le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

sábado, 14 de mayo de 2016

Dilema.



Constantemente la vida nos pone en situaciones en las que hemos de elegir. De nuestra iniciativa puede depender cambiar la realidad que nos rodea y las realidades que nos constituyen, o que las realidades nos sobrevengan sin nosotros intervenir en ellas, al menos no conscientemente. Uno de los grandes asuntos de nuestra vida es el amor. Ahora mismo me encuentro en una encrucijada; ¿qué hacer si conoces a una mujer en la que vislumbras un potencial que sientes puede llenarte hasta el resto de tus días, y ella, a su vez, -otorgándote un valor humano con el cual desea interaccionar-, no llega a decidirse por profundizar,  ya sea bien por estar en un momento de desarrollo personal, o bien porque quizás no vea claro que yo sea esa persona que la pueda complementar per sé, como yo si lo intuyo?.

A menudo ser sabio significa dejar las cosas fluir, no intervenir dejando que sea el destino el que dicte la evolución de los acontecimientos;  esta inacción puede ser una señal de respeto hacia nosotros mismos, una especie de renuncia a forzar las cosas y un gusto por no desear aquello que no nos es dado de forma natural, sobre todo en el amor. Sin embargo, me alberga la duda de si esa intuición que me acompaña cada vez que ella está en mi pensamiento, - de si debiera luchar por ello, por intentar sugestionarle el horizonte que veo y que ella lo pudiera llegar a sentir como yo- sea la mejor opción. ¿Puede una mujer tomar conciencia amorosa  por la perseverancia de un hombre?.  ¿Hasta qué punto o límite podemos - legítimamente - luchar por la mujer que creemos puede ser la de nuestra vida, sin caer en una obstinación que nos despoje de cierta dignidad?. Quizás esta sea la primera vez en que siento que he conocido a una mujer a la que seguir;  sí, una mujer a la que admirar también;  pero sobre todo, a la que deseo acompañar en su periplo vital,  al mismo tiempo que ella me complemente a mí en mis inquietudes vitales. 
Muchas de estas inquietudes son compartidas, curiosamente, por tener un tipo de inteligencia similar, y un espíritu deseoso de crecer.

Qué bonito es encontrar a alguien a quién seguir, alguien con quien quieras estar a su lado en sus proyectos, - haciéndolos tuyos- . Me alegro de haberme topado con ella, me ha dado esperanza,  pues he despejado la duda de si yo estaba buscando una mujer que no existía, y haber ratificado que mi entusiasmo por encontrar una mujer a la que admirar  y seguir no era una idea utópica. Desde esta experiencia vital que he acumulado y la cantidad de mujeres a las que he dicho no, ahora puedo sentirme  tranquilo – en realidad lo estaba- pues tenía claro que debía escuchar siempre a mi corazón;  pero,  ¿acaso mi corazón buscaba sensibilidades femeninas extrañas que no existen, personalidades quiméricas?;  ¿quizás mi búsqueda era producto del hastío de tanto conocer, en una búsqueda de cierta singularidad que atenúe el tedio de lo standard?. Bueno, hace tiempo que me llaman la atención mujeres singulares, lo que pudiera considerarse un capricho por lo novedoso, he confirmado que puede integrar el tipo de mujer que necesito en mi vida; pero, cuidado, que hay pocas como esta, así que: ¿dejar marchar con posibilidad de vuelta, o intentar perseverar por conseguirla?.