Esto que llamamos la vida, - vivir -, es como si tuvieras un vaso que vas llenando de agua con el transcurrir del tiempo. Al principio, crees que vas aprendiendo cosas; crees que te queda poco para colmar el vaso; piensas que a mayor nivel de agua, mayor nivel de certeza, y, según
van pasando los años, terminas dándote
cuenta de que cuanto más lleno está el vaso mayores son las dudas, y que las
certezas, más bien, quedan reducidas al pequeño espacio del vaso que aún
permanece sin colmar.