le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

martes, 17 de noviembre de 2015

La invasión silenciosa.




El terrorismo, aunque muy cruel, sólo es un fenómeno colateral de la invasión silenciosa, no puede tener recorrido a largo plazo. La desgracia de los atentados, sin ser lo sustantivo del fenómeno de invasión, es lo único que puede hacer reaccionar a la anestesiada Europa, que no es consciente del fenómeno de colonización musulmana, - en varias etapas - , que lleva ya tiempo en proceso.



La invasión silenciosa es un fenómeno que sigue su imparable curso independientemente de que haya terrorismo o no. Esta invasión se apoya en al menos dos factores fundamentales para hacerla posible: la tolerancia no selectiva de la cultura europea hacia otras culturas; occidente no es capaz de distinguir qué culturas son compatibles con la suya propia. El segundo es la falta de natalidad; hueco que el Islam va a rellenar con súbditos bajo la imagen de inmigración trabajadora; después, cuando sean crecientes en número, impondrán su religión sobre nuestra cultura. Aclaro que no sugiero que los musulmanes que vengan a trabajar aquí estén pensando en colonizarnos como parte de un plan: no. El asunto no funciona así, ellos vienen a trabajar y disfrutar de la libertad de europa, pero siguiendo férreamente los dictados del islam, sin integrarse en la cultura y valores occidentales, utilizándolos únicamente en su beneficio: ejercer su libertad de culto y modo de vida dentro de nuestro territorio, al margen de Europa, pero en Europa.


Occidente debería ser consciente de que su hegemonia económica induce el soterramiento de la fuerza colonizadora del islam. Pero ese fuerza colonizadora está latente. El islam es una religión pacífica mientras no vea la posibilidad de expandirse. Occidente piensa que las - por ahora - minorías musulmanas que conviven entre nosotros son pacíficos, que aceptan nuestra cultura y nos respetan. Esta percepción es virtual; las minorías musulmanas saben que la única manera de disfrutar, por ahora, de Europa, es aceptar nuestra forma de vivir. El día en que, como ya han baticinado muchos lideres musulmanes instalados en Reino Unido la población musulmana empiece a ser mayoría, se acabo el pastel, se acabo la tolerancia, se acabo la libertad. 

Será imposible que Europa acabe con este peligro utilizando el buenismo del que hace gala, sencillamente porque en un conflicto de intereses que llegan a ser contrapuestos : islam-cultura occidental, o se juega con las mismas reglas o el que hace de bueno termina masacrado por el otro; debilidad que ellos conoce  y piensan aprovechar. La única forma de acabar con este proceso será tomando decisiones drásticas que se considerarán injustas e intolerantes por parte de sectores amplios de la opinión pública, o más exactamente, de la opinión dirigida por los medios de comunicación masivos, que son los que controlan en pulso de lo políiticamente correcto, y que los dirigentes europeos siguen como niños obedientes, sabedores de que no obedecer significa perder la popularidad entre los medios, y como consecuencia, perder las elecciones. 

Muy diferentes son los discursos de los líderes de la Europa de Este. El control que hace Putin sobre los medios de comunicación , le permite hablar de las cuestiones de calado internacional sin tapujos, yendo al meollo de los asuntos sin complejos, sin el temor de ser aniquilado políticamente por los medios de comunicación. El primer ministro Húngaro, por su parte, -sociedades carentes de este buenismo ignorante -, y sin una intromisión tan brutal de los medios masivos de comunicación en dictar pautas estrictas acerca del estado de opinión, afirma con contundencia que la calidad democrática de Europa está en entredicho,  pero no se le ha preguntado a la población que es lo que desea hacer con todos estos problemas, desmarcándose del buenismo de los líderes de la Europa del Oeste.