le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

viernes, 5 de febrero de 2021

Elogio del aburrimiento. Joseph brodsky

 


Cuando os golpee el aburrimiento,  id por él. Dejad que os inunde;  sumergíos,  tocad fondo.

En una situación desagradable,  las regla es tocar fondo cuanto antes para volver con más rapidez a la superficie .De lo que se trata,  diríamos parafraseando a otro gran poeta de lengua inglesa,  es de dar un repaso a fondo a lo malo. La razón de que el aburrimiento merezca tal escrutinio es que representa al tiempo en toda su pureza,  en todo su repetitivo, superfluo y monótono esplendor.  

Por decirlo así, el aburrimiento es vuestra ventana al tiempo,  a esas características del tiempo que uno tiende a pasar por alto para no poner en peligro su equilibrio mental. Se trata, en definitiva,  de una una ventana a la infinitud del tiempo,  o,  lo que es lo mismo,  a nuestra propia insignificancia en él. Eso es lo que quizá explique el pavor ante las tardes solitarias y mortecinas,  o la fascinación con que uno observa a veces el polvo en un rayo de sol,  y se oye de fondo el TIC TAC de algún reloj;  el día es tórrido,  y la fuerza de voluntad se halla bajo mínimos. Una vez abierta la ventana,  no intentéis cerrarla;  al contrario,  abridla de par en par. Pues el aburrimiento habla el lenguaje del tiempo y vais a aprender la lección más valiosa de vuestras vidas,  la lección que aquí, en estos verdes céspedes, no os han enseñado:  la de vuestra absoluta intrascendencia. Una lección tan válida para vosotros como para aquellos que con quienes os codeéis. “Eres finito -dice el tiempo con voz del aburrimiento-,  y cualquier cosa que hagas desde mi punto de vista es vana”.

Puede que esto no resulta precisamente agradable,  pero la percepción de la futilidad, de la limitada significación que revisten incluso vuestras mejores y más vehementes acciones resulta preferible al espejismo de su trascendencia y la correspondiente vanagloria.

El aburrimiento supone,  en efecto,  una irrupción del tiempo en vuestro esquema de valores .Sitúa la vida en su justa perspectiva,  lo cual da como resultado la precisión y la humildad. esta última,  observémoslo, engendra la primera. Cuanto más conocemos nuestro propio tamaño,  más humildes y compasivos nos volvemos respecto a nuestros semejantes,  a ese polvo que flota en el rayo del sol o ya inmóvil sobre la mesa. ¡Cuánta vida encierra ese polvo! No desde nuestro punto de vista,  sino desde el suyo. Nosotros somos para él lo que el tiempo es para nosotros; por eso aparece tan poca cosa.  ¿Y sabéis lo que dice el polvo cuando limpian el de la mesa?

“recuérdame”

susurra al polvo.