Por entonces, era primavera, una primavera helada y pura.
Marcel Proust. Por el camino de Swann.
Estas frases de involuntaria belleza me conmueven. Las leo, y al llegar al punto y final, después de recorrer sus palabras con mirada distraída y sin esperar nada especial, compruebo con desconcierto, cómo aquel pequeño cúmulo de palabras terminan por dotarsede una belleza tierna y humilde.
Pasa igual que, cuando por azar, durante el otoño, es posible encontrarse con un suave golpe de viento que haga entornarse una hoja, retorciendo sus pliegues en suaves giros de gran belleza.
Pasa igual que, cuando por azar, durante el otoño, es posible encontrarse con un suave golpe de viento que haga entornarse una hoja, retorciendo sus pliegues en suaves giros de gran belleza.