le feu follet

le feu follet
"Hay momentos de la existencia en que el tiempo
y la extensión son más profundos y el sentimiento
de la existencia parece inmensamente aumentado".


Charles Baudelaire.

sábado, 2 de mayo de 2015

¿Larga vida al Rey?








        [… “Pues lo que no existe, ¿quién nos lo puede arrebatar?”...]
      
        Marco Aurelio.



Lo que no existe, es el pasado y el futuro; así Marco Aurelio apuesta con brillantez por aquello que no nos pueden arrebatar: el presente. Aquel que viva por muchos años o el que haya muerto joven, los dos pierden por igual, lo único que es igual para todos  es el presente. Es lo único que existe. Segúramente, la concepción de que una vida más larga que otra sea más valiosa sólo la hayamos creado en tanto que inconscientemente las juzgamos desde el recuerdo, usando la memoria, como si pudieramos juzgar nuestras vidas una vez muertos. Filodemo de Gádara afirmaba que no hay que desear larga vida a los humanos; no hay más tiempo en una vida larga que una breve. Como en el pensamiento de Marco Aurelio, Filodemo asegura  que lo único que cuenta es el instante máximo en su presencia plena.

En la época de Augusto, -según escribe Pascal Guinard -, Horacio dice: “Carpe diem”, la vida no es más que un renacimiento que se renueva a cada instante.
Me pregunto si la vida podría ser concebida como millones de muertes y nacimientos  de orden micro temporal; en esta concepción,  el alumbramiento y la muerte final del individuo sería un continuo en esta sucesión constante de nacimiento y muerte. Desaparece así, la percepción de la vida como un contínuo;  el alumbramiento y la muerte son parte del ritmo de la vida, una sucesión más en esta constante renovación.

El presente es la constante renovación de la vida, la figura del Dandy en Baudelaire representa la idealización del presente, su tozudo intento de perpetuación;  carece de ambiciones, de propósitos o de fines; es su manera de rebelarse contra la mediocridad social que le rodea. Baudelaire no entiende el paso del tiempo como una constante renovación del presente, le ahoga el instante de la muerte, y el Dandy, es por un lado, la figura social que encarna esta negación de la muerte unido a su necesaria desvinculación de la masa, a la que identifica con lo terrenal;  trata de ver el mundo desde un una atalaya que niegue el devenir del tiempo. El Dandy es un héroe antisocial, y un cobarde vital, lo cual no le resta una honestidad personal, ya que, al menos ha  tomado una actitud ante la vida con determinación, habiéndose planteado el problema del paso del tiempo, aspecto que la masa que le rodea parece ni siquiera interpretar, ajenos a toda reflexión.

Resulta paradójico que la angustia vital en Baudelaire y el dandysmo, pudieran haberse visto mitigadas con sólo echar la vista atrás unos 2.000 años y comprobar a buen seguro, no sin asombro, que personajes como Marco Aurelio o Filodemo llegaron a comprender al presente como un dinamismo muerte-resurrección, en vez de tratar de perpetuar el presente negando el inexorable paso del tiempo, con la consiguiente angustia vital que protagonizó el final de sus vidas;  quizás, el pesimismo inherente de la modernidad les impidió ver las cosas de otro modo.