A menudo hablamos del pensamiento, pensar es una actividad íntima del ser humano, pero un pensamiento para que sea tal, debe tener una estructura. Debe existir un concepto que lo apoye..., aunque sea disparatado.
Todos sabemos que antes de obtener un pensamiento manejamos intuiciones, ¿a qué denomino intuiciones?, muy sencillo, intuiciones son todos aquellas idas y venidas de "pensamientos parciales", realmente no llegan a ser pensamientos en sí..., son..., sensaciones que provocan intuiciones de pensamiento, esto es lo que nos ocurre cuando una situación que observamos nos provoca una sensación en nuestra capacidad emotiva y de ahí surge esa intuición que no somos capaces de traducir en un pensamiento estructurado, pero que de alguna manera creemos sentir.
Podemos sentir rechazo a algo y no saber el porqué, este no saber..., muchas veces es no saber traducir la sensación-intuición en pensamiento propio.
Podemos sentir rechazo a algo y no saber el porqué, este no saber..., muchas veces es no saber traducir la sensación-intuición en pensamiento propio.
Las intuiciones sería los protopensamientos, y creo que es muy importante darle rienda suelta a esta fase de la actividad del cerebro, puesto que con su cultivo podremos desarrollar más nuestra capacidad para reconocernos.
¿por qué digo reconocernos?, cada vez que después de una fase de protopensamiento o intuición logramos pasar a la fase de pensamiento estructurado significa que hemos tendido el puente entre el mundo exterior y nosotros, nuestro yo. Cuanta mayor es la actividad de pensamiento intuitivo de individuo y mayor sea su capacidad para traducir estos protopensamientos en pensamientos estructurados logrará un mayor desarrollo de sí mismo, la capacidad de identificarse a sí mismo a través de la interpretación en pensamiento propio acerca de la realidad le hará forjar su personalidad propia, diferente en cada individuo, sería el ADN que nosotros mismos nos vamos tejiendo con el paso de los años y el tamiz que nuestro cerebro hace de la realidad que nos rodea.
Cuando leemos a filósofos reflexionando sobre un tema cualquiera, muchas veces nos da la impresión de hallar en sus palabras un concepto que nosotros mismos ya habíamos pensado con anterioridad...., pero realmente en la mayoía de los casos es el texto leido el que nos rescata nuestras intuiciones acerca de dicha cuestión paticular y nos las estructura en ese mismo momento, como por arte de magia, y creemos reconocer nuestro propio pensamiento...
Realmente el mérito del filósofo está en el ejercicio reflexivo ya plasmado en una estrutura de pensamiento escrita. La escritura supone un paso más en la cadena, obviamente no es lo mismo un pensamiento estructurado que un pensamiento escrito, el pensamiento escrito requiere de una profundización mayor en la estructuración del pensamiento. De ahí que cuando se nos presenta la frase ordenada de manera óptima, milagrósamente nuestro cerebro rescata nuestras intuiciones y sin casi pasar por el esfuerzo de la estructuración del pensamiento, se constituye en un concepto propio, nos lo apropiamos porque de alguna manera, aquello a lo que hace referencia circulaba en nuestras intuiciones....
Pues bien, personalmente, cuando leo a Giacomo Leopardi me ocurre que en cada frase que "le escucho" me parece como si estuviera plasmando en escritura lo que yo he pensado de alguna manera con anterioridad..., bueno en realidad, no lo había pensado!, lo había intuido!, y es muy reconfortante ver escrito por otro lo que tú probablemente no podrías haber conceptualizado de forma definitiva por tí mismo. Me pasa constantemente con este Señor del siglo XIX, ¿será que soy un antiguo?, cierto es que no sé porqué me gusta más lo antiguo que lo moderno en muchas parcelas, más que lo antiguo, lo clásico, pero aún no sé por qué, jaja.
Cada vez que abro una página del diario de pensamientos de Giacomo Leopardi encuentro a menudo una fuente de pensamiento e inspiración, me identifico mucho con este personaje del que admiro profundamente su sensibilidad hacia la naturaleza y el ser humano.
Ha aquí el pequeño texto que he leido de su cuaderno de pensamientos y que me ha llevado a escribir este post, es una maravillosa disección de tipos de personas, una reflexión muy profunda de cómo cada individuo filtra la realidad exterior, interpretándola según su esencia más íntima.
Las distintas formas de ver la realidad:El niño,el adulto y el Poeta:
"Existe la realidad del niño liberado en el mundo de los cuentos y el del hombre adulto que, tras renunciar sin dramatismos a sus ideales, se instala plácidamente en la existencia cotidiana. El poeta siente , sin embargo, que pertenece a una categoría superior, profundamente infeliz, la de aquellos que, indisolublemente ligados a su sueño infantil desvanecido, se sienten incapaces de encerrarse en el asfixiante círculo de una mezquina realidad inaceptable para un espíritu grande"
Giacomo Leopardi, hacia 1.824
