le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

jueves, 4 de julio de 2013

El futuro de la cultura Occidental: Europa.





Toda cultura se reserva el derecho de enjuiciar a otras culturas bajo sus criterios morales en el marco de su territorio,  fuera de este acto íntimo y local,  toda intromisión  e imposición de nuestros valores morales sobre otras culturas dentro de su marco territorial, no es lícito. Por aberrantes que nos parezcan las costumbres de otros pueblos o injustas que pensemos sean sus organizaciones o jerarquías sociales,  no tenemos ningún derecho a  entrometernos, perturbar y modificar  los dogmas de otras culturas.

Occidente ha llegado a la firme convicción de que debe abanderar el liderazgo del mundo. Siente una  autoridad moral para dictar a los demás pueblos las reglas sociales, cívicas, éticas y morales.

En el hecho de que se hayan podido desarrollar culturas muy diferentes entre sí , el factor incomunicacional ha sido condición necesaria. Los pueblos se desarrollaban independientemente los unos de los otros, de manera que  la construcción de sus escalas de valores , reglas cívicas y sociales,  han crecido sin interacción directa entre culturas, al menos no en una escala que tenga ni parecido a la capacidad de interacción entre culturas del que disfruta la sociedad de hoy.

El  aislacionismo que daba el territorio y las distancias geográficas entre los pueblos generó con el paso de los siglos la multiplicidad de culturas que hemos  heredado.

El mundo occidental, como primera potencia de poder del planeta, tiene reservado para sí la función o derecho de influir en el equilibrio geoestratégico de manera que los enfrentamientos entre países y los conflictos que puedan acaecer , sean gestionados de manera que occidente salga beneficiado. Hasta aquí, por muy injusto que nos parezca, occidente sólo está llevando a cabo una función básica de la naturaleza: “el que domina, manda”, esto es así, y si no fuera así, devendría el caos. El problemqa de occidente es que ha rebasado la línea y también quiere someter culturalmente a otros culturas en sus propios territorios.

La cultura occidental está plenamente convencida de que sus valores deben ser exportados al resto del mundo, para mejorarlo. Esta visión colonizadora se ha extendido  en los últimos decenios en  planos como la moral, la ética y los valores cívicos y sociales.
Nos sentimos con derecho a juzgar a las demás culturas cuando en estas  encontramos dictámenes que contravengan nuestra moral, por ejemplo.
Todos los días vemos en nuestros telediarios  noticias del mundo árabe, noticias que tienen que ver con la condena occidental a costumbres musulmanas como por ejemplo la devaluación de la mujer hasta una posición de neta inferioridad  respecto al hombre.

Constantemente  los paises europeos se asoman en forma de noticieros a los problemas y enfrentamientos que acaecen en lugares a menudo muy distantes, exponemos los conflictos  y acto seguido  damos nuestra opinión, condenando a una de las partes implicadas en el conflicto , o bien aplicando la  receta moral  que pensemos va a solventarlo.

¿Puedo preguntar a los señores de los telediarios qué carajo me tiene que importar a mí que en kazajistan haya no se qué conflicto?, o que en no se qué país árabe se ha producido una injusticia social?. ¿Tenemos que tener controlado desde el sofá de nuestra casa lo que pasa  en todos los lugares de mundo?, ¿Por qué tenemos esta necesidad de controlar?.
Esta actitud de aparente preocupación existencial por el prójimo, aunque este se encuentre a 12.000 km de distancia y hable un idioma extrañísimo, nos debe importar, así seremos ciudadanos occidentales de primera, ciudadanos con sensibilidad social; poco importa que a pocos metros de nuestra casa haya dos vagabundos que pasan frío por la noche.

Esta actitud de occidente, a mi juicio afectada, tiene su raíz u origen en la necesidad de justificar de alguna manera la perseverante imposición de nuestros patrones occidentales mediante esta especie de “sentido de protección “ o sensibilización para con otros pueblos.
Es una colonización masiva sobre otras culturas. Lo teñimos todo de occidentalismo, es más, utilizamos los rasgos que consideremos criticables en sus culturas para reafirmarnos a nosotros  mismos; es el caso del feminismo, que utiliza la indudable denigración de la mujer musulmana para su autopromoción como colectivo de poder dentro del mundo occidental.
Otro motivo subliminal  de esta “preocupación” por las desgracias del mundo tiene una lectura bastante decepcionante, pero también es condición humana, así que de alguna manera es natural; nos regocijamos inconscientemente viendo las desgracias ajenas, reafirmándonos una vez más en nuestra fortuna.

Occidente presenta su intervencionismo cultural camuflado dentro de un marco de respeto por las demás culturas, uno de los valores más importantes de Europa es la libertad, la libertad del individuo. Así las cosas, Europa no tiene más remedio que acoger todas las culturas en su seno, y así lo hace, en un ejercicio de coherencia que le va a llevar a su desaparición 

En un escenario en el que el panorama mundial pasa por nuestro filtro cultural , enjuiciándolo todo en un ejercicio de intromisión permanente, Europa ha tenido que ser consecuente y al haberse   permitido el lujo de decirles a las demás culturas cómo deben vivir, qué cosas o costumbres deben cambiar, que es lo bueno, y que es lo malo.., entonces no tenemos más remedio que acogerles en nuestro seno cuando reclaman nuestra ayuda, y  celebrar que se   instalen en nuestros países, ya que nosotros les hemos vendido que nuestra cultura es la mejor, la más justa en términos cívicos y sociales , entre otras cualidades.



El hecho migratorio y la correspondiente instalación de masas de ciudadanos de otras culturas en nuestros países sería razonable siempre y cuando, estos, se integren en nuestra sociedad, respetando los valores fundamentales que han fundado nuestra cultura Europea.


El Error de Occidente es doble , el primero consiste en la intromisión sobre otros territorios, cuando lo que debería hacer es ni tocarlos, respetarlos. El segundo es aún más grave; consiste en dejar que estas culturas se instalen en nuestros países europeos y se desarrollen independientemente de nuestra cultura, sin integración, en vez de obligar a estas culturas a integrarse en la nuestra. La consecuencia natural de esta falta de integración es la pérdida de nuestra identidad cultural, lo que en un tiempo menos dilatado de lo que pensamos devendrá en la desaparición de europa tal y como la conocemos. Occidente y particularmente Europa se verán desintegradas como cultura, siendo fagocitados por la cultura o culturas que logre desarrollarse más rápidamente en nuestro interior, como un cáncer, borrando así nuestra identidad.