Según Pascal Guinard, Séneca dice
que el taedium, es la enfermedad de
los seres humanos; tiene su origen en
que estos saben que han se poseer un cuerpo contenido entre dos límites
innobles, que le imponen el coito del cual provienen y la pobredumbre de la muerte
en la que se corrompen.
El goce es la manifestación más
intensa de vivir. El coito, el momento orgásmico, su culmen identitario. Qué puede constituirse en mayor éxtasis para el ser humano que reproducir el momento
de su propio engendramiento, el goce máximo del cuerpo en carne viva, por eso,
su retracción es una pequeña muerte. Después del goce, llega el hastío del taedium vitae, es el final.
Esa muerte que sigue al goce, -
el momento vivificante supremo-, podemos burlarla a través del deseo.
El deseo es una invención del
hombre para perpetuarse en un camino hacia el goce, sin que este se llegue a
producir. El deseo puede permanecer constante y ser eterno, viene a ser una
suerte de inmortalidad , en tanto en cuanto nunca lleva a un final que devenga
en el goce, y por ende la muerte del ciclo sensitivo. El erotismo es el deseo
sexual perpetuado, signo de la inteligencia del hombre.