Admiro al director de cine polaco Krystof
Kieslowski; tiene una gran capacidad
para plantear y representar dilemas morales de gran calado sin tomar partido, al menos no directamente, lo
cual es algo que caracteriza a los grandes cineastas. Esta clase de directores
le da al espectador los elementos para inducirle a reflexionar. El cineasta
sólo expone el problema, empleando la poética de las imágenes pero sin apegarse
a ninguna opción moral de forma clara.
Es más sencillo plantear una cuestión, un
conflicto , y desarrollarlo según tus propias convicciones, sin embargo,
aquellos directores que son capaces de identificar los aspectos sustantivos que
conforman un conflicto humano y lanzarlos
a la palestra, se sitúan en
el lugar de todos los personajes que
intervienen después de haber profundizado en su situación, empatizan con él.
En una de las películas de su obra de diez filmes: “el decálogo”, hace una reflexión que acerca
de hasta qué punto el ser humano tiene el derecho a querer tenerlo todo, podríamos
decir que de alguna manera se posiciona, pero al ver el filme entero, lo que
queda en el espectador es la inquietud de reflexionar sobre el dilema que se ha
planteado, teniendo claro que todas las partes tienen su porcentaje de razón,
como suele ser en la vida real si hacemos un análisis imparcial .Esta capacidad
constituye una cualidad añadida en lo
que un director puede aportar con su obra a la sociedad.
“Nadie debería
desear tenerlo todo, es vanidoso.”
Esta frase es
pronunciada como corolario a una intensa conversación entre una mujer y un
médico , aquella que se encuentra ante una incómoda disyuntiva. La mujer le
plantea al médico el siguiente dilema moral:
Ella está felizmente
casada, su marido está en el hospital
aquejado de una grave enfermedad, debatiéndose entre la vida y la muerte. La
mujer le pregunta al médico si su marido va a vivir, y él le responde que no
pueden saberlo, es una incógnita. Acto seguido la mujer le confiesa al médico
que está embarazada, pero no se su
marido, sino de otro hombre con el que
mantiene una relación paralela hace años y que junto con su marido, forman sus
dos pilares. Ambos son imprescindibles para ella, cada uno le aporta una parte
esencial de su vida. La mujer le dice al médico que quería saber si su marido
vivirá porque en el caso de que muera, ella tendría el niño, pero si el
sobrevive, abortará…
Después de esta
intensa confesión la mujer enciende de pie un cigarrillo , mientras, el médico
la observa sentado . Ella, se queda mirando unos instantes al suelo, emocionada,
con los ojos humedecidos por sus lágrimas, y con un leve giro de cabeza retoma
la conciencia y mirando al médico apesadumbrada le dice:
“Nadie debería
desear tenerlo todo, es vanidoso.”
A lo que alude esta frase deberíamos al menos tenerlo en cuenta algunas
ocasiones en nuestra vida, sin perjuicio de cultivar las loables ambiciones personales que nos hagan
crecer. En la sociedad actual la cultura del hedonismo lleva aparejado esa
ambición de que parece posible tenerlo todo, pero, ¿realmente tenemos derecho a
pensar así ?, ¿es una ambición loable? quizás sea un tanto vanidoso…