese regustillo misterioso, es una forma de ser más de lo que realmente somos.