le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

lunes, 11 de junio de 2012

Cosas que simplemente pasan.


Un paisaje en la mirada; Apenas treinta cm de separación entre ambos. Cuantas mujeres he mirado a esta distancia y he encontrado miradas de todo tipo…, pero desde hace mucho que siempre he visto los ojos, unos ojos que forman parte de una cara, diferentes tipos de miradas. Se advierten miradas dulces o de muchos tipos que te transmiten buenas sensaciones, pero no hay perspectiva, no hay más allá…., tienes ante tí el primer plano, pero no hay profundidad…, es estar tan cerca físicamente…. pero no percibir el todo…, hasta que…, llega un día (como siempre, el menos pensado), en el que sucede algo diferente, algo que por ser tan distinto eres capaz de identificar, retener y llegar a contarlo porque es algo excepcional.

Apenas treinta cm de separación…, y una mirada, un mirarse que no es mirada, es encontrarse, es estudiarse, es ver la profundidad. La conversación acaba y la mirada habla por los dos, y…, ya…, a partir de ese momento la mirada se prolongará en el tiempo sin necesidad de habla oral…

Es conmovedor cuando miras a una mujer a esta distancia y detectas el todo, detectas la gran intensidad de un mirar que está abriendo un canal de comunicación a un nivel muy superior, es como… si vieras un gran paisaje, es intenso.

Es una mirada muy particular, me dio tiempo a fijarme en el pequeño movimiento de ojos que se produce , pequeños movimientos de ojos y rápidos…, como observando la cara del otro pero no parándote en un detalle concreto..., estás viendo la esencia a través de la intensidad del intercambio de la mirada. Es una mirada de encuentro mutuo, por lo menos así lo sentí yo…

Yo sentía en mí ese mismo movimiento rápido de ojos que advertía en ella, y se producía la placentera sensación de sentir más allá del mirar y ver algo atractivo, o una sintonía, o una complicidad…,no, esto era un encuentro muy particular, era servirse de sus ojos para ver más allá y sentir algo especial. Es de ese tipo de mirarse que nunca tienes tiempo suficiente para agotar la cara del otro…, el tiempo no se acaba, sigue.., y sigue…, porque no estás observando una cara bonita, atractiva, sensual o enigmática, o yo que sé….,no, te estas asomando a un balcón con un paisaje que no se agota y que tiene un principio pero no se advierte final…, como esos enamorados que no pueden parar de mirarse y encuentran el uno en la mirada del otro su proyección y la felicidad de ser consciente de que el acto es mutuo, compartido y sin fin.