La carta.
Hace
unos días recibí una carta inesperada; se dirigía a mí como Monseiur Alvaro. La
noche anterior, Thibault, estando en Marieta me preguntó afirmando: hace tiempo
que no coges el correo ,¿verdad?. A la mañana siguiente bajé al buzón y recogí
la correspondencia. De entre las típicas cartas blancas de diversas facturas y
algunos papeles muy coloridos de propaganda advertí un color beige de lo que
finalmente resultó ser la carta a la que aludió Thibault; era un sobre casi
cuadrado, más grande que los normales.
Subí
en el ascensor mientras desgarraba la solapa del sobre y saqué una foto en la
que aparecían Thibault y Marja en una fotografía entrañable de la pareja, ya
casada, paseando por la naturaleza frondosa de aquella parte de Europa, cerca
de tierras inglesas; en último término, aparecía el coqueto Chateau en el que
dieron el banquete de boda, siendo en esta foto un símbolo; ellos dos unidos y
una casa como elemento primordial para el desarrollo de la familia. Una foto
muy evocadora.
Entré
en casa, cerré la puerta y de repente me di cuenta de que acompañando a la foto
había una cuartilla, una hojita del tamaño de una postal.
La
carta empezaba así:
Querido
Alvaro,
Querido
AMIGO,
Querido
Padrino del Lazo,
Empecé
su lectura y he de decir que ya al leer unas pocas líneas me emocioné,
sintiendo orgullo por lo que era sin duda un reconocimiento de mi amistad hacia
ellos. La redacción era depurada y no dejó sin expresar nada de lo que quiso
decir, con precisión. Cuando uno está habituado - por desgracia- , a la
necedad circundante y las amistades fruto de los intereses circunstanciales,
cuando no teñidas de envidias, que no son sino el resultado de reproches
hacia ellos mismos por sus debilidades e inseguridades; resulta reconfortante
que un verdadero amigo te escriba y te haga darte cuenta de que los valores en
los que creemos son refrendados y no caen en saco roto, por lo que, estoy muy
agradecido a Thibault y Marja por sus palabras, de todo corazón. Para mí haber
sido elegido como testigo del lazo fue un honor, el cual pude compartir con
Silvia Quintarelli ; chica que destaca por su educación, valores y saber
estar, opinión que pude confirmar con las palabras que dedicó a la pareja
en la ronda de discursos femeninos; en definitiva, una chica con clase.
Después
de volver de su boda en Julio, escribí una crónica sobre una chica amiga de
Marja con la que compartí mesa, me inspiró para escribir sobre su
belleza, su marcada personalidad y carácter, de manera que a su vez pude
hablar indirectamente sobre la boda. Pero realmente, me quedé un poco a medias,
porque desde hace tiempo que vengo pensando en hacer un homenaje a Thibault
como amigo, y a ellos dos como pareja, además de narrar cómo fui tratado en la
boda.
Tras
recibir este regalo en forma de reconocimiento por parte de los dos, he
decidido que es urgente mi necesidad por escribir sobre ellos, ya que, entre
otros, uno de los objetivos que me propongo al escribir es el de reconocer y
destacar las cualidades de los demás, ya sean estéticas o tengan que ver con su
interior y su alma. Mi labor se hace necesaria para cubrir este déficit de
sinceridad afectiva hacia el prójimo que no logro comprender. Creo que debemos
resaltar los buenos ejemplos y ponerlos en valor, pero esto no se hace, a
menudo incluso por vergüenza o por ser confundido con la impostura de una
alabanza falsa, sin embargo, cuando uno siente y sabe que lo que escribe lo
hace con la verdad del papel en blanco por rellenar, sin mirar a la alabanza
gratuita, puede escribir con libertad y sentirse en paz consigo mismo.
Las amistades; el hombre virtuoso.
Afortunadamente
la edad te da perspectiva para empezar a distinguir quien es un amigo y quien
no lo es. Al final vas filtrando, y seleccionas un número reducido de personas
que sabes tiene el alma limpia; valoras su incondicionalidad, su
honestidad y cómo su aprecio hacia ti es sincero, sin esperar nada más allá,
sin pensar en los réditos circunstanciales. Creo que el rasgo principal del
verdadero amigo, además de las inquietudes o valores compartidos, es su
condición virtuosa; Aristóteles llamaba así a aquel ser humano que tiene el
acierto de hacer coincidir sus intereses personales con el de la sociedad,
aquellos seres que disfrutan con el bien ajeno, y actúan en su vida
beneficiando a los demás y por ende beneficiándose ellos mismos. En la otra
orilla del rio de la vida están las bajas pasiones; es el egoísmo ancestral del
ser humano el que siempre desea el goce para sí mismo desde la ambición del
poseer, sin proyectarse hacia el prójimo.
Esta
es una esencia animal del ser humano, que está inserta en él desde sus albores,
y que es rasgo común de muchos; por eso, el virtuoso destaca sobre la
muchedumbre ambiciosa, aquella que jamás se ve satisfecha, pues es sabido que
el egoísmo lleva a la ambición, y que ésta, jamás se ve satisfecha, pues
es por naturaleza insaciable, por lo que los que la sufren caen en la
desesperanza y envidian al virtuoso. El envidioso añora poseer esa paz de
espíritu del que no juzga su propia vida comparándose con los demás, sino que
disfruta de su existencia nutriéndose de su semejante, aprehendiendo y
aprendiendo, mas con la constante proyección posterior de lo que recibe , en un
bucle que se repita una y otra vez haciéndole crecer como ser humano.
La pareja:
Es cuando miro a Thib
donde veo estas virtudes. Tiene una personalidad particular que atesora
cualidades tan importantes como la lealtad, fidelidad, templanza, serenidad
y generosidad, entre otras. Thibaulth y Marja son un ejemplo para mí, y creo
que para muchos de nosotros. Hay muchos tipos de parejas,Thib y Marja son un
tipo de pareja que me ha enseñado que a menudo el partenair ideal no es tu
igual, sino tu complementario. Las cualidades de Thib se completan con las de
Marja; el uno equilibra y compensa las características del otro. Creo que esta
condición de intercambio entre fortalezas personales diferentes es muy
recomendable para que una pareja sea eso: una pareja, y creo que da una idea
del amor muy bonita, ya que los dos se unen para constituir un ente más
completo, el uno completa al otro, recíprocamente.
Ése es el espíritu
Católico del matrimonio; una unión en pro de un proyecto de vida en común para
crear algo nuevo y sólido, una familia de la cual sus nuevos descendientes
disfrutarán del sentido analítico de Marja para leer las situaciones que le
rodean, su sentido común, cercanía y sentido de humor,
complementadas con las cualidades de Thib. Ambos comparten cualidades,
pero a su vez complementan las que tiene cada uno.
Me
gusta esta pareja porque he ido viendo la evolución, particularmente, en
el proceso de maduración de Marja y el acoplamiento entre ambos a medida que
han ido pasando los años. Cuando supe que se habían comprometido, me lleve una
gran alegría. Tenía dudas en cuanto a la madurez de ambos para emprender este
proyecto, sin embargo, cada uno de los dos me dio una clave para darme de
cuenta de que Marja estaba ya madura, y de que Thib había tomado la
determinación - como bien dice mi padre - de dar el paso.
Marja
, por su parte, recuerdo que una noche en una fiesta en un ático - era verano-hizo
un comentario sobre las relaciones de pareja y su evolución; me
llevé una grata sorpresa, aquello me indicó que había evolucionado mucho
y que estaba preparada. Thibault me invitó a ver un torneo de Golf al club
de Campo; después del torneo comimos en la terraza del club, y fue ahí donde
quise despejar mis incertidumbres y preguntarle acerca de los motivos
sobre su decisión de comprometerse. Me hizo una exposición madura y clara de sus
convicciones vitales y los órdenes de prioridades en su vida y sobre su
relación con Marja y como encajaba en su vida, sentí la determinación en
toda su exposición, quedándome con la sensación de que realmente estaba
haciendo lo que él quería hacer.
Ahora, ya están casados. Os considero, así como me dijisteis vosotros, unos amigos para toda la vida. Nos quedan muchas noches en La Lupita observando la cara de Felicidad de Marja y buenas conversaciones paseando, o con amigos; tiempos que compartir desde el respeto y la cercanía de una pareja que se ha hecho querer como así lo demuestra selecto grupo humano que conforma sus amistadas, con las que también estoy muy contento por compartir amistad.