Ausencia de luz,¿qué detentas tú?,
turbas mi concienca, apelando a mi reflexión.
El día; pertinaz presente, nebulosa cegadora.
La noche; apacible soledad,
tú despejas la senda que anduve entre la claridad.
Día y sol; experiencia visible, realidad palpable.
Negritud; manantial de lo eterno.
Y es que, es después de lo real en la mañana,
cuando al caer el telón, entre día y día: renazco,
y la oscuridad me ofrece visos que vislumbren
y la oscuridad me ofrece visos que vislumbren
tonalidades en las luces venideras.