le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

lunes, 27 de noviembre de 2017

La sumisión de los espíritus selectos a los vulgares. Marcel Proust.


"Pero Swann estaba ciego en lo que hacía a Odette , no sólo para aquellas lagunas de su educación,  sino para lo mediocre de su inteligencia.Y es más, siempre que Odette contaba un cuento estúpido, Swann la escuchaba complacido,  alegre, casi admirado, como con un regazo de voluptuosidad ; y, en cambio, en la misma conversación, las cosas finas o profundas que él dijera las escuchaba Odette, por lo general, sin interés, impaciente y de prisa, y muchas veces las contradecía severamente. Y si se piensa, a la inversa, en tantas mujeres de mérito que se dejan seducir por un zopenco, implacable censor de sus más delicadas frases , mientras que ellas se extasían , con la infinita indulgencia del cariño, ante sus más vulgares tonterías, se llegará a la conclusión de que en muchos hogares es usual esa sumisión de los espíritus selectos a los vulgares". 


            En busca del tiempo perdido 2,  Marcel Proust.




A La extraordinaria,  - diría casi única- , capacidad de Proust para entresacar y dotar de un discurso clarividente a aquellos pensamientos que pululan en la recóndita intimidad de  mayoría de los seres,  incapaces de darles concreción;  hemos de añadir la proyección de esa misma clarividencia para interpretar y sintetizar los patrones de comportamiento que rigen algunas tipos relaciones entre las personas. 

En este caso que presento, Proust, focaliza su atención en la aparente paradoja que se produce en cierto número  de relaciones de pareja, en las que el individuo más exquisito y elevado de ambos, vive sumisamente bajo el desdén y desprecio de su partenaire; a lo que se añade,  para mayor sorpresa, la admiración y complacencia con que el despreciado venera cualquier tipo de manifestación mediocre y vulgar de su amado.  

Proust envuelve todo un pequeño universo en unas pocas lineas, que lleva al lector a maravillarse al término de su lectura como si de una epifanía se tratara, por cuanto el lector, obtiene una imagen terminada y completa de un asunto complejo. 
A cada linea de lectura, la clarividencia se hace más patente,  hasta que,  al llegar al final de la reflexión, uno llega a tener la totalidad de la cuestión en un pañuelo, perfectamente sintetizada y aprehendida en su pensamiento.