Es habitual últimamente - por
increible que parezca -, escuchar frases
del estilo a:
"Sí, va a un voluntariado a
Africa, pero lo hace por propio egoismo, por el placer que le produce, lo hace
por sí mismo";de tal manera, que el voluntario
en cuestión, queda bajo el rastrero
nivel de vestir una acción egoísta bajo acciones solidarias, y el verdugo que la emite queda - en parte - exonerado
de su sentimiento de culpabilidad , - ya que parece tenerlo - , tratando
de expíar su mala conciencia,
impregnándola sobre el voluntario.
Bien; antes de seguir, es de
vital importancia definir qué significa el egoismo, cómo se define, porque esta
es uno de las razones por las que se produce mal entendido sobre el concepto
de egoismo y su aplicación. No hay sólo un tipo de egoismo, podemos
contemplar dos tipos y son casi
opuestos, podríamos asegurar.
Ya Aristóteles, en su Moral a Nicómaco , reflexiona sobre el
concepto de egoismo, iluminándonos.
Lo primero que plantea
Aristóteles es si sería mejor amarse a sí mismo con preferencia a todo lo
demás, o por el contario, fuera mejor amar a otro; ordinariamente se censura a
los que se aman excesivamente a sí mismos,
llamándoles egoistas, como para
sentirse avergonzados por ello.
En principio, el egoismo es un
vocablo de censura y de injuria, se llama egoistas a los que se ceban en los
goces groseros, y que solo piensan en sí mismos, Pero:
[...Si un hombre se propusiese seguir
constantemente la justicia con más exactitud que ninguna otra cosa, practicar
la sabiduría o cualquiera otra virtud en un grado superior, en una palabra, que
no pretendiese reivindicar para el otra cosa que el obrar bien, sería imposible
llamarle egoísta, ni censurarle. Sin embargo, este sería tenido por más egoísta
que los demás, puesto que se adjudica las cosas más bellas y mejores, y goza
tan sólo de la parte más elevada de su ser, obedeciendo dócilmente a sus
ordenes.Entonces, quien debería pasar
por egoísta en primer término es el que ama dentro de sí este principio
dominante y sólo trata de satisfacerle.
En este concepto podría decirse,
que el hombre de bien es el más egoísta de todos los hombres; pero este egoísmo
es muy distinto de aquel a que se da un nombre injurioso. Este egoísmo noble
supera en tanto al egoísmo vulgar, como vivir según la razón a vivir según la
pasión; y tanto como desear el bien a desear loque parece útil.
Así todo el mundo acoge bien y
alaba a los que se proponen elevarse por encima de sus conciudadanos
practicando el bien. Si todos los hombres luchasen únicamente por la virtud y
dirigieren siempre sus esfuerzos a practicarla, la comunidad entera vería en
conjunto todas sus necesidades satisfechas; y cada individuo en particular
poseería el mayor de los bienes, puesto que la virtud es el más precioso de
todos. Se llegaría a deducir esta doble consecuencia: de una parte, que el
hombre de bien debe ser egoísta, porque haciendo el bien, le resultará a la vez
un gran provecho personal y servirá al mismo tiempo a los demás; y de otra, que
el hombre malo no es egoísta, porque sólo conseguirá perjudicarse a sí y dañar
al prójimo, siguiendo sus malas pasiones. Por consiguiente, en el hombre malo
hay una discordia profunda entre lo que debe hacer y lo que hace, mientras que
el hombre virtuoso sólo hace lo que debe hacer; porque toda inteligencia escoge
siempre lo que es mejor para ella y el hombre de bien sólo obedece a la
inteligencia y a la razón...]
Asi pues, finalmente, Aristóteles nos lleva a la paradoja de
que el hombre virtuoso -hacedor del bien ajeno - , obtiene un gran provecho personal, y que éste, es el hombre realmente egoista, -elevádamente egoista -, por lo que el significado del concepto de
egoismo queda traspuesto totalmente al que popularmente se le otorga. No
obstante, para que no haya confusiones, propongo que de ahora en
adelante, a este tipo de egositas se les denomine "virtuosos", "los
virtuosos del saber vivir".
Es por el contrario, el egoista en un concepto
tradicional actual, un ser que no es egoista de forma elevada, es incapaz de vislumbrar la virtud, y sólo se
verá arrastrado a perjudicarse a sí mismo con las malas pasiones, y la acción de estas últimas, no beneficia al bien común.
Estos
seres que critican a los que son virtuosos, o al menos los ponen en
tela de juicio, han de saber que en el fondo su comentario deja entrever
cierta conciencia ingenua acerca de formar parte del otro grupo al que
alude Aristóteles...., y como tales, juzgan desde las malas pasiones para
juzgar al virtuoso, craso error.
Así que, yo les diría a estas personas que ven un acto egoista en las personas que van como voluntarios : QUE TIENEN RAZON, estos voluntarios son egoistas, porque son lo sufucientemente virtuosos para haber sabido alinear su interes con el del bien común, es decir, alinear lo que quieren hacer con lo que deben hacer, y que por supuesto que lo hacen por ellos mismos..., pero tambien por los demas, y esta es una cualidad innata en el ser humano virtuoso, pero es mejorable también a traves del cultivo de la razón.
Una excepción: el exhibicionismo.
Pero
como en toda teoria, incluiría una excepción que confirma la regla, y
esta es la inmanente a un factor que Aristóteles me imagino no podía
prever. En esta sociedad nuestra de la imagen por la imagen, de ser lo
que aparentas ser, tiene cabida una mala pasión que se ha colado en el
mundo de los virtuosos; son aquellos que practicando una suerte de
virtud en su forma de actuar, no pueden reprimir recurrir al
exhibicionismo de esta, cayendo en la superficialidad o ligereza de
pregonar a los cuatro vientos su condición de hacerdor del bien,
comunicándolo a todo bicho viviente con autoregocido, cuando no con
autosuficiencia, manifestando algún tipo de instinto de superioridad
sobre el pobre interlocutor.
Creo
que son estos casos, - en franco crecimiento estadistico -, los que
provocan que algunas personas reaccionen cuestionando su virtud,
llamándoles egoistas en el sentido mundano del término, pero
probablemente, estén expresando mal lo que estan sintiendo como un
exhibicionismo, pero lo achacan a un interés sobre las malas pasiones
del egoismo, por ignorancia.
Vendría muy bien a estos virtuosos exhibicionistas recordarles que:
" la pobreza no se cuenta, se vive",
(Frase que pronuncia una virtuosa - sin duda- monja en la exitosa película " la grand Belleza ", 2013, de Paolo Sorrentino)