Al Alba del 22 de diciembre de 1849 condujeron a Fiódor Dostoievski de 28 años a plaza Semionovski de San Petersburgo junto a sus compañeros de prisión. Sobre la nieve había una fila de soldados con rifles frente a 3 postes de madera gris cercanos a la pared. Se hizo formar a los conspiradores y se leyeron sus nombres seguidos de las palabras “condenado a muerte por fusilamiento”.Era la primera vez que escuchaban un su condena y fue como un jarro de agua fría.
Obligaron a los prisioneros a arrodillarse en la nieve y un sacerdote leyó en voz alta por encima de sus cabezas las palabras que exigía el ritual. Años después Dostoievski describiría en tercera persona lo que sintió mientras esperaba que se cumpliera la condena:
Había una Iglesia cerca con su
tejado dorado brillando bajo el sol recordaba haber mirado con gran intensidad
el tejado y los rayos de sol que brotaban en él no podía apartar sus ojos de
ellos le parecían su nueva naturaleza y sintió que en 3 minutos de alguna forma
se fundiría en ellos.
Hicieron avanzar a los 3 primeros prisioneros y los ataron a los postes con cuerdas, los brazos firmemente inmovilizados hasta la espalda y las cabezas envueltas en capuchas de lino. Dostoievski era uno de los tres siguientes. El oficial dio la orden y los soldados del pelotón de fusilamiento alzaron los rifles.
De repente se oyó el sonido de
cascos al galope. El jinete detuvo su
caballo junto al oficial y le entregó un paquete sellado el oficial rompió el
sello y leyó el mensaje: Por la infinita
clemencia de su majestad el Zar Nicolás se había conmutado la las condenas de
los prisioneros. Más tarde Dostoievski escribiría “ No recuerdo el día más
feliz de mi vida”. Tuvo suerte: otro de
los conspiradores se había vuelto loco tras la experiencia que en el fondo no
había sido más que una cruel farsa desde el principio ideada por el Zar mismo
para enseñar a Dostoievski y los demás prisioneros una lección que no olvidarían
nunca. Dostoievski siempre recordaría esta experiencia, pues más tarde escribiría: “ ¿sabéis lo que es una sentencia de muerte? .
Quien nunca ha mirado a la muerte a la cara no lo puede entender”.
Una persona que ha pasado por tales experiencias no solo toma las cosas a la ligera lo que sin duda se ha aplicado estoy aquí a su vida y a su obra.
Paul Strathenrn